Es la tierra que la vio nacer y que ahora, a la más mínima ocasión, se escapa para encontrar el refugio de los suyos y del Sur. Hace un par de años, Paz Padilla adquirió la que iba a ser la gran ‘niña mimada’ de sus posesiones, su ático en Cádiz. Un piso impresionante, completamente exterior y con unas balconadas perfectas para ver el atardecer.
Paz Padilla es una anfitriona nata. Le encanta recibir y agasajar a sus visitas, por eso, cuando adquirió esta propiedad con vistas al mar, lo hizo para ser disfrutada, tanto en soledad, pero, sobre todo, en compañía de sus seres queridos; de ahí la amplitud en estancias como el salón o la terraza principal. De hecho, ambos espacios se comunican, haciendo la distribución mucho más diáfana y perfecta para compartir momentos.
Una casa con 'restauración' obra de Paz Padilla
Lo primero que observamos nada más llegar a la puerta del domicilio, es el divertido felpudo que nos recibe, “espero que traigas vino”, apunta; toda una declaración de intenciones de lo que nos espera dentro. A continuación, un pasillo plagado de fotografías y recuerdos nos traslada a algunos de los momentos más felices de su propietaria; para, después, toparnos con un baño abierto que cuenta con un particular lavabo. La pieza, realizada en un robusto mármol, cuenta con un original sistema para enjabonarse las manos. Una manera que no tiene nada de novedosa y que puede sorprender a los más jóvenes, pero que, lo cierto, encierra una enorme tradición. Se trata de una pastilla de jabón que va atravesada por una pieza de metal que la sostiene en el aire; de esta manera, uno se ahorra los engorros de las jaboneras que tan difícil es mantenerlas limpias.
Esta casa en Cádiz con vistas al puerto, cuenta con una enorme cocina que permite albergar una mesa de gran tamaño llena de sillas, además de la consabida ‘isla’; donde se cocina y además se halla el fregadero. Pero quizás, lo más llamativo de esta estancia son los muebles que la propia Paz ha restaurado. Padilla es muy habilidosa con las actividades manuales y lo mismo envuelve toda su casa de papel de regalo que actualiza una alacena. Y de estas en la casa nueva de la presentadora hay dos, una que ha decapado, respetando el color natural de la pieza; y otra a la que después le ha dado varias manos de pintura celeste, para aportar un punto de color en la cocina.
Salón con doble terraza
Tras la cocina, uno puede pasar al gran salón con el que cuenta la vivienda, donde un sofá de enormes dimensiones nos da la bienvenida. Se trata de uno de los lugares preferidos por su hija Anna Ferrer para dormir la siesta, puesto que sentarse en él es casi como ser abrazado por una cama gigante. Una descomunal pieza como esta necesita una mesa a juego, por lo que Paz Padilla adquirió una mesa redonda custodiada por 9 sillas, nada menos.
El salón cuenta con dos salidas al exterior: una pequeña terraza donde la humorista gaditana ha puesto dos mecedoras para disfrutar de la brisa marina, y la otra mucho más grande, que da cabida a dos espacios diferenciados. Esta especie de porche cuenta con una mesita pequeña y varios sillones de jardín, perfectos para tomar un cafecito relajado. La enorme terraza también cuenta con una mesa familiar en la que hacer cenas al aire libre.
Los Dormitorios sobre el mar de Paz Padilla
Pero, quizás, la gran joya de la corona de todo el ático, son los dos dormitorios de matrimonio con los que cuenta en los que, ambos, pueden disfrutar de dos balcones en los que perfectamente caben una mesa y dos sillas, ideal para empezar una mañana relajada con las mejores vistas al mar, sintiendo, prácticamente, que uno está suspendido sobre el océano Atlántico.
La casa está llena de cuadros que parecen haber sido comprados en los múltiples viajes de Paz, ya que la presentadora es una viajera convencida y nada le puede gustar más que regresar a casa cargada de recuerdos de sus expediciones.
El idílico verano de Paz Padilla después de pasar su 'tormenta' personal
Paz Padilla ha disfrutado este verano desde su casa de Cádiz y, también, como no podía ser de otra manera, desde su querido Zahara, donde, además, tiene su negocio. Hace años que la cómica y su hija montaron 'Noniná', que empezó siendo un localito en el que vendía ropa y accesorios playeros y ha acabado siendo una próspera marca de moda, donde venden desde piezas de piel a joyitas bañadas en oro.
Además, Paz ha disfrutado de una pequeña escapada lisboeta, donde ha recorrido las calles de la capital lusa, tal y como ha dejado constancia en sus redes sociales.
El verano de este 2024 no se parece en absoluto al de 2020 cuando Paz despidió a Antonio, el hombre de su vida. Su marido, al que había conocido durante la adolescencia y fue su primer amor, fallecía víctima de un agresivo cáncer. Desde entonces, la presentadora ha dedicado sus esfuerzos a ayudar a otras personas a asumir y a entender la muerte, no como algo doloroso, sino como un acto cargado de amor. Cuando despidió a su pareja, con la que se había casado en 2017 durante un viaje en la India, organizó un homenaje en la playa en el que hubo música, risas y alguna que otra lágrima, no de pena, sino de agradecimiento por haber podido disfrutar tanto tiempo juntos.
Para Paz Padilla, su Cádiz natal es su auténtico refugio y ahora, desde esta casa, puede sentirlo mucho más.