Nada ha vuelto a ser lo que era desde la irrupción de Letizia en la Casa Real. Su llegada trajo consigo cambios, de esos que siguen vigentes en la actualidad, aunque hayan pasado ya más de veinte años desde que la presentadora del 'Telediario' traspasó los férreos muros de palacio. Primero pasar ser Princesa de Asturias, y diez años después para convertirse en la Reina consorte de la nación por su matrimonio con Felipe. Lo hizo, además, cargando con la mochila de haber vivido una vida 'normal' durante tres décadas. Quizás por eso tuvo tan claro que, dentro de lo posible, no quería renunciar a esa normalidad.

Porque entre la pompa de los actos solemnes y los mil y un protocolos, Letizia quería mantener determinadas tradiciones. Esas que también ha buscado transmitir a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, que nunca han tenido la oportunidad de conocer el devenir de las cosas cuando no se pertenece a una Familia Real. Es por eso que de un tiempo a esta parte ya se ha convertido en obligatorio hacer unas vacaciones privadas más allá de las públicas. Nada de basar el descanso estival en su paso por el Palacio de Marivent y la exposición ante las cámaras de la prensa. Hay vida más allá de los posados y los paseos orquestados, y por eso la Reina organiza cada año un viaje reservado para la familia. Ahora bien, ¿cuánto cuesta esa travesía de la  que no queda constancia gráfica en ninguna parte?

El coste de unas ansiadas vacaciones tras el verano más ajetreado

Es una de esas incógnitas que surge cada vez que llega el mes de agosto y terminan las jornadas pactadas en Mallorca. La isla que adora doña Sofía y durante tantos años fue refugio vacacional para los Borbones, pero con la que Letizia guarda una inevitable distancia emocional. Pesa el recuerdo de las disputas del pasado y aquellos gestos que le costaron una reprimenda de la opinión pública, como el encontronazo con su suegra en la Catedral de Palma en el 2018. No es de extrañar que prefiera relajarse en otro enclave. Más todavía en años tan ajetreados como este último.

En ningún caso fue la llegada del estío un símil de sosiego para ella. Tampoco para el resto de miembros del núcleo duro de la Casa Real. Poco antes del solsticio de verano, los cuatro pilares de la casa -es decir, el rey Felipe, la princesa Leonor, la infanta Sofía y ella- ya habían presidido los actos de conmemoración del X aniversario del nuevo reinado. Después vinieron los premios Princesa de Girona, algún que otro evento aislado y un incansable periplo por la Villa Olímpica de París durante los Juegos de este año. Todo para aterrizar en las Baleares y cumplir con el cometido asumido: deleitar a la prensa con las estampas familiares más buscadas. Este año, con paseo en coche de la heredera incluido. Con la mirada puesta, eso sí, en el tan ansiado viaje privado. Destino: Grecia

Letizia, Leonor, infanta Sofía y reina Sofía
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Así lo constataría el registro de despegues y aterrizajes del Falcon, el avión privado del Rey. Lo confirmaba José Moreno, experto en Casa Real, a través de sus redes sociales, asegurando que "la Familia Real española disfruta de sus vacaciones privadas en Grecia". Bien acompañados, además. No solo de doña Sofía, que se ha sumado a la escapada a su tierra natal, sino también habría habido "una invitación por parte de Máxima de los Países Bajos para veranear junto a la princesa Leonor e infanta Sofía". Cónclave 'royal' entre misteriosos días de descanso de los que no se ha sabido nada.

¿Cuánto tiempo han estado juntos? ¿Dónde se han alojado durante todos estos días? Preguntas que quedan sin responder. "Los únicos que no sabemos dónde están nuestros reyes somos los ciudadanos españoles", apuntaba Pilar Eyre, cronista real de referencia, en su última columna de la revista 'Lecturas'. Ese mismo texto en el que aprovechaba para apuntar la cifra que cuesta semejante despliegue a espaldas de la ciudadanía. "Algunos dirán que el gasto, que puede calcularse en medio millón de euros, les obliga a compartir con nosotros el destino de sus viajes privados", señala la periodista. Lo anterior y que "esta cantidad de dinero sería la misma tanto si lo sabemos como si no lo sabemos". El precio a pagar por desaparecer unos pocos días al año.

Un descanso del foco público antes de un año lleno de retos

Sea más pronto o más tarde, la realidad es que a los Reyes y a sus hijas se les agota el tiempo para el esparcimiento. Ha sido breve, pero intenso, a la par que necesario para encarar el nuevo curso. En el caso de Sofía, la infanta regresará de forma inminente al UWC Atlantic College de Gales, el internado donde está estudiando el Bachillerato Internacional, como ya hizo su hermana. Leonor, por otra parte, está a punto de comenzar su segunda etapa de la carrera militar al ingresar en la Escuela Naval de Marín, en Pontevedra. El paso posterior al curso que completó en la Academia General Militar de Zaragoza el pasado julio y el previo a la Academia del Aire de San Javier, que será su último destino.

Leonor, Felipe, Letizia y Sofía
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Y en lo que a Felipe y Letizia respecta, el soberano y su mujer vuelven a quedarse solos en Zarzuela. Con la experiencia del año pasado, eso sí. Todavía con la agenda oficial por definir -y por publicar-, en las próximas semanas se sabe que asistirán al funeral de Juan Gómez-Acebo. El primo del Rey, hijo de la infanta Pilar de Borbón, falleció el pasado 12 de agosto, pero sus exequias no tendrán lugar hasta el 8 de septiembre. La fecha elegida para darle el último adiós, en una jornada que reunirá a los Borbones de nuevo por un motivo muy triste.