Hay joyas que pasan a la historia, algunas por su enorme valor, y otras por su gran carga sentimental. Si no, que se lo digan a la reina Letizia, que entre todas sus piezas destaca un modelo que ha llevado en diversas ocasiones como muestra de su particular estilo modernizado, pero sin renunciar a la historia de la Casa Real Española y lanzando un mensaje a su suegra.
Hay algunas piezas de joyería que podrían protagonizar el guion de una gran película de Hollywood o de una estupenda serie de intrigas palaciegas. Este es el caso de la tiara prusiana que ahora mismo posee Letizia. Además de su inestimable valor económico, también tiene a sus espaldas parte del legado de diversas Casas Reales históricas y sobre todo el beneplácito de la reina actual, que sabe mejor que nadie traer piezas del pasado para integrarlas en el momento actual por el que pasa la monarquía española. ¿Qué esconde la tiara ‘prusiana’ y qué significa para Letizia?
¿Cómo es la tiara?
La Tiara prusiana, también conocida como la tiara de estilo meandro, es una de las joyas más icónicas y apreciadas del joyero real español. Esta tiara tiene un diseño clásico y elegante, compuesto por diamantes engarzados en platino que forman un patrón de meandros, un motivo típico del arte griego antiguo y que muchos reconocerán por ser un elemento altamente aplicado durante siglos en mil y un espacios. El diseño de meandro es un motivo griego que simboliza la eternidad y la unidad, lo que le da un significado especial, especialmente en bodas y celebraciones importantes.
“La joya fue creada por la joyería Koch con diamantes montados en platino, material que divide el tocado en dos bandas —una superior con hojas de laurel y una inferior con la greca helena de meandro— separadas por una hilera de columnas que recuerdan a las del Partenón de Atenas, y en cuyo centro parece que cuelga un diamante en movimiento en forma de lágrima. Como advirtió el investigador y maestro joyero Pablo Milstein, se trata de una ilusión óptica fruto de la suma de dos diamantes talla brillante; más económicos que un diamante grande tallado en forma de gota” explica el experto en realeza, César Andrés Baciero. Como curiosidad, cabe destacar que, gracias a su especial diseño, también se puede utilizar como collar, aunque nunca la hemos visto así aplicada.
¿De dónde viene la prusiana y por qué recibe ese nombre?
La historia de esta magnífica pieza comienza en la familia real de Prusia, cómo podemos intuir si hemos reparado brevemente en el nombre popular que recibe la pieza. Fue creada a principios del siglo XX y se convirtió en un regalo de bodas muy especial. Según el experto: “La historia oficial (la de Casa Real) cuenta que fue el káiser Guillermo II quien le compró este tocado a su hija, la princesa Victoria Luisa de Prusia, cuando su ojito derecho se prometió con el príncipe Ernesto Augusto de Hannover en 1913. Sin embargo, unos retratos de la única hija del último emperador de Alemania y rey de Prusia disparados dos años antes por la fotógrafa Keturah Collings en su estudio londinense demuestran que ya formaba parte del joyero de la novia incluso antes de conocer la existencia –como reconoció ella misma en su autobiografía, La hija del kaiser– de su futuro marido. Por esta razón, porque la primera propietaria de la joya fue la princesa Victoria Luisa de Prusia, se conoce al ‘sombrero’ como la tiara Prusiana”.
Y entonces, ¿cómo llegó entonces hasta formar parte del joyero de la Zarzuela? Grecia tendría algo que ver, puesto que, según explica el experto: “Victoria Luisa se la donó a su hija Federica de Hannover cuando esta contrajo matrimonio con el futuro Pablo I de Grecia en 1938. Gesto que repitió la reina Federica con su primogénita, la reina Sofía, cuando se enlazó con Juan Carlos de Borbón y Borbón”. Uno de los momentos más memorables de esta pieza fue cuando la reina Sofía la lució en su boda con el rey Juan Carlos I en 1962. Esta imagen se ha quedado grabada en la memoria colectiva y la tiara se convirtió en un símbolo inmediato de la monarquía española, que años después sigue utilizando su “brillo” en momentos clave.
Un momento muy especial para estrenarla por Letizia
Aparte de la tremenda historia y legado que tiene la llamada Tiara prusiana, también forma parte de la historia por ser una pieza que Letizia decidió utilizar en un momento tremendamente especial de ella y del que se cumplen más de 20 años. Y es que Letizia, siguiendo la estela de la propia tiara durante generaciones, decidió estrenar la tiara el mismo día de su boda, replicando la elección de su suegra como símbolo de continuidad y tradición.
Días después, volvería a lucirla pero de una forma mucho más distendida. La recién llegada a palacio ya aparecía públicamente de manera natural y recurrente, acompañando al entonces Príncipe Felipe, con el que acaba de casarse, a los compromisos familiares y de Estado que tenía el heredero. Una de estas citas los llevó hasta una especial cena de gala en el Palacio Real de Madrid. Justo hoy se cumplen 20 años de este especial momento.
La Casa Real Española ofreció una espectacular cena de gala donde también pudimos ver a una espectacular Letizia en homenaje al presidente de Perú, Alejandro Toledo, y su esposa, Eliane Karp. Con un vestido rojo diseñado por Caprile y que se convertiría en uno de los looks más icónicos y recordados de la asturiana, la ya princesa decidió conjuntar el magnífico vestido con la espectacular joya. Cada vez que Letizia la luce, no solo resplandece con los diamantes, sino también con el peso de su herencia y las historias que ha acumulado a lo largo de los años.