"El amor es un rayo de luz indirecta, una gota de paz, una fe que despierta", cantaba Massiel precisamente al recitar 'El amor'. Esa misma canción en la que la artista expresa que "el amor te hace burla, se ríe de ti, mientras tú sigues quieto, sin saber qué decir". La dicotomía emocional de un sentimiento tan profundo que de buena tinta conocerán todos aquellos que se hayan enamorado alguna vez. Relaciones que duran más y menos tiempo. Matrimonios que acaban y otros que son para siempre. Nunca se puede prever el futuro, aunque en España haya un ejemplo paradigmático de la resistencia a tantos altos y bajos. Letizia y Felipe cumplen 20 años de casados este 22 de mayo.

Dos décadas desde aquel lluvioso día en el que la joven periodista que entraba en las pantallas de los españoles como presentadora del 'Telediario' se convertía en la Princesa de Asturias por amor. Su romance con el hijo de don Juan Carlos y doña Sofía ya no era un secreto y por fin podían comenzar su vida juntos. El gran paso de traspasar los férreos muros de una institución tan sólida como lo es la Casa Real. Con sus luces, pero también con sus incontables sombras. Porque no, instalarse en la serenidad afectuosa que caracteriza a la pareja no ha sido cosa de un día. Ambos han tenido que sortear obstáculos y hacer frente a adversidades para llegar hasta aquí.

Lara Ferreiro, psicóloga, repasa las 5 fases de la relación de Letizia y Felipe

Para entender mejor cómo han sido las distintas fases en las que se ha forjado el vínculo entre Letizia y Felipe, desde CLARA nos hemos puesto en contacto con Lara Ferreiro, psicóloga de la aplicación de citasAshley Madison. "Llevan 20 años juntos, con todo lo que suponen 20 años. Pero es impresionante. La comunicación no verbal de ellos, a día de hoy, parece que están en una muy buena etapa", sentencia la terapeuta en sus declaraciones para esta revista. No obstante, no siempre ha sido así y cabe recordar todos y cada uno de los pasos que han dado para gozar de este buen momento. Todo comenzó con "ese inicio silencioso, nadie lo conocíamos, porque tenían mucho a miedo a que todos opinásemos y que la relación se fuera al traste". "Lo hicieron de tal forma y anunciaron directamente el compromiso. No hubo tiempo a que los españoles pudiéramos opinar, y fue un ‘esto es lo que hay’ (...). Un viernes dijeron que era periodista y el lunes ya sabíamos quién era. Todo fue muy rápido", expone Lara sobre la primera fase.

Después llego el día D: la boda. "La vimos todos los españoles, se nos casaba el futuro Rey", recuerda Ferreiro, aludiendo a que este momento y el anterior "fueron dos épocas que fueron muy bien". ¿Cuándo llegaron los problemas? "En la tercera fase", especialmente con el inicio del reinado. "Hace diez años que son Reyes, pero han tenido muchísimos desafíos externos a la pareja. Todo lo que pasó con el Rey emérito, el caso Nóos (...). Además, antes de todo esto, Letizia Ortiz perdió una hermana, Erika". De acuerdo con nuestra experta, "da la sensación de que en esta fase, por todos estos retos y desafíos, ellos hicieron una pareja búnker. Protegidos como si fueran una isla, muy centrados en que la familia real eran ellos dos con sus hijas, y todo lo demás un poco al margen, porque les podría haber salpicado".

De todos modos, la autora de 'Adicto a un gilipollas' pone sobre la mesa que no todo han sido problemas ajenos a su núcleo duro. "Ha habido momentos que han dado mucho que hablar. La misa de Pascua en Palma, donde Leonor hace un gesto a la Reina emérita que no gustó. Fue tremendo. Han pasado por una fase muy complicada", rememora Lara. Además, entre Felipe y Letizia "cuando veíamos sus imágenes de la comunicación no verbal, antes eran más distantes, no veías sincronización entre ellos". "Han pasado por muchísimas crisis a lo largo de estos 20 años, como todos los matrimonios, pero después llega esa fase 4 en la que sus hijas se van de casa", prosigue en referencia al penúltimo de los periodos que van desde el comienzo de su amor hasta la actualidad.

Es evidente que las cosas han cambiado mucho entre ellos y, de acuerdo con la especialista, el hecho de despedirse de las pequeñas del hogar es también la bienvenida a un momento vital muy distinto: "Se han quedado solos. Los padres sufren ese síndrome del ‘nido vacío’ cuando sus hijos se van y pasan por varias fases. La euforia de que están solos y van a tener tiempo para la pareja, pero también echan muchísimo de menos a sus niñas. Leonor está centrada en su carrera militar y Sofía está en un internado en Gales, y eso hace que se tengan que mirar a los ojos y reconectar". Llega así la quinta fase, "que es en la que están ahora, que es de estabilidad y muchísima cercanía".

Relación Letizia y Felipe
Lara Ferreiro (@psicologa_laraferreiro)

"Están más unidos que nunca, como que ya saben quiénes son y han trabajado en pareja", nos cuenta Lara. Lo anterior, que se nutre del hecho que "ya saben que lo importante es la imagen de la Corona y se han encomendado a ello. Son muy profesionales y Letizia se toma su papel de Reina muy en serio". Además, la psicóloga enfatiza que no sería este un caso aislado de encontrar la tranqulidad tras un largo tiempo casados: "A los 20 años, cuando el amor sobrevive, suele llegar lo que llamamos el ‘amor profundo’ (...). Y –a Felipe y Letizia– se les nota muchísimo, son muy expresivos. A Letizia se le nota mucho cuando tiene un buen día y cuando tiene un mal día por su comunicación no verbal. Es muy transparente. Y ahora podríamos decir que están bien".

Los pactos y sacrificios para llegar al buen momento actual

En resumidas cuentas, y aunque "ha habido épocas muy oscuras", la realidad es que todo indica que "la situación actual es muy buena". "Han pasado huracanes, pero parece ser que están más unidos que nunca" expresa Lara, no sin destacar que esto se da a pesar de que "sus personalidades son absolutamente opuestas". Es decir, "esto de que los polos opuestos se atraen podríamos aplicarlo a esta relación. Letizia es una persona muy exigente que siempre intenta dar lo mejor, que le gusta controlar las situaciones. Es extrovertida y la gente que la conoce dice que de cerca gana mucho. Mientras que él es tímido, más reservado. Es más Sofía, se parece más a su madre que a su padre". Y sí, esto sí que puede ser un punto positivo, ya que "puede fomentar mucho dinámicas diferentes en la relación" y hacer que se unan.

Todo nace de un trabajo personal y de unos pactos privados que, según alega Ferreiro, "habrán sido muchos y de muchos tipos". "Habrá habido muchas conversaciones sobre cómo gestionar, porque han pasado por muchas crisis externas de la familia real. Todo lo que ha pasado con diferentes miembros, como Iñaki Urdangarin, el Rey emérito, etc. Seguro que ahí ha habido muchos pactos, pero también sacrificios por ambas partes", plantea la terapeuta sacando a la luz el otro gran concepto que ha sido clave para ser capaces de 'sobrevivir' a estas crisis. Los sacrificios, que tampoco han sido escasos: "La relación familiar del rey Felipe con sus hermanas ha sido sacrificada en un momento dado porque da la sensación de que ya no había imágenes públicas entre ellos. Tampoco con su padre, imagino que para proteger la opinión pública y la Corona. Es un sacrificio que tenía que hacer por mantener esa imagen. Luego ella, que ha renunciado a su carrera como periodista que tanto amaba. A la privacidad, también".

Felipe y Letizia
GTRES

En cualquier caso, siempre han tenido presente la importancia de no perderse en la pompa 'royal'. Sobre todo Letizia, que ha querido "transmitir a sus hijas lo que es una vida normal, como muchas veces ha recalcado, porque ella lo ha vivido". "Ha sido anónima, ha sido periodista, ha ido a México a vivir… Muchas cosas que sus hijas no van a poder vivir porque desde que son pequeñas están en el ojo público. Para ella es muy importante. Dicen que ellos han mantenido rutinas a lo largo de los años, como que una vez a la semana iban al cine, o a un restaurante. Ellos intentan cuidar la relación. También se van de viaje. Son formas de cuidar la relación", apunta Lara.

Eso y que, para su fortuna, "están en una época muy buena porque ella tiene 51 años y el 56, y dicen que a los 50, la mujer tiene la segunda revolución sexual y hay un sexo muy bueno en pareja (...), cuando los niños se van y tienes tiempo para la pareja, y te sientes guapa y atractiva, y te cuidas". El momento propicio para "explorar intereses comunes y actividades juntos". Una revolución de las prioridades, porque la misión de educar a sus hijas ya ha sido cumplida. Ahora procede seguir cuidando ese amor inquebrantable. Ese que ha conseguido resistir contra viento y marea.