Cambiar el plató del 'Telediario' por Zarzuela no fue fácil para Letizia. Y no solo por el hecho de modificar sus rutinas y estilo de vida por completo para adaptarse a las exigencias de la institución. Comenzar a formar parte de la familia real cuando se ha llevado una vida al uso durante tres décadas tiene un extra de complicación atendiendo a la presión externa. Por estar a la altura y cumplir con las expectativas. Por no errar y conseguir mimetizarse entre las mil y una tradiciones de la monarquía. Por gustar y convencer al pueblo al que ha terminado sirviendo de emblema. Fue quizás esto último uno de los puntos más complejos de afrontar para la periodista.
Por mucho aplomo y seriedad que pusiese la esposa de Felipe VI a su papel, haciendo gala de una exhaustiva preparación y tratando de seguir a rajatabla todas las exigencias de palacio, incontables observadores de la Corona no terminaban de aceptarla. Fuese por su pasado leído 'polémico', con un enigmático divorcio a la espalda, o por su característica forma de tratar con los demás. La frialdad se convirtió rápidamente en su 'estampita' y parecía inalcanzable para ella llegar a ser tan aceptada como lo fue doña Sofía, su suegra y precedesora. El pueblo alegaba, en muchas ocasiones, no ser capaz de conectar con ella a pesar de sus virtudes. Un escenario que, tras más de una década en el rol de Reina consorte, ha cambiado por completo. Así lo ha hecho saber un experto en comunicación.
Naturalidad y una estrategia de comunicación muy estudiada
El reto era mayúsculo y los obstáculos no eran pocos, pero diez años de reinado de Felipe han terminado por demostrar que Letizia no tenía ninguna intención de quedarse atrás. No solo en su implicación con la institución, llenando su agenda oficial de compromisos y responsabilidades de toda índole en las que destacan el impulso de proyectos solidarios y la presidencia de actos para el bienestar de la ciudadanía. También se ha implicado la madre de Leonor y Sofía en revertir la distancia para con los demás que había asumido. Prueba de ello ha quedado en declaraciones de Carlos G. Ortuño, experto en comunicación, para el programa 'Hoy por Hoy' de Cadena SER. "Ahora la comunicación de la reina Letizia es más natural, cercana y atractiva", sentenciaba en su colaboración con el espacio.
Lo anterior, además de concretar que el de la Reina es un caso verdaderamente interesante para la formación en oratoria, hasta el punto de que su evolución en este terreno "es muy útil en los cursos para hablar en público". El caso es que no es que Letizia le faltasen nociones en el ámbito dada su formación universitaria, pero Ortuño destaca que "pese a proceder del periodismo y ser presentadora de televisión, hacía pocas concesiones a la naturalidad". Ese es uno de los cambios clave en su personalidad que el especialista en la materia destaca, ya que "hace 9 años veíamos a una Reina que comunicaba correctamente, con buena dicción", pero "aparecía muy encorsetada, poco natural, atendiendo más al discurso escrito, leyendo mucho, y, por lo tanto, comunicando menos con su voz, con sus gestos, y apenas mirando al público".
En resumidas cuentas, no se valía de sucomunicación no verbal, de modo que "lo que ha hecho ha sido virar hacia la cercanía, la naturalidad y la frescura", llegando a atreverse "con la breve improvisación". Un signo que, bajo el prisma del experto, evidencia que "está muy preparada". Es todo lo anterior un aspecto que se enmarca dentro del gran cambio clave en su forma de proceder, que nos remite a "una estrategia de comunicación muy estudiada". El desafío definitivo en el que la nuera de Juan Carlos I se ha valido de sus conocimientos, a la vez que su experiencia en la Casa Real, donde ya hace más dos décadas que aterrizó tras casarse con el entonces Príncipe de Asturias. El ahora Rey, que "ha ganado en naturalidad, conectando más con la mirada en sus intervenciones" gracias a la influencia de su mujer, a quien Ortuño define como "la mejor 'coach' en comunicación" para el soberano y sus hijas.
La moda, su otra gran aliada para comunicar
"Todo comunica, no solo lo que decimos", dejaba claro el experto en comunicación en el programa presentado por Toñi Pérez. Es por eso que la evolución de la Reina en el terreno de la comunicación no verbal podría asumirse como algo que "choca" con la vertiente más protocolaria de la Corona. El caso es que, bajo la lupa de Ortuño, Letizia "mantiene el protocolo y la sobriedad", incluso desde otros "elementos como la ropa". La moda, la tercera que ha terminado por convertirse en gran aliada de la consorte para poder expresarse sin necesidad alguna de articular palabra cuando la ocasión así lo requiere.
Los estilismos de Letizia nunca pasan desapercibidos y su trayectoria por los actos oficiales y solemnes le ha valido ganarse a pulso el título de una de las Reinas más elegantes de la actualidad. No se le escapa ningún detalle, incluso en la elección de las firmas que apuesta por lucir, que tampoco es arbitraria. "Su continuado uso de prendas al alcance de cualquiera, sin marcar diferencia de estatus, pero manteniendo su interés por la elegancia" es también un ejemplo de cercanía. Esa cercanía que ahora lleva por bandera.