Cuando se trata de monarquías, la ciudadanía observa con atención cada movimiento como si de una ficción se tratase. Ajeno a la pompa real, el pueblo sigue cada evento de Reyes, príncipes herederos e infantes, como el que se sienta en el sofá a disfrutar de un serial. Contenido casi diario, sin importar la dinastía, que resulta muy llamativo de cara a la galería. Más todavía cuando son más de una estirpe las que coinciden en espacio y tiempo. Esos cónclaves reales que, de algún modo, se sirven como el 'crossover' perfecto.
Y eso que no todo encuentro entre Reyes de aquí y de allá se da necesariamente en los ambientes más oficiales. Así ha sucedido realmente entre dos de los clanes que más han acaparado las miradas de la crónica 'royal' desde que diera comienzo el 2024. Los británicos, siempre protagonistas, han sido el foco de todas las miradas por unos meses muy complicados en los que los achaques de salud han sido el tema principal. Por otro lado, los daneses han vivido un cambio de rumbo brutal en su institución tras la abdicación de Margarita II y el relevo de su primogénito. En el rol de soberano, y de entre todos los compromisos de su nueva agenda, el recién coronado Federico X se ha visto las caras con Guillermo de Gales.
El cariñoso reencuentro entre Federico X y el príncipe Guillermo
Aunque quien sufre la enfermedad es Kate Middleton, no hay ninguna duda de que el heredero de la Corona inglesa también ha sido uno de los personajes principales de la nueva trama de 'La Firma'. Desde que se hiciese público que su esposa padece un cáncer, además de que su padre también está muy delicado, el Príncipe de Gales se ha convertido en una figura de referencia en la representación británica. Un trabajo de presencia en actos oficiales que retomó hace ya algunas semanas, leyéndose esto como un posible indicador de la mejoría de Kate.
También en el marco de sus responsabilidades, y después del revuelo provocado por la reaparición con su mujer en el desfile del 'Trooping The Colour' del pasado 15 de junio, el hijo de Carlos III ha seguido su camino fuera de sus fronteras. Esta vez, el destino era la ciudad de Frankfurt, en Alemania, y con un motivo nada relacionado con lo protocolario, sino con los deportes. Guillermo asistía al estadio Frankfurt Arena en la tarde del pasado 20 de junio para disfrutar in situ del partido de la Eurocopa que se disputaban la selección de Inglaterra y Dinamarca. De ahí que también estuviera presente el rey Federico, al que no dudó en conceder unos minutos de conversación y cercanía.
Imágenes cuando menos reveladoras del encuentro entre el Rey de los daneses y el príncipe heredero, de las que se extrae un cariño y una muy buena sintonía. El ambiente acompañaba y sus pasiones también, porque ambos han demostrado en el pasado ser muy seguidores del futbol. Ambos, que se mostraron verdaderamente cómplices para deleite de los presentes y las cámaras de la prensa, siguieron atentos el juego. Sin rivalidad aparente, pero con la ambición de que sus respectivos equipos pasasen a la próxima fase de la liga. También el deseo de la mayor de las suertes en ese camino a la gran final, con un ímpetu tan similar que resultó en empate. 1 - 1.
El concepto que conecta a príncipe con Rey, según una experta
Por igual fue también la suerte que han corrido ellos a ojo de sus súbditos tras este afectuoso tú a tú en la grada. Obviando las palabras que se pudieran proferir el uno al otro en un momento tan especial, los delató su lenguaje no verbal. Gestos tan reveladores como acompañar el hombro al mismo tiempo, e incluso abrazarse sin perder la sonrisa. Una dinámica, la de tocarse, que Vanessa Guerra, experta en comunicación corporal, define a la perfección en su libro 'El lenguaje corporal de las emociones' (RBA).
"El 'rapport' surge de manera involuntaria cuando de repente congenias con alguien y, sin darte cuenta, tus movimientos, tus posturas y tus gestos se sincronizan con las suyas (...). Es muy fácil saber cuándo dos personas se caen bien o se gustan, porque sus cuerpos habrán adoptado posturas similares, estarán próximos entre sí y coincidirán en su gesticulación", expone la especialista.
Desde CLARA, hemos querido ir un paso más allá de lo corporal y apuntar directamente también a sus muecas. Un terreno que Guerra no deja inexplorado en su publicación, y que en el caso de ellos dos remite directamente a una felicidad incontestable. "Si estamos sintiendo una alegría intensa, nuestra mirada se rasgará más y surgirán más arrugas a los lados de los ojos, las llamadas 'patas de gallo'", visibles en el rostro del esposo de Mary Donaldson.
Esa alegría, también latente en la boca de ambos, pues cuando las emociones son de mayor intensidad "es inevitable enseñar los dientes e incluso abrir la boca para reír". Desde la inclinación de su cabeza, hasta el hecho de tocarse piel con piel, no queda duda alguna de que su relación es muy buena. Un trato que trasciende lo profesional y les permite conectar desde lo más personal, sin temor a sentir rechazo por parte del otro. Se entienden a las mil maravillas.