La reina Camila recibió los apellidos Parker Bowles, que han sido los grandes protagonistas de la historia de la crónica social, gracias a su primer matrimonio con el capitán Andrew Parker Bowles. En aquel momento, Bowles era uno de los hombres más deseados dentro de la alta sociedad británica. Su enlace, celebrado el 4 de julio de 1973, parecía que también marcaría el final de la fama de mujeriego de Andrew. O al menos eso creía Camila, quien estaba convencida por aquel entonces de que "un leopardo puede cambiar sus manchas".
La boda fue todo un desfile de importantes rostros de la sociedad inglesa, ya que, aunque Camila no tenía sangre azul, los vínculos de su familia con la alta sociedad eran muy estrechos. Entre algunos de los asistentes a la boda, podemos resaltar la reina Madre, la princesa Margarita o la princesa Ana, quien, a su vez, llegó a ser pareja de Andrew en el pasado.
Ese día, una jovencísima Camila, de tan solo 25 años, entonaría el "sí, quiero" por primera vez y le juraría amor eterno a Andrew Parker Bowles. No obstante, su historia de amor no tardaría mucho en hacer aguas. Los coqueteos de él con otras mujeres junto a los continuos acercamientos de Camila al rey Carlos III marcarían su relación. Aun así, su matrimonio consiguió naufragar en ese mar bravío de infidelidades por ambas partes durante más de dos décadas.
MÁS DE 800 INVITADOS EN UN ENLACE ÚNICO
Antes incluso de que Andrew se declarara a Camila, los padres de ambos anunciaron su compromiso a través de un anuncio en el periódico Times en marzo del 73. Un movimiento muy estudiado con el único fin de que Andrew diera por finalizada su etapa de soltero de oro y sentara la cabeza de una vez por todas.
Camila y Andrew se conocieron por primera vez cuando ella tenía 18 y él tenía 27. Fue a través de una amiga en común y en una fiesta de la alta sociedad, en la que incluso Camila acudió con su novio de aquel momento. Sin embargo, la actual reina de Inglaterra cayó rendida a los encantos de Parker. Muy poco tiempo después, Camila dejaría a su novio para acerarse a Parker.
Había muchos factores que influyeron en el repentino flechazo de Camila por Andrew. Tal y como la experta royal Penny Junor señaló, ella veía en él "todo lo que buscaba en un hombre", pero, sobre todo, lo que este le podía aportar. "Era sofisticado y experimentado. Le gustaba el hecho de que fuera un oficial de caballería, como lo había sido su padre. Y que al igual que este hubiera ganado dos veces la Cruz Militar, era valiente".
Sin embargo, esos primeros años de noviazgo estuvieron marcados por las idas y venidas, y hasta por más de un "parón". Durante esos paréntesis que la pareja se daba, fue cuando Andrew inició un breve affaire con la princesa Ana, mientras que Camila comenzaba a tener contacto con el rey Carlos III. Mientras que la historia de Andrew y la princesa Ana no llegaría nada, el vínculo que se estaba forjando entre Camila y Carlos era cada vez más fuerte.
7 años después de aquel primer encuentro de Camila y Andrew, la pareja celebró su boda en julio del 73 en la Guards Chapel de Wellington Barracks, Londres. Los 800 invitados al enlace fueron testigos de cómo Camila era la viva estampa de una mujer enamorada, pues había conseguido que el hombre más deseado de la high society pasara por el altar.
La novia deslumbró con su espectacular vestido de Belville Sassoon. Después de convertirse en marido y mujer tras la ceremonia religiosa, ambos salieron del brazo hacia el Palacio de St. James para celebrar con el resto de invitados la unión. Fue además el padre del novio quien se encargó de correr con los gastos de toda la celebración.
Los recién casados disfrutaron de una luna de miel de ensueño en el sur de Francia, y la llegada de sus dos hijos, Tom Parker Bowles y Laura Lopes, marcaría los años siguientes. Sin embargo, ni siquiera el matrimonio ni la paternidad sirvieron para que Andrew diese por concluida su etapa más ligona, por los que la lista de infidelidades de él seguirá aumentado conforme el matrimonio sumaba años. Esto, a su vez, desencadenaría en que Camila retomara su relación con Carlos.
22 años de deslealtades
Para el monarca inglés fue un duro golpe recibir la carta de despedida en la que Camila le contaba sus planes de casarse con Andrew. Camila estaba dispuesta a apostar por su recién estrenado matrimonio, pero las deslealtades que iba descubriendo de su marido solo reflejaban lo abocada al fracaso que estaba su relación. De ahí que Camila volviera a los brazos de Carlos en 1986, mientras Andrew comenzaba una relación paralela con que sería su segunda esposa. Rosemary Pitman. Ambos eran conscientes de la situación que atravesaba su matrimonio; hacía aguas por todas partes y buscaban fuera de casa lo que no encontraban dentro de ella, pero, aun así, continuaron con su historia durante 22 años.
No obstante, hubo un punto de inflexión que marcaría el final de su matrimonio con un contundente comunicado en el que se anunciaba el divorcio. En 1995, cuando la relación de Carlos y Camila era un secreto a voces para la sociedad británica, y Lady Di estaba sumida en una profunda tristeza, el monarca dio un paso al frente y confesaba en la televisión que era un hombre adúltero y que había sido infiel. Estas palabras supusieron un mazazo al ego de Andrew, por lo que decidió dar punto y final a su matrimonio con Camila, y anunciar la firma del divorcio.
En el comunicado que vio la luz, ambos reconocen que su matrimonio estaba fracturado desde hace años y que, finalmente, había llegado el momento de separarse. "A lo largo de nuestro matrimonio siempre hemos tendido a seguir intereses bastante diferentes, pero en los últimos años hemos llevado vidas completamente separadas", rezaba el texto.