El verano ha terminado y con él la temporada de bodas... ¿O no? En realidad, y aunque por norma general suela apostarse por la temporada estival para los votos, son muchas las parejas que prefieren darse el 'sí, quiero' cuando el calor abrasador del estío ha remitido. De ahí que es probable que aquellos que este año han recibido invitaciones a más de un casamiento todavía tengan pendiente asistir a alguno. Incluso a varios. Véase el caso de la reina Letizia.
La consorte de Felipe VI figura en el listado de invitados de dos enlaces durante el próximo otoño. Además, dos de esos que difícilmente pasarán inadvertidos ante la prensa, hasta el punto de que son muchos los curiosos que siguen preguntándose qué determinación tomará la Reina tras recibir estas invitaciones. El caso es que, a pesar de que es ella quien obviamente tiene la última palabra, hay algunas claves que pueden servir para descifrar si finalmente aceptará personarse en las ceremonias. Eso o declinar amablemente la invitación, que también puede ser.
A fin de cuentas, el asunto es tan sencillo como lo es revisar todo lo que ha sucedido en un año tan movido para la monarquía como el 2024. Nueve meses han pasado en los que, más allá de incontables compromisos oficiales, viajes de Estado y otros tantos eventos familiares, Sus Majestades han tenido que valorar si querían -o podían- formar parte de los invitados de más de una boda.
Algo que en realidad no es tan usual, pues hacía ya algún tiempo que no se veía al soberano y a su esposa en un cónclave de estas características. En estos nueve primeros meses del año tampoco ha habido ocasión, y no porque el Rey haya preferido ausentarse de los 'días más felices de la vida' de los que quisieron contar con él. Mayormente, ha intentado cumplir, pero la imagen de él de la mano de doña Letizia en un casamiento. ¿Por qué? Repasamos los enlaces a los que la Reina ha preferido no acudir, así como las claves que determinarán si su presencia se da en las celebraciones venideras.
Las bodas que Letizia se ha saltado en este 2024
Es probable que al plantear la imagen de la reina Letizia y el rey Felipe asistiendo a una boda haya muchos que queden desconcertados. Como si de algo inaudito se tratase, como si la monarquía no fuese a bodas. Pero en ningún supuesto tiene que ver esta extrañeza con una prohibición expresa del protocolo real. Más bien con que se ha convertido en algo insólito de un tiempo a esta parte, sobre todo desde que el hijo de Juan Carlos I tomó las riendas de la Corona.
Sea como fuere, el Rey sí que ha querido estar presente en la gran mayoría de las bodas a las que él y su mujer habían sido convidados formalmente en estos últimos meses. Con la única excepción del enlace entre José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo, cabe destacar. Se dijo que los Reyes no asistirían, a pesar del parentesco lejano de Felipe con la novia, para evitar una polémica relacionada con posicionamientos políticos, dado que el novio ejerce como alcalde de Madrid.
La cuestión es que tampoco le era posible, pues el soberano tenía que asistir a la final de la Copa del Rey en Sevilla esa misma tarde. ¿Hubiese ido si su agenda oficial estuviera despejada como lo hicieron sus padres y hermanas? Nunca se sabrá, aunque es de recibo admitir que sí lo hizo en la reciente boda de Victoria López-Quesada, su ahijada.
La hija de Cristina de Borbón Dos-Sicilias contrajo matrimonio con Enrique Moreno de la Cova el pasado 31 de octubre y su padrino no podía faltar a la cita. Dicho y hecho, el monarca se plantó en Algete para disfrutar de la jornada junto a ella... Pero sin Letizia. Constancia de ello quedó en las imágenes que Casa Real difundió y en las que no había rastro alguno de su mujer. Tampoco lo acompañó en junio a la boda de Natalia Alfonsín, hija de Jaime Alfonsín, que fue jefe de la Casa del Rey hasta este mayo. ¿Por qué no ir, cuando son personas tan cercanas a su marido? Todo tiene una explicación.
¿De qué depende la asistencia de la Reina a las bodas a las que está invitada?
O al menos, hay una explicación que se puede extraer de sus formas de proceder, porque sí hubo un tiempo en el que Letizia sí era una habitual en este tipo de eventos. Por ejemplo, la inolvidable boda de Federico de Dinamarca con Mary Donaldson en 2004, con su imponente vestido rojo de Caprile, cuando acababa de aterrizar en Zarzuela y ni siquiera había pasado todavía por el altar. O la del príncipe Guillermo de Inglaterra con Kate Middleton, en la abadía de Westminster 2011. ¿Por qué a esas sí? Porque eran bodas reales de máxima importancia.
Sea como fuere, no es el hecho de que sea una boda real lo que determina que Letizia elija o no asistir o no a este tipo de eventos. Sin ir más lejos, en el 2010 acudió a la boda de Nicolás de Grecia y Tatiana Blatnik, celebrada en la isla griega de Spetses. Lo hizo en calidad de familiar y no de soberano o representante institucional, de modo que la posibilidad de hacerlo está ahí. Ahora caben destacar tres puntos importantes para tomar la decisión de ir o no. Los primeros dos remiten a algo tan sencillo como que su agenda oficial se lo permita, así como que tampoco tenga ningún compromiso familiar todavía más importante del que encargarse. La tercera, más abierta a las valoraciones subjetivas, es aquella que explica su deseo de no llamar la atención en exceso sobre los novios.
Son estas cuestiones clave las que suponen una aclaración lógica sobre sus últimas ausencias y las que parecen venir. Por ejemplo, en el día de la boda de Victoria López-Quesada, Letizia se encontraba en París con motivo de los Juegos Paralímpicos. Un compromiso oficial ineludible, pero no familiar, como el que sí le supondrá ausentarse de la boda de Víctor Elías y Ana Guerra. El actor, que es primo segundo de la Reina, quería contar con ella, pero es probable que decline la invitación, pues la boda se celebra el 31 de octubre, que es el mismo día del cumpleaños de su hija Leonor.
Es el hecho de no destacar en demasía lo que explicaría por qué prefirió no estar en la de Natalia Alfonsín. La gran duda es si, ahora que ha recibido en mano la invitación de Teodora de Grecia y Matthew Kumar para el próximo 28 de septiembre, aceptará. En 2021, Letizia y Felipe desestimaron la idea de estar en la Phillippos, hermano de Teodora. Solo fue doña Sofía. ¿Se repetirá la estampa esta vez, o habrá por fin un nuevo cónclave borbónico en Atenas?