Que si lavarse el pelo todos los días es malo, que si lo ideal es cada dos o tres días, que si con una vez a la semana es suficiente, que si trucos para mantenerlo limpio más tiempo... Seguro que has oído todo tipo de consejos por parte de propios y extraños, porque realmente sigue siendo un tema que genera muchas dudas en la calle. ¿Cada cuánto hay que lavarse el pelo?
"Partiendo de la base de que el champú solamente se aplica en el cuero cabelludo, nuestra rutina de lavado se basará más en el tipo de piel que en el estado del cabello", nos revela Rubén Ramos, hair & makeup stylist. De sobra conocido también por su faceta como tiktoker, el experto nos ayuda a saber de una vez por todas cada cuánto hay que lavar la melena y qué señales podrían estar indicando que no lo hacemos con la frecuencia necesaria.
La frecuencia ideal para lavarse el pelo
Lo primero que nos aconseja Ramos es tener en cuenta qué tipo de cuero cabelludo tenemos: graso, seco, mixto, o sensible.
- Cuero cabelludo graso: se ensucian con más rapidez, especialmente si se trata de cabellos finos, porque producen mucho sebo.
- Seco: aguantan más tiempo sin esa apariencia grasienta, aunque pueden estar faltos de hidratación y nutrición.
- Mixto: cabello graso en la raíz y seco de medios a puntas
- Sensible: es aquel reactivo, con tendencia al picor, al enrojecimiento y muy vulnerables a las condiciones ambientales.
Champú Scalp Advanced Anti-Grasa de L’Oréal Professionnel
Así, si tenemos una piel grasa nos recomienda lavarnos cada día con un champú específico y realizar una exfoliación capilar, ya que "este es un biotipo que debe lavarse cada día para regular el microbioma del cuero cabelludo a niveles saludables".
Mascarilla Scalp Advanced Arcilla de L’Oréal Professionnel.
No obstante, el experto afirma que también "es posible que un cuero cabelludo produzca demasiada grasa sin que tengamos una piel grasa". Esto, según señala "puede tratarse de una respuesta reactiva por una irritación del cuero cabelludo por productos demasiado secantes, exfoliantes o incluso por el sol". Por eso en estos casos nos recomienda "calmar y rehidratar el cuero cabelludopara reajustar la actividad de las glándulas sebáceas del cráneo".
"Es posible que un cuero cabelludo produzca demasiada grasa sin que tengamos una piel grasa".
Según el estilista, los demás tipos de cuero cabelludo deberán lavarse el pelo con la frecuencia con la que percibamos "que se le acumula la grasa, ya que eso es signo de que puede haber una acumulación de piel muerta y proliferación de las bacterias 'malas' en estas condiciones".
Lo que ocurre cuando no lavamos el pelo
"Debemos entender que las bacterias, los hongos, la piel muerta y la polución no pueden adherirse a una superficie que está desengrasada y seca, esta solo puede adherirse si hay unas condiciones concretas de humedad, pH, restos de sebo y temperatura", explica Ramos. Por eso indica que "entre lavados vuelve a proliferar el microbioma".
El estilista recurre a una comparación sencilla que nos permite entender cómo debe ser la higiene del cuero cabelludo y, por consiguiente, del pelo. Así, afirma que si integramos el cuidado del cuero cabelludo "como parte de nuestro skincare, entenderemos que igual que es importante lavarse la cara pero permitir que se restaure la función de barrera y no ser demasiado abrasivo con los productos de limpieza, también que hay que ser equilibrado al retirar los aceites naturales del cuero cabelludo". Es decir, limpieza, toda la necesaria, pero con productos adecuados, que no resulten demasiado abrasivos ni secantes, para respetar el microbioma del cuero cabelludo.
6 señales de que no te lavas el pelo con la suficiente frecuencia
Apelmazado y apagado
Cuando no lavamos lo suficiente el cabello, la señal más clara está en su apariencia. Y es que debido a la acumulación de grasa y suciedad adheridas, el pelo se verá mate y pesado. Esto implica una pérdida de volumen y movimiento en la melena, que se hace especialmente evidente en los cabellos finos. Aunque todos, en general, pierden lustre con la falta de lavado.
Mal olor
La acumulación de grasa y sudoración, además de la suciedad del ambiente o la que se adhiere por contacto influyen en cómo huele el pelo. Y cuanto más retrasemos el momento del lavado, más intenso será. Además, puesto que el cabello es poroso, hay ciertos olores que quedan impregnados en la melena, como pueden ser los del tabaco, la contaminación ambiental, así como los humos de la cocina. Todos ellos contribuyen también a ensuciar el cabello, aparte de dejar un olor nada agradable.
Escamas
No hablamos de caspa, que es una alteración del cuero cabelludo, sino de la presencia de "escamas de grasa seca que se pueden confundir con caspa o descamación" y que se producen por la renovación periódica de la piel de la cabeza. Esas escamas pueden mezclarse con la grasa y la suciedad acumuladas, provocar picores y dar un aspecto poco higiénico al cabello, similar al que se produce cuando hay problemas de caspa, cuando en realidad es solo una señal de falta de limpieza.
Infecciones bacterianas, hongos o foliculitis
Cuando hay falta de higiene en el cuero cabelludo durante un tiempo prolongado, la acumulación de grasa y escamas favorece el crecimiento descontrolado de microorganismos como los hongos, que pueden causar dermatitis seborreica, por ejemplo. La foliculitis es una inflamación de los folículos pilosos causada normalmente por bacterias que tiene la apariencia de pequeñas espinillas alrededor del nacimiento del cabello. Sin embargo, es una afección que puede llegar a provocar picores, e irritación, pudiendo desencadenar en llagas y costras.
Debilitamiento del cabello
La falta de lavado del cuero cabelludo puede ser causa también de la formación de tapones de grasa alrededor de la raíz de los cabellos, pudiendo provocar miniaturización de los cabellos. Es un proceso en el que los folículos pilosos, responsables del crecimiento del pelo, comienzan a producir un cabello, cada vez, más fino y débil.
Caída del cabello
En los casos más extremos, cuando esa acumulación de grasa que tapona el poro se mantiene en el tiempo, puede favorecer la caída del cabello, al no poder este crecer y desarrollarse con normalidad. De hecho, es una de las situaciones a evitar por parte de quienes sufren problemas de alopecia.