En uno de mis últimos vídeos en Instagram sobre cómo lavar el cabello seco, me di cuenta de que muchas de vosotras teníais dudas sobre este tema. ¡El vídeo fue visto por más de 4 millones de personas y 17.000 se lo guardaron! Así que, pensando en todas mis lectoras, he creado esta guía completa para que tengáis claro cómo lavar vuestro cabello según su tipo, sin más confusión. ¡Espero que os sea de mucha ayuda!

Cabello Fino

El cabello fino puede sufrir de falta de densidad, ser quebradizo, seco, fosco o incluso graso. Por eso, la rutina de lavado debe ser muy cuidadosa. En estos casos, menos es más. Es clave usar productos suaves que no sobrecarguen tu melena y enfoques que ayuden a darle volumen y fortaleza sin dañarlo. La clave está en un lavado delicado que respete su fragilidad.

Lava tu cabello por la mañana, ya que durante la noche el cuero cabelludo genera más grasa. Usa poca cantidad de champú y asegúrate de repartirlo bien solo en el cuero cabelludo. Masajea suavemente sin frotar los medios y puntas, porque el champú que caiga al enjuagar será suficiente para limpiarlas. Puedes hacer uno o dos lavados, pero si te lavas a diario, evita el segundo lavado.

¿Qué productos deberías usar?

Opta por productos que aporten grosor y fortalezcan el cabello mientras lo hidratan, pero sin sobrecargarlo. Existen gamas profesionales fantásticas que te ayudarán a mantener tu melena sana y con volumen.

Consejo de peluquera: nunca olvides aplicar acondicionador en medios y puntas. Saltarte este paso puede dañar la fibra capilar, provocando rotura y sequedad.

Cabello Seco

Si tienes el cabello seco, ya sabrás que puede ser rebelde, difícil de manejar y en muchos casos tiende a encresparse. La falta de hidratación es su mayor problema, lo que lo vuelve frágil y propenso a la rotura. Por eso, durante el lavado, es clave dedicarle el tiempo suficiente para nutrirlo y darle el cuidado que realmente necesita.

El lavado del cabello seco comienza aplicando acondicionador en medios y puntas con el cabello mojado. Esto evita que el champú entre en contacto con las zonas más secas, lo que podría resecarlo aún más. Luego, lava solo el cuero cabelludo, aclara bien el cabello y vuelve a aplicar acondicionador para sellar la hidratación. No caigas en el error de espaciar demasiado los lavados; aunque tu cabello dure más tiempo limpio, necesita una nutrición regular que solo obtendrá con el acondicionador en mojado.

¿Qué productos deberías usar?

Es esencial que utilices un champú con poca base jabonosa o uno de una gama profesional muy nutritiva. Combina la nutrición e hidratación con un acondicionador adecuado y una mascarilla una vez por semana.

Recuerda: después de aplicar la mascarilla, es crucial terminar con el acondicionador para sellar la cutícula y mantener la hidratación por más tiempo.

Cabello Grueso

Si tienes el cabello grueso, sabes que puede ser resistente y fuerte, pero también algo rebelde. A veces se enreda con facilidad o se siente pesado, ¿verdad? La clave está en suavizarlo sin añadirle peso de más. ¡No lo sobrecargues! Hay que mantenerlo bajo control, pero con productos que lo cuiden y lo dejen manejable.

Cuando lo laves, es importante usar un champú que deje el cabello manejable. Si no lo tienes seco, pero sí algo encrespado, te recomiendo que, tanto al aplicar el champú como la mascarilla, masajees el cabello con los dedos de medios a puntas para alinear la cutícula. Esto será suficiente para mantener el frizz bajo control y retener la hidratación en el interior de la cutícula.

¿Qué productos deberías usar?

Opta por champús y acondicionadores que controlen el frizz y suavicen sin apelmazar. Las gamas anti-age también funcionan muy bien en estos casos, ya que ayudan a mantener la elasticidad y suavidad del cabello grueso. Consejo de peluquera: usa una mascarilla semanal para mantener tu melena suave y libre de encrespamiento.

Toma nota: si tu cabello es largo, no apliques el champú directamente en medios y puntas, porque solo necesitan la limpieza que cae al enjuagar desde el cuero cabelludo.

Cabello Dañado

Cuando el cabello está dañado, es mucho más frágil y quebradizo. Las puntas tienden a abrirse con facilidad, y el daño puede ser causado por el uso de calor, productos químicos o falta de hidratación. Para devolverle su estructura interna, necesitas una rutina completa que lo repare desde dentro.

Al lavar el cabello, es importante usar productos reparadores que actúen en la fibra capilar. No frotes con fuerza, ya que el cabello mojado se vuelve aún más frágil. Aplica siempre acondicionador, y si puedes, utiliza una gama reparadora hasta que tu melena recupere su fuerza. Las mascarillas dos veces por semana también son clave, y si puedes, hazte un tratamiento intensivo en el salón para reforzar el proceso.

¿Qué productos deberías usar?

Debes buscar productos ricos en proteínas, aminoácidos y aceites nutritivos que ayuden a reparar la fibra capilar.

Consejo de peluquera: Un champú sin base jabonosa con acondicionador incorporado te facilitará la recuperación en casa. Y, sobre todo, ten cuidado con las herramientas térmicas, ya que pueden empeorar el daño.

Cabello Poroso

El cabello poroso es complicado de manejar porque, aunque lo hidrates, pierde la humedad rápidamente y tiende a verse seco y áspero. La porosidad puede deberse a daños previos por calor, productos químicos o factores genéticos. Lo importante es retener la hidratación el mayor tiempo posible.

Cuando laves el cabello poroso, utiliza un champú sin base jabonosa y con acondicionador incorporado. Tras años de experiencia, esta es la solución más rápida y efectiva que he encontrado. La fórmula debe ser reparadora e hidratante para lograr los mejores resultados. Además, es esencial reforzar la hidratación usando un leave-in, que ayudará a mantener la humedad en el cabello durante mucho más tiempo.

¿Qué productos deberías usar?

Hay dos productos clave. El primero es un champú reparador sin base jabonosa y con acondicionador incluido, aunque es difícil de encontrar en el mercado. Es un tratamiento lavante que deja el cabello espectacular. El segundo es un acondicionador sin aclarado, un leave-in muy hidratante.

En este tipo de cabellos, es fundamental evitar cualquier tipo de agresión, ya sea por el uso de planchas, mechas o coloraciones agresivas. Son cabellos muy difíciles de recuperar y, una vez dañados, se complican mucho más. En este caso, mejor prevenir que curar.