Con la llegada de la menopausia, muchas mujeres se encuentran con un tipo de cutis que no reconocen: más seco y apagado, menos elástico, más sensible y con una piel más fina. Y es que esta etapa de la vida de la mujer viene acompañada de cambios físicos que tienen un gran impacto en la piel.
Para saber más sobre las necesidades del cutis y la mejor forma de cuidar la piel durante este período, le hemos preguntado a Gema Herrerías, farmacéutica experta en dermofarmacia y nutricosmética. Prescriptora de sobra conocida en redes por sus consejos sobre el cuidado de la piel, es fundadora de su propia firma –gh. Gema Herrerías– y titular de A5 Farmacia. Ella nos descubre los principales errores que cometemos en la rutina de skin care y desmiente algunos mitos.
Gema Herrerías
PREGUNTA: ¿Cómo cambia la piel con la menopausia?
RESPUESTA: Durante la menopausia, la piel experimenta cambios significativos debido a la disminución de estrógenos. Se reduce la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico, lo que provoca flacidez, arrugas y pérdida de densidad. También disminuye la secreción de sebo, lo que causa sequedad y sensibilidad, y se altera la pigmentación, favoreciendo la aparición de manchas.
Además, la renovación celular se ralentiza, la piel se vuelve más fina y frágil, y puede aumentar la inflamación crónica de bajo grado, conocida como inflammaging. La función barrera se debilita con mayor facilidad y el pH de la piel tiende a elevarse, lo que la hace más vulnerable a la deshidratación y las agresiones externas.
¿Qué cambios hay que hacer en la rutina de skin care como consecuencia?
Con la menopausia, la piel se vuelve más seca, fina y sensible, por lo que es fundamental adaptar la rutina para aportar nutrición y reparación. Las cremas deben ser más nutritivas para compensar la pérdida de lípidos y reforzar la función barrera, evitando la sensación de tirantez y la irritación. Es clave incorporar tratamientos reafirmantes y antiarrugas, con especial atención al cuello y óvalo facial, sin olvidar zonas como el escote y las extremidades, donde la piel también sufre los efectos de la pérdida de firmeza. Además, según el caso, pueden añadirse despigmentantes para tratar las manchas.
La renovación celular se ralentiza, por lo que se recomienda aumentar la exfoliación para mejorar la textura y luminosidad de la piel. La protección solar diaria es imprescindible para evitar el fotoenvejecimiento y el empeoramiento de las manchas. Por otro lado, los complementos alimenticios pueden ser aliados para mejorar la calidad de la piel y abordar alteraciones como la pérdida de colágeno o los problemas de sueño, que también afectan al aspecto cutáneo.
¿Qué activos son los más adecuados para esta etapa?
En la menopausia, la piel necesita ingredientes cosméticos que refuercen la firmeza, la hidratación y sobre todo la función barrera, además de protegerla del daño oxidativo y las manchas. Para mejorar la elasticidad y reducir arrugas, los retinoides, péptidos y exosomas ayudan a estimular la producción de colágeno y mejorar la regeneración cutánea. La piel se vuelve más seca, por lo que es clave utilizar ingredientes reparadores como ácido hialurónico, ceramidas, ácidos grasos, colesterol, centella asiática, pantenol y escualano, que restauran la función barrera y evitan la pérdida de agua.
Los antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E y la niacinamida, protegen del estrés oxidativo y ayudan a mejorar la luminosidad y uniformidad del tono. En caso de manchas se pueden incorporar despigmentantes como el ácido tranexámico y si hay imperfecciones el ácido azelaico.
La renovación celular se ralentiza, por lo que el uso de exfoliantes como el ácido glicólico, el ácido láctico, el ácido salicílico o la gluconolactona, favorece la regeneración y mejora la textura cutánea. Además, la protección solar diaria con filtros de amplio espectro es imprescindible para prevenir el fotoenvejecimiento y mantener la piel saludable en esta etapa.
¿Algún cosmético o activo que no recomiendes para nada durante la menopausia?
Durante la menopausia, es recomendable evitar limpiadores agresivos que puedan aumentar la sequedad y sensibilidad de la piel. También es importante usar con precaución exfoliantes químicos en concentraciones muy altas o con pH muy bajo, así como exfoliantes físicos con gránulos demasiado abrasivos.
Los retinoides son beneficiosos, pero deben introducirse progresivamente según tolerancia, evitando concentraciones demasiado altas si no son necesarias. Para optimizar sus beneficios sin irritar, se pueden combinar con productos antiedad a base de péptidos y cremas reparadoras de la función barrera.
¿Qué importancia tiene el colágeno en el aspecto de la piel de una mujer madura?
El colágeno es fundamental en la piel de una mujer madura, ya que es la proteína clave que aporta firmeza, elasticidad y resistencia. Con la menopausia, su producción disminuye de forma acelerada, lo que provoca flacidez, arrugas y pérdida de densidad. Además, la piel se vuelve más fina y frágil, con menor capacidad de retener agua, lo que acentúa la sequedad, la pérdida de función barrera y el envejecimiento cutáneo.
Para ello, es clave tanto estimular su síntesis como limitar su degradación acelerada, siguiendo un estilo de vida saludable, siguiendo una rutina cosmética antiedad e integrando la nutricosmética.
¿Podemos estar haciendo algo mal que acelere su pérdida o deterioro?
Sí, ciertos hábitos y factores externos pueden acelerar la pérdida y deterioro del colágeno, impactando en la firmeza y calidad de la piel. Uno de los principales es la exposición solar sin la debida protección, ya que la radiación solar degrada las fibras de colágeno y elastina, favoreciendo la flacidez y el fotoenvejecimiento.
Otro factor clave es la glicación avanzada, un proceso provocado por el consumo excesivo de azúcares, que endurece y vuelve menos funcionales las fibras de colágeno, acelerando la aparición de arrugas. Además, la inflamación, asociada al estrés continuado, la falta de descanso y una alimentación inadecuada, contribuye a su degradación prematura.
"El consumo excesivo de azúcares endurece y vuelve menos funcionales las fibras de colágeno, acelerando la aparición de arrugas".
Para frenar este deterioro, es fundamental adoptar un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada baja en azúcares, proteger la piel del sol a diario, reducir el estrés y complementar con una rutina cosmética antiedad que ayude a estimular su producción y mantener la piel firme y saludable.
@gemaherrerias
¿Hay evidencia científica en torno a los suplementos de colágeno para recuperar esa pérdida?
Sí, existen metaanálisis que han demostrado que los complementos alimenticios de colágeno hidrolizado y péptidos de colágeno pueden mejorar la apariencia de la piel, aumentando su hidratación, elasticidad y firmeza. Sin embargo, el tipo de colágeno (bovino, porcino o marino) no garantiza por sí solo su eficacia, ya que lo realmente importante es la evidencia científica del producto en sí y los estudios que respalden sus beneficios.
La mayoría de las investigaciones sugieren una ingesta diaria de entre 2,5 y 10 gramos durante al menos 4 a 6 semanas para obtener efectos visibles. El momento de toma depende de la forma de presentación: en general, puede tomarse en cualquier momento del día, aunque en algunos casos se recomienda por la mañana en ayunas. Es fundamental seguir siempre las indicaciones del fabricante, ya que la pauta puede variar según el formato: polvos, viales bebibles o cápsulas.
Estos complementos están especialmente indicados a partir de los 30 años y en etapas donde los requerimientos aumentan, como durante la menopausia o en personas con mayor exposición a factores que degradan el colágeno, como la radiación solar o el estrés oxidativo.
"Las cremas con colágeno no tienen el mismo efecto que los complementos alimenticios. Su acción se limita a la capa más superficial de la piel".
Y las cremas con colágeno, ¿tienen el mismo efecto?
No, las cremas con colágeno no tienen el mismo efecto que los complementos alimenticios. Su acción se limita a la capa más superficial de la piel, proporcionando hidratación y suavidad, pero sin capacidad para estimular la producción de colágeno en profundidad, a menos que contengan otros ingredientes con esta función. Para que pudieran tener un efecto regenerador, el colágeno presente en la fórmula tendría que estar hidrolizado en fragmentos lo suficientemente
pequeños para facilitar su penetración.
Además del colágeno, ¿hay algún suplemento más que convenga incluir en la rutina cosmética en la etapa de la menopausia?
Sí, además del colágeno hidrolizado y los péptidos de colágeno, la combinación de ácido hialurónico con fitoceramidas favorece la hidratación, la elasticidad y mejora de arrugas. Los omegas 3 fuente de EPA Y DHA a altas dosis, ayudan a reducir el inflammaging, que acelera el envejecimiento cutáneo. La nicotinamida es un antioxidante clave para las manchas y daño solar. En esta etapa también es importante manejar el estrés y mejorar la calidad del sueño, por lo que el magnesio y los adaptógenos como la ashwagandha o la rhodiola ayudan a la relajación y el equilibrio emocional, mientras que la melatonina puede ser útil para mejorar la calidad del descanso. Además, si hay un déficit de vitamina D, su aporte es fundamental para la salud ósea y cutánea.
En caso de síntomas propios de la menopausia, existen complementos específicos que pueden ser beneficiosos según las necesidades individuales.
Si tuvieras que quedarte con solo 3 cosméticos para tu rutina facial diaria, ¿cuáles serían?
Si tuviera que elegir solo tres cosméticos para mi rutina diaria, serían protector solar, cremagel de función barrera y aceite limpiador.
El protector solar de amplio espectro es indispensable para prevenir el fotoenvejecimiento y el cáncer de piel, la cremagel refuerza la función barrera cutánea, y el aceite limpiador limpia eficazmente sin alterarla. Es la rutina más básica para mantener la piel protegida.
¿Qué es lo que peor solemos hacer en esto del cuidado facial antiedad?
Uno de los errores más comunes es no aplicar protector solar a diario, reservándolo solo para la playa o la piscina, cuando en realidad la radiación solar afecta a la piel incluso en entornos urbanos. Otro fallo frecuente es abusar de concentraciones altas de retinol sin respetar la tolerancia de la piel, lo que puede alterar la función barrera de forma significativa.
Por último, muchas personas, con falsas expectativas, cambian constantemente de productos sin darles tiempo a hacer efecto. Aún peor si creen que la piel se acostumbra a los cosméticos, cuando en realidad lo que necesita es constancia para obtener beneficios o un cambio solo cuando sus necesidades varían.
"Muchas personas, con falsas expectativas, cambian constantemente de productos sin darles tiempo a hacer efecto".
¿Y los mitos que sigues oyendo relacionados con la cosmética?
Uno de los mitos más extendidos es la creencia de que los limpiadores en aceite son solo para pieles secas, cuando en realidad son aptos para todo tipo de pieles, incluidas las mixtas y grasas, ya que eliminan eficazmente impurezas y maquillaje sin alterar la función barrera cutánea.
Otro mito recurrente es que beber agua hidrata la piel, cuando en realidad la hidratación cutánea depende más de la función barrera y de factores externos, como el uso de productos adecuados. Aunque la ingesta de agua es clave para la salud en general, la piel necesita ingredientes específicos que ayuden a retener la humedad y fortalecer su estructura.