Zarzuela vuelve a vivir un 'baile de sillas' cuando han pasado poco más de tres meses desde que Felipe VI dio la bienvenida a un nuevo e importante apoyo. Fue en enero de 2024 cuando Casa Real hizo pública la decisión de prescindir de Jaime Alfonsín como jefe de la Casa del Rey, y otorgar el puesto al diplomático Camilo Villarino. Un cambio sustancial en el organigrama de la institución, puesto que, tras diez años de reinado, el hijo de Juan Carlos I decía 'hola' a otro colaborador indispensable en su día a día. Del mismo modo que le sucede ahora a Letizia, que también lidia con una modificación de su círculo de personas de confianza.
Y es que fue el pasado 5 de abril cuando se comunicó a la ciudadanía la decisión de poner a otra persona a los mandos de la jefatura de la Secretaría de la Reina. Una posición que desde la llegada de la consorte a la familia real, hace ya dos décadas, correspondía al general José Manuel Zulueta. Primero, durante su etapa como Princesa de Asturias, y también en estos primeros años posteriores a la proclamación del Rey. Sea como fuere, no fue hasta el pasado 30 de abril cuando se hizo efectivo el nuevo nombramiento, con su correspondiente publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
La primera mujer a cargo de la Secretaría de la Reina
Su nueva mano derecha es María Dolores Ocaña. Por primera vez, una mujer civil ocupando el cargo. De hecho, no es habitual que haya mujeres en posiciones de tal importancia dentro de la estructura 'laboral' que comprende palacio, pues hasta ahora quedaban limitadas a la interventora Beatriz Rodríguez Alcobendas, parte del equipo directivo de la Casa del Rey. La cuestión es que no es una mujer cualquiera, porque cabe destacar que su perfil puede resultar bastante similar al de la Reina. No solo por edad, ya que ambas tiene 51 años, sino también en materia de trayectoria.
En ningún caso se ha dedicado Ocaña al periodismo en TVE, como hacía Letizia antes de cambiar su vida de forma radical por amor. El caso es que María Dolores, que es licenciada en Derecho, sabe de buena tinta lo que implica trabajar en el sector público, pues ejerció de subsecretaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación durante el primero de los mandatos de Pedro Sánchez en el Gobierno. Una mujer coetánea de Letizia, con estudios universitarios, que se ha labrado una envidiable carrera profesional en el sector de la Administración a base de esfuerzo y dedicación.
Pero es que esto no se limita al curriculum vitae, puesto que la Reina y su nueva persona de referencia también coinciden en el terreno personal. Como ella, Ocaña es madre y está casada. Concretamente, y según reveló recientemente el digital 'Vanitatis', con el economista Álvaro Sanmartín Antelo. Un hombre que también cuenta con una dilatada trayectoria en el mismo sector que su esposa, pues es socio y economista jefe de la compañía Amchor Investment Strategies, dedicada las estrategias de inversión. Saben lo que es compartir vida con alguien con responsabilidad, pero sin dejar de lado las suyas. Un tándem que se anticipa equilibrado, es el que formarán. Uno que ya se ha estrenado en los actos públicos.
La primera aparición de Letizia junto a María Dolores Ocaña
Quedó descartada la presencia de la nueva jefa de la Secretaría en la aparición de los Reyes en la Academia Militar con motivo del 40 aniversario de la promoción de Felipe VI. No obstante, su primera vez juntas de cara a la galería no se ha hecho esperar demasiado. Justo en uno de los días más complicados para Letizia, además, pues fue el pasado 6 de mayo, durante el concierto EmociónArte. Para sopresa de todos, la Reina se presentó en el Teatro Real sin tacón alguno y enfundando sus pies en unas zapatillas deportivas. El motivo: se ha fracturado un dedo.
El escenario no podría ser peor, al menos en lo que a los achaques de salud se refiere. En cualquier caso, la madre de Leonor demostraba así su implicación, sin intención de cancelar compromiso alguno, aunque se le precise reposo. Junto a ella, y con mejor pie, María Dolores. En un segundo plano, eso sí. Al fin y al cabo, es esa su nueva función, con el recuerdo imborrable de Zuleta. No será fácil estar a la altura del hombre que durante 20 años ha conseguido tener un vínculo tan cercano con la consorte. Su andadura no ha hecho más que empezar. Tiempo al tiempo.