El mantra: “las normas están para romperlas” es algo que cualquier persona rebelde se repite a menudo. Y no cabe duda de que Letizia, aun manteniendo el protocolo y su carácter disciplinado, es una de las royals más "rebeldes" y, por tanto, con más carisma y de las más admiradas. Ahora hemos descubierto una curiosa norma que ella ha decidido no seguir en Zarzuela.
Letizia es una de las llamadas “royals plebeyas”, un club de reinas y princesas donde también encontramos nombres como el de Kate Middleton, Máxima Zorreguieta o Mary Donaldson, y eso hace que tengan un carácter más especial, que se traduce en muchísima más cercanía, en su labor como reina. Esta distinción, concretamente en la Corona Española, hace que no se aplique en ella una norma que el resto de miembros de la Casa Real sí deben cumplir.
Cuestión de “identificación”
Todos sabemos que los miembros de la corona no tienen la misma documentación que el resto de españoles. Es una anécdota muy común el hecho de que los miembros de la Familia Real no posee número de DNI como el resto de ciudadanos, sino que tienen una serie de números asignados por orden.
Esto proviene de una decisión de Franco que, cuando se estableció la creación y uso de un número de Identificación personal en el año 1951, denominado como Documento Nacional de Identidad, decidió reservar los números del 0 al 100 para su propia familia y, posteriormente, para los miembros de la Familia Real. Por ese motivo, el número 1, 2 y 3, pertenecían a Franco, su mujer Carmen Polo y a su hija Carmen Franco. Y la Casa Real empezó a numerar en la decena, correspondiendo al Rey Juan Carlos el número 10, la reina Sofía el 11, la infanta Elena y Cristina el 12 y el 14 (saltándose el número 13 por superstición) y el actual rey, Felipe VI, tiene el DNI número 15. Por su parte, Leonor y Sofía cuentan con el número 16 y 17.
Una imposición para todos, menos para Letizia
Pero, ¿qué pasó con Letizia? Como ella no pertenecía a la aristocracia, realizó su documentación como cualquier persona normal, consiguiendo su número de DNI mucho antes de convertirse en princesa y ahora en reina. Cuando accedió a Palacio le ofrecieron cambiar el número por el que le corresponde, por orden, el 16, pero la asturiana decidió mantener el que ya tenía. Como cualquier persona, una vez que te aprendes tu DNI, le coges cariño y quizá por eso, y por seguir manteniendo su independencia y cierto grado de cercanía con la ciudadanía, Letizia decidió mantener el número del Documento de Identidad que siempre le ha acompañado.
La evolución de Letizia y su cercanía
Cuando se conoció que Letizia mantenía una relación amorosa con el entonces Príncipe Felipe, y que abandonaba directamente el Telediario de RTVE para convertirse en princesa, descubrimos a una mujer fuerte y con mucho carácter pero tremendamente nerviosa y con ganas de asumir su nuevo puesto de una forma perfecta. Eso hizo que viéramos una Letizia un tanto estirada e incluso fría, velando por cumplir a rajatabla el protocolo y mantener una imagen regia a toda costa.
Con los años, sus decisiones y actos se han ido relajando poco a poco, hasta mostrarnos a la mujer cercana, divertida y dicharachera que conocemos ahora, que no tiene miedo de compartir selfies con la gente que acude a verla a los actos oficiales, o incluso crear discursos con el fin de que se vuelvan virales. Esta evolución de Letizia es fundamental para conocer cómo la asturiana de hoy muy poco se parece a la que pisó por primera vez la Zarzuela.