Dos meses se cumplen desde que el Juan Sebastián de Elcano comenzó su travesía hasta América. Sesenta días desde que Leonor partió desde Cádiz, con una ruta pactada que comprende pasar por todo tipo de destinos, pero también convivir con la vida en el mar. Y es que es precisamente el mar es al hábitat al que debe acostumbrarse, a pesar de que puedan darse algunos contratiempos y no todo sea tan fácil como resulte desde el ojo ajeno. Más todavía ahora que, desde finales del pasado enero, no pisa tierra firme.

Habrán pasado veintidós días desde que el navío abandonó Las Palmas de Gran Canaria cuando el próximo 14 de febrero atraque en la ciudad brasileña de Salvador de Bahía. Más de tres semanas en las que subir a cubierta está siendo, tanto para la heredera como los otros 75 guardiamarinas que la acompañan en este crucero de instrucción, símil de no ver más que agua alrededor. La mejor situación para que todos ellos, entre lecciones y maniobras, aprendan todo lo necesario para navegar correctamente. Aunque de esto la princesa ya entendía un poco antes de empezar el viaje.

Leonor en Elcano
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No fue en la Escuela de Vela de Calanova como sus primos

Y no, no solo porque en los meses previos, en los que ha estado instalada en la Escuela Naval de Marín, en Pontevedra, ya haya aprendido nociones de navegación. Como siempre que procede comprender el presente, para entender cómo aprendió a bogar la primogénita de Felipe VI hay que echar la vista atrás. Concretamente, hasta cuando Leonor era todavía una preadolescente y se enfrentó a su primera clase sobre una embarcación. Por aquel entonces tenía solamente 12 años.

Es probable que los más observadores de la Corona caigan en la idea de la tradición que une a los Borbones con el mar para entender cómo se gestó este momento. No obstante, no demasiado tuvieron que ver el pasado marinero de su bisabuelo Juan, ni la pasión por las regatas de su abuelo Juan Carlos, ni que su padre llegase incluso a competir en el Equipo Olímpico de Vela en los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona. Tampoco que sus primos tomasen clases en la Escuela de Vela de Calanova en los veranos en Mallorca. Ella no siguió este camino, y de hecho, ni siquiera probó sus capacidades para navegar en España.

Leonor y Sofía
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Fue en el julio de 2018, cuando Sus Majestades tomaron la decisión de enviar a su hija a un campamento en los Estados Unidos durante un mes. Una experiencia que no vivió sola, puesto que junto a ella estaba también su hermana pequeña, la infanta Sofía, que tenía 11 años. Allí, en el marco de las actividades planteadas por la organización de la estancia -como el tenis, el baloncesto o el inglés-, fue cuando a ambas las enseñaron a navegar. Y debió de gustarles, puesto que en el 2019 le pidieron a sus padres repetir y volvieron a viajar al extranjero.

La gran diferencia con su situación actual en 'Elcano'

Es inevitable remitir al hecho de que poco o nada tiene que ver la situación actual de la heredera con aquellos días de verano que nunca podrá olvidar. Sobre todo teniendo en cuenta que ahora no hay tanto tiempo para el esparcimiento como por aquel entonces, pues su vida a bordo de 'Elcano' entronca con la demandante formación castrense con la que cumple desde el 2023.

Basta con echar un vistazo a las imágenes y vídeos que se han difundido desde los canales oficiales de la Casa Real para dar fe de cuan exigente es el reto. Y es que en estos casi seis meses instalada en el buque-escuela, el desafío supera cualquier precedente, pues a las dificultades para adaptarse a no residir en un habitáculo al uso se suman sus tareas como aprendiz de la Armada.

Leonor
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Véanse las instantáneas en las que se observa a la hija del Rey subiendo por los altos mástiles. Una prueba de tantas pruebas con las que Leonor está teniendo que lidiar, con el riesgo que eso implica, y también atendiendo a consecuencias como el moratón que marcaba su brazo en los días que estuvo en Gran Canaria. La muestra de que, como bien se ha querido desde la institución en todo momento, no hay excepciones en su día a día para con los demás.