A estas alturas del año, podríamos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que este 2024 ha sido un annus horribilis en toda regla para la Corona Británica. Dos de sus miembros más queridos, Kate Middleton y el rey Carlos III, están batallando contra el cáncer y continúan inmersos en sus respectivos tratamientos. Sin embargo, el verano ya ha comenzado, la temporada estival daba comienzo hace tan solo unos días y eso nos hace situar a la familia en uno de los enclaves favoritos de la difunta Isabel II: Balmoral. Son muchas las historias que han rodeado a este castillo y aquí vamos a desgranar uno de sus grandes secretos.

EL SECRETO DE BALMORAL, AL DESCUBIERTO: ¿QUÉ ESCONDEN ENTRE SUS MUROS?

El palacio Balmoral cuenta más de 20.000 hectáreas de terreno, repartidas en 150 edificios. Se encuentra en el Royal Deeside, Aberdeenshire, Escocia. Concretamente, el palacio está situado en el río Dee y muy próximo a la montaña Lochnagar. Más de nueve horas de coche separan Balmoral de Buckingham. Entre los edificios que lo componen encontramos la residencia privada de Carlos III, donde pasó el pasado verano junto a Camila.

El castillo se encuentra en un enclave natural rodeado de tierras de cultivo y una gran fauna, en la que encontramos caballos, ciervos y hasta ponis. Fue el gran refugio de la difunta Isabel II, y lugar donde murió a la edad de 96 años.

BALMORAL
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La Familia Real se hizo con la propiedad en 1952. Fue un regalo del príncipe Alberto a su esposa, la reina Victoria, que cayó rendido ante el paisaje escocés. Pudo comprar el castillo cuando Sir Robert Gordon, que en aquel momento era quien tenía el contrato de arrendamiento, murió atragantado por una espina de pescado, tal y como deslizó Gustavo Egusquiza para 'Vanitatis'. Entre algunas de las curiosidades que el periodista comentó en su visita al castillo, asegura que el gaitero de Balmoral era el encargado de despertar a Isabel II y también de amenizar las cenas de gala. A las 9 de la mañana, la madre del rey Carlos III se despertaba al son de la gaita escocesa.

Pero uno de los grandes secretos que supuestamente esconde el castillo, y que muy pocas personas conocen, es que debajo de la piedra fundacional de ampliación del castillo podríamos encontrarnos con botellas de whiskey, monedas o hasta ositos de peluche. Sarah Hoare desvelaba en 'Vanitatis' que fue la reina Victoria quien ordenó esconder todo eso.

La leyenda del 'Balmoral Test'

Como hemos mencionado anteriormente, la lista de leyendas urbanas que hay en torno a Balmoral es larga, muy larga. Algunas son ciertas, otras no. Pero de la que sí hay constancia es del 'Balmoral Test'. Se trataba de una prueba que, supuestamente, la reina Isabel II le hacía pasar a ciertas chicas elegidas para ver si podían pertenecer a la clase alta. Las pretendientas del rey Carlos III tuvieron que hacer frente a este test para ver si estaban capacitadas de formar parte de la Familia Real.

ISABEL II
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Kate Middleton

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A su vez, el duque de Edimburgo también tuvo que pasar por las pruebas impuestas en el 'Balmoral Test'. Lo pasó con nota, tal y como tiempo después revelaría el biógrafo real Michael Patterson. Unas de las grandes pasiones del esposo de la reina eran las "actividades al aire libre", de ahí que lograra pasar  cada una de las pruebas a las que se enfrentó. Algo muy parecido a lo que le ocurrió a la princesa Diana, pese a que tiempo después Balmoral se convertiría en un sitio "maldito" para ella.  Por otro lado, quien no llegó a pasar este famoso y conocido test fue Margaret Thatcher, que tiempo después llegaría incluso a cargar contra su experiencia en Balmoral, tachándolo de “el purgatorio”.

El exigente código de acceso para estar en BALMORAL

Por supuesto, para poder estar dentro del castillo hay unas reglas y protocolos que se deben seguir, sobre todo con respecto a la vestimenta. Hay una serie de directrices e indicaciones que deben ser aplicadas sin excepción alguna. Pero, sobre todo, un protocolo real. En él nos encontramos con el orden en el que se debe saludar, cómo inclinarse, dónde sentarse y dónde no, y también las actividades que se pueden realizar al aire libre y cuáles no. 

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LA ÚNICA MODIFICACIÓN QUE HA SUFRIDO EL BALMORAL

Siempre se ha intentado mantener al máximo la estética del castillo durante décadas. Es uno de los grandes símbolos indiscutibles de la monarquía británica, por lo que había que preservar su imagen y mantenerla fiel a sus orígenes.  Sin embargo, sí ha sufrido alguna que otra modificación, entre ellas un ascensor que fue instalado por los problemas de movilidad de la reina Isabel II. De lo que no hay duda es de que ese castillo atesora un sinfín de recuerdos para la Familia Real británica, y que la partida de Isabel II hizo que, irremediablemente, todo haya cambiado.