Hay cumpleaños tremendamente especiales, y números que representan muchísimo. Eso es justo lo que acaba de pasar hace unos días con el cumpleaños de Margarita de Bulgaria, que ha celebrado sus 90 años de una forma muy especial y rodeada de sus seres queridos.
Es una de las mejores amigas y confidentes de la Reina Sofía, y también una de las ‘royals’ con una historia de vida más interesante y que, en parte, ha unido a diferentes casa reales europeas, por eso no es de extrañar que Margarita de Bulgaria haya estado tremendamente bien acompañada en su celebración en Madrid.
A sus 90 años de edad, Margarita de Bulgaria ha visto cómo las monarquías europeas, y las diferentes Casas Reales de toda Europa, evolucionaban, crecía y se remodelaban para adaptarse a los nuevos tiempos. Ahora, ha querido “volver a sus raíces” para una celebración muy especial y en la que ha estado muy bien acompañada.
La historia de Margarita de Bulgaria
Nacida con el nombre de Margarita Gómez-Acebo y Cejuela el 6 de enero de 1935 en Madrid, España, Margarita es la esposa de Simeón II de Bulgaria, el último zar de Bulgaria. De ascendencia aristocrática, Margarita pertenece a una familia de la nobleza española. Su padre, el marqués de Cortina, y su madre, María de las Mercedes Cejuela, fueron asesinados en la Guerra Civil y la pequeña tuvo que vivir con sus tíos primero en París y después volvió a Madrid. Su relación con la monarquía española es que es prima de Luis Gómez-Acebo, esposo de la infanta doña Pilar de Borbón.
Fue en el entorno de la alta sociedad europea, donde se movía como pez en el agua, donde conoció a Simeón II, quien había sido depuesto en 1946 tras la abolición de la monarquía en Bulgaria y vivía en el exilio desde entonces. Se conocieron en el Liceo francés de Madrid, donde ambos estudiaban.
Un intenso amor
La pareja se casó el 21 de enero de 1962 en Lausana, Suiza, y tuvieron que realizar tres ceremonias porque Margarita no quiso renunciar al catolicismo y Simeón era ortodoxo. Desde entonces Margarita se convirtió en una figura aristocrática internacional. Aunque Simeón II ya no ostenta el título de zar, sigue siendo una figura simbólica en el país y por ese motivo Margarita asumió un rol diplomático y de apoyo a su esposo durante el exilio, y más tarde, en su retorno a Bulgaria en 1996.
Simeón se convertiría en el primer ministro del país, tras presentarse a las elecciones. “Margarita es la única mujer que ha sido reina consorte y Primera Dama de la República para volver a ser lo que siempre fue: "la reina del 45", la línea de autobuses que arranca de su propia puerta y que utiliza para ir al centro de Madrid”, dijo de ella Jaime Peñafiel.
La familia de Margarita y Simeón es muy numerosa. Tienen cinco hijos: Kardam, Kyril, Kubrat, Konstantin-Assen y Kalina, quienes han crecido como parte de una dinastía que combina tradiciones búlgaras por parte de padre, y españolas por parte de madre. Estos “abuelos” búlgaros también tienen once nietos, por lo que se configuran como una gran familia.
Sus hijos y nietos han residido en muy diferentes puntos del planeta, pero siempre mantienen vínculos tanto con Bulgaria, como con España, y participan en actividades familiares, por eso algunos de ellos no han querido perderse la celebración de su madre en Madrid.
Un cumpleaños muy especial
Hace muy poco se ha conocido que, para celebrar su 90 cumpleaños de una forma muy especial, se ha realizado una cena en el centro de Madrid, en el Barrio de Chamberí. Fue un evento que reunió a sus seres queridos y amigos cercanos. Entre los asistentes estuvieron sus hijos, el príncipe Kyril, el príncipe Kubrat, acompañado de su esposa, Carla Royo-Villanova, y el príncipe Konstantin, junto a su mujer, María García de la Rasilla, quienes demostraron su cariño y admiración por su madre en un día tan especial.
También estuvo allí Míriam de Ungría, la viuda de Kardam de Bulgaria, que sigue muy en contacto con la familia de su marido. No pudo asistir a este encuentro su hija, la princesa Kalina, que según informan se tuvo que quedar en el palacio de Tsarka Bistritsa en las montañas Borovets en Bulgaria debido a una gran nevada que le impidió viajar.
Este evento reafirmó la importancia de la familia y los lazos que unen a las dinastías europeas en momentos significativos, y sobre todo el fuerte cariño que la familia búlgara profesa por España, lugar de nacimiento de su matriarca. También estuvo presente en la cena la reina emérita, Doña Sofía, destacando la cercanía entre ambas familias reales y también apoyando a una reina de “su generación” con la que ha compartido cientos de momentos juntas. No cabe duda de que estas dos abuelas royals han vivido juntas muchas aventuras y están deseando poder pasar tiempo juntas, y más aún si es para celebrar estos momentos especiales.