No importa el tiempo que pase, ni los desastres que ha habido de por medio. Ni Cristina de Borbón ni Iñaki Urdangarin podrán evitar pensar en el otro cada 4 de octubre. Una fecha clave en el calendario de ambos, a pesar de la distancia que hoy día los separa y que demuestra que las cosas nunca volverán a ser como antes. Ese mismo día, en 1997, se dieron el 'sí, quiero'. El pistoletazo de salida a un proyecto en común que no pudo ser. Con el matiz de que llegar hasta allí no fue un camino de rosas.
Porque por mucho que la mediana de los Borbón y Grecia demostrase ser la más independiente de entre sus hermanos, nada quitaba su importancia dentro de la Familia Real española. Es por eso que cualquiera de sus relaciones no solo se era objeto de un análisis popular sin precedentes. La cosa iba más allá, e Iñaki Urdangarin se vería sometido a un minucioso examen por parte de su estirpe. Uno del que, a pesar de salir triunfante el propósito de estar juntos, salieron a la luz muchas reticencias. ¿Qué fallaba en el historial del vasco que tanto chirriaba entre la monarquía?
Lo cierto es que había varios factores que no terminaban de convencer a don Juan Carlos. Porque sí, aunque el tiempo acabó por convertirlo en su yerno favoritísimo -antes de escándalos e imputaciones varias-, el emérito no aceptó de buena gana el noviazgo de su hija. No entendía qué veía su hija en un deportista de élite que arrastraba fama de casanova y que, además, tenía otra novia cuando conoció a la infanta. Es decir, hubo un momento en el que llegó a compaginar las relaciones durante nueve meses. El primer engaño de tantos.
La mujer a la que Iñaki Urdangarin engañó por Cristina
Fue esa mentira, entre otras cuestiones, lo que habría propiciado el intento del jefe de Estado de boicotear el enlace. No hubo manera. Cristina estaba enamorada hasta las trancas, además de segura de que Iñaki era el indicado para comenzar una vida en común. La suya es una de esas historias de amor a primera vista, pues se dice que la hermana de Felipe VI quedó prendada del jugador de balonmano durante los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996. Solo era la encargada de saludar al equipo, pero a su regreso a Barcelona no le perdió la pista.
Por aquel entonces, además de estar centrado en su carrera en el mundo del deporte, Urdangarin regentaba El Pou, un pequeño restaurante muy cerca de la avenida Diagonal, en el pasaje Pellicer. El lugar indicado para hacer una fiesta de celebración de la medalla de bronce a la que la hija de los Reyes no faltó. Todo fue hacia adelante. Cita tras cita, se enamoraron. Cenaban, iban a conciertos -como el de Michael Jackson en Zaragoza- y hacían todo tipo de planes de pareja. Sin saber Cristina que su nueva ilusión tenía ya una pareja.
¿Y quién era ella? La gran pregunta que seguro invadió a la infanta en el momento en el que supo de este idilio clandestino. Idilio, que más que idilio era una relación formal. Desde el año 1992 llevaba saliendo 'Txiki', como apodaban al de Zumárraga sus allegados, con Carmen Camí. Hija de un transportista y criada en el municipio de Viladrau, donde él veraneaba. Y eso que por aquel entonces se le conoce otra novia, la también catalana Susana López.
La viva prueba de que no hubo problema en compatibilizarlo para después elegir a Camí es la irrupción de la tía de Leonor en su vida en cuatro años más tarde. El caso es que, a pesar de la distancia entre la ciudad condal y la localidad donde vivía Carmen, no supuso un inconveniente para que la cosa cuajase. Todo fue a mejor gracias a Javier Pellón, un buen amigo de Iñaki que le consiguió trabajo a la joven en la cadena de gimnasios Metropolitan. Quién le hubiera dicho al exduque de Palma que el que comenzó como su empleador terminaría siendo el futuro marido de la chica.
¿Qué fue de Carmen Camí cuando terminó la relación?
No, Javier no fue el responsable de su ruptura. Basta con revisar todo lo anterior para darse cuenta de que las mentiras de Urdangarin fueron el catalizador de su abrupto final. El que hizo saltar sus planes de boda -porque también los tenían- por los aires fue el propio Iñaki en el momento en el que comenzó a verse con Cristina a sus espaldas y acabó por elegirla a ella como su pareja oficial. Dicen que Carmen, desprevenida, se enteró por la televisión del compromiso de su ex con la duquesa de Palma por la televisión tras el anuncio de Zarzuela. También del tiempo en el que estuvo con las dos mujeres a la vez.
En aquella época, Camí se limitó a decir que "no estoy dolida con él" ante los periodistas que querían saber su opinión. "Se ha portado bien conmigo", añadía, aunque la versión de los periodistas Eduardo inda y Esteban Urreiztieta en el libro 'Urdangarin. Un conseguidor en la corte del rey Juan Carlos' difiere sustancialmente. Allí se apunta que cuando la chica fue a sacar su dinero de la cuenta que compartía con él, no había nada. Ni la parte del uno, ni la de la otra.
Presuntamente, el exyerno de los eméritos lo habría sacado todo, incluidos 2.400 euros de ella. Sea como fuere, ella nunca lo confirmó, aunque sí que se sabe que abandonó la ciudad para tomarse un respiro tras conocerla noticia. Javier Pellón, el jefe que la contrató como secretaria de Metropolitan, no le puso inconveniente. Más bien fue él su hombro donde llorar, hasta el punto de terminar enamorándose. En la actualidad, están casados y tienen dos hijos. Un final feliz a tanta amargura.