Eran jóvenes, sí, pero el amor entre Felipe VI y Letizia no se fraguó como un idilio adolescente. En el momento de formalizar su compromiso, ambos superaban la treintena y habían tenido ya otras tantas oportunidades de probar suerte con sus relaciones. Sin ir más lejos, Letizia se había incluso divorciado cuando la Casa Real anunció que el entonces Príncipe de Asturias pasaría por el altar con ella. Tenían rodaje, y también ganas de comenzar nuevas etapas.
En ese horizonte estaba, evidentemente, la idea de formar una familia. Algo asumido al tratarse del heredero al trono, además de muy ansiado por los observadores de la Corona. Los súbditos y la crónica real, deseosos de conocer al nuevo miembro de la Familia Real llamado a ocupar el primer escalafón de la institución... Y resultó ser una mujer. Leonor de Todos los Santos de Borbón y Ortiz, nacida el 31 de octubre de 2005. La ahora Princesa de Asturias conocida por todos, que a fecha de 2024 ya juega un papel fundamental en los actos oficiales y será Reina en el futuro.
Ahora bien, y aunque no había nada escrito, los precedentes invitaban a pensar que la primogénita de Felipe y Letizia no iba a ser hija única. A fin de cuentas, no solo sus padres provenían de familias de tres hermanos, sino que también las infantas Elena y Cristina, hermanas del príncipe heredero, ya habían tenido más de un hijo. Dicho y hecho, y en su voluntad de seguir ampliando la estirpe, el 29 de abril de 2007 llegó al mundo Sofía. La benjamina de Zarzuela y también de la nueva generación de Borbones. La última hija de los Reyes, porque ahí se plantaron. ¿Por qué?
Un motivo contundente para decir 'basta' tras nacer Sofía
Resulta cuando menos llamativo el hecho de que, aun viniendo ambos de una familia de tres, no quisieron Letizia y Felipe dar una tercera oportunidad a la paternidad. Ni siquiera teniendo casi todas las perspectivas posibles de una familia numerosa, pues ella fue la mayor y él el pequeño. El caso es que solo esos roles se reprodujeron, con Leonor reconvertida en hermana mayor y Sofía en hermana pequeña. Y eso que aquel 6 de noviembre del 2003, casi dos años antes de la llegada al mundo de su primera hija y en el momento de oficializar su relación ante la prensa, barajaban más opciones.
"Alteza, ¿cuántos hijos piensan tener?", le preguntaron los periodistas a Felipe en el día de la pedida, a lo que él, sereno, contestó que "la intención" rondaba "por encima de dos y por debajo de cinco". Letizia, ya prometida y enfundada en aquel icónico traje blanco que ya es historia de la monarquía española, espetó un divertido "¡anda ya!". La idea no la convencía, y ella tenía muy claro que "de cinco nada de nada". Dicho y hecho, aunque no se plantaron de forma literal y ya con sus dos hijas nacidas refería Felipe que tener un tercero sería algo que "iremos viéndolo con el tiempo", el tiempo ha constatado que no había nada más que ver.
Esa cautela que no pareciera existir en el momento de comenzar su matrimonio y entonar el 'sí, quiero', incomprendida por algunos y sin justificación expresa. Podrían ser muchas las motivaciones que llevaron a la pareja a decir 'basta' antes de un tercer embarazo. No obstante, es clave en el devenir de los acontecimientos que solo hay mujeres entre sus vástagos. "La Constitución española marca el orden sucesorio de mayor a menor y con preferencia del varón sobre la mujer y esa habría sido la razón principal que los llevó a quedarse con dos hijas", señaló la revista '¡Hola!' en el especial de los 50 años de doña Letizia.
Felipe y Letizia rompieron con la tradición antes del parto
Con Leonor ya erigida en la futura Princesa de Asturias, "podría no haber sido lo más oportuno" que Letizia diese a luz un varón y todo lo previsto cambiase su orden. Todo porque, a pesar de las intenciones de revocar la prevalencia del varón sobre la mujer, no hubo ninguna modificación en la Carta Magna. Es decir, todavía a día de hoy sigue vigente el artículo 57.1 de la Constitución Española, que refiere que "la sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos".
"Sus derechos quedarán consolidados frente a un futuro hermano varón solo si prospera la reforma", publicaba 'EL PAÍS' justo en el momento de nacer Leonor. Y no, la reforma no prosperó, pero que solo otra mujer naciese por detrás de la entonces infanta de España sirvió para consolidarla como heredera.
Un cambio en las tornas que ha roto con la tradición al no haber un varón, y que convertirá a la Princesa de Asturias en la primera Reina de España por derecho propio desde Isabel II, cuyo reinado concluyó hace más de 150 años. Además, y como particularidad, la tradición también se rompió en el momento en el que anunciaron a viva voz que el segundo bebé que esperaban era una niña.
Nada de mantener el secreto: querían dejar claro que Leonor seguía siendo llamada a reinar lo antes posible, sin importar que nunca antes se hubiese procedido así. Un paso al frente y una declaración de intenciones de que su paso por la Corona no iba a ser necesariamente convencional. La antesala de todo lo que ha venido después.