Como si de una novela romántica, o una intensa telenovela se tratara, la vida amorosa de Tamara Falcó e Íñigo Onieva ha llegado a un nuevo capítulo. Tras sorprendentes amores, infidelidades, nanosegundos en el universo, perdones polémicos, bodas de ensueño y la creación de una familia entre lo tradicional y “lo más moderno”, encontramos que la pareja sigue defendiendo su amor a capa y espada. Aunque haya miles de rumores que definen lo contrario.
Es más que común que la relación entre la Marquesa de Griñón y el empresario madrileño esté en boca de todos. Siempre ha sido así, y, según parece, tienen cuerda para rato en el mundo del corazón. Como ocurre con la cabeza del clan, Isabel Preysler, una de las mujeres más queridas del papel couché, la vida de su hija, Tamara Falcó también interesa mucho y es inevitable que sus movimientos se analizan con lupa.
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Por eso ellos, a través de redes sociales y a todos los eventos y acciones publicitarias a las que acuden, no dudan en dejar claro, patente y latente su amor incondicional, incluso acompañándolo con cariñosas instantáneas, sabiendo que una imagen vale más que mil palabras. Ahora han realizado un nuevo plan privado con el que quieren marcar en qué punto está su relación tras los rumores de crisis.
Un día con Íñigo y su familia
Si se comenta que ha habido ciertas tiranteces entre Íñigo Onieva y la familia de su mujer, parece que la familia del empresario y la aristócrata se llevan estupendamente. Su último fin de semana lo ha demostrado. Primero tuvieron un plan privado en Casa Salesas, el restaurante del que Íñigo Onieva es copropietario en el centro de Madrid. “Feliz y sonriente, Tamara llegó, en moto, abrazada a su marido, ambos a juego con cascos de color amarillo fosforito, como muestra de que todo está bien en su matrimonio”, según explica Patricia Izquierdo en Hola
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Y por la noche, celebraron junto a la familia. Es más que palpable la buena sintonía entre la Marquesa de Griñón y Carolina Molas, la “desconocida” madre del madrileño, que aunque también ha sido perseguida por la prensa en los momentos de más tensión entre su hijo y la socialité, siempre se ha mantenido al margen de la fama que la rodea. Por eso Tamara Falcó no dudó en acudir al restaurante Hocher para celebrar su cumpleaños donde se reunió toda la familia del empresario.
Polémica en San Valentín
Este plan llega justo después de que se hayan intensificado los rumores de inestabilidad en la pareja por un acontecimiento que pasó el pasado día de San Valentín. Tal y como contaron los medios, Álvaro Onieva había sido visto entrando y saliendo de un hotel, en solitario, durante el día de los enamorados, e intentando esquivar a la prensa que seguía sus pasos. ¿Qué quería ocultar y qué plan tenía el empresario? Parece ser que fue una estrategia pactada por la propia pareja para despistar a la prensa.
Según la propia Tamara Falcó explicó en el desfile de pedro del Hierro en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, la pareja había quedado para una cena entre amigos el mismo 14 de febrero, pero la marquesa había pedido a Íñigo Onieva que fuera sin prensa para mantener la discreción: “Le pedí a Íñigo que, por favor, no trajera prensa a nuestra cena de San Valentín, porque además la celebrábamos con otros amigos. Se dedicó como 35 minutos a esquivar a los paparazzi que le seguían y, como no lo conseguía, se metió en el hotel Eurobuilding y salió de ahí corriendo. Cenamos en Sacha y después volvimos los dos. No entiendo por qué no me vieron a mí en el coche, porque yo estaba con él” Es verdad que consiguió perderlos de vista y no hay imágenes de la pareja en su cena romántica, pero esto supuso un gran revuelo en los medios.
Una pareja “normal”
Lo cierto es que desde su polémica boda, y tras pasar página sobre todo su truculento noviazgo, la pareja se ha querido comportar de la forma más “normal” y natural posible, por supuesto, siempre teniendo en cuenta que forman parte de una de las familias más famosas del país. Ellos siempre comentan que hacen vida normal viviendo juntos en el ático que Tamara Falcó tiene en Puerta de Hierro, en Madrid, muy cerca de su madre. Han comentado su buena convivencia y también cuánto les gusta viajar juntos, que es una pasión compartida que no dudan en mostrar a todos en sus redes sociales.
La pareja lleva meses queriendo dar un paso adelante y formar una familia, pero parece ser que la llegada de un bebé es algo que, aunque estarían deseando, aún no ha llegado. A pesar de las tremendas ganas de ser madre de la socialité, lo cierto es que ella lleva esta dificultad con estoicismo y siempre esperando que sea “lo que Dios quiera”, como ella misma explica. “También, como soy muy creyente, pienso que si Dios no me manda familia, por algo será. Todo lo que he hecho ha sido con conciencia. O sea, yo rezo, pero después también acudo a los médicos. Recurro a la ciencia, voy a mis médicos y revisiones también”, explica Tamara Falcó dejando claro que su deseo de ser madre es fuerte y que la espera de su bebé está siendo un largo camino.