Ion Aramendi está viviendo uno de sus mejores momentos profesionales. Atrás quedan aquellos tiempos en los que, en calidad de comunicador, presentaba espacios en la televisión de su País Vasco natal o se limitaba a ser reportero. De un tiempo a esta parte, el de San Sebastián se ha convertido en uno de los rostros más reconocibles de Mediaset. A la vista está al revisar la parrilla, pues no solo ejerce como conductor del concurso diario 'Reacción en cadena'. También forma parte de la cantera de presentadores de los 'realities' de Telecinco, como 'Gran Hermano' o 'Supervivientes', donde se pone en la difícil tesitura de presentar los debates.
En cualquier caso, y a pesar de todo lo bueno que implica esta situación de bonanza en lo laboral, también ha significado para él tener que renunciar a algunas cosas. Comenzando por el hogar, pues tanto él como María Amores, su esposa y madre de sus tres hijos, se despidieron del Norte hace ya unos dos años para que Ion pudiese vivir en Madrid y estar más cerca del trabajo. Una decisión meditada que supuso un cambio de rutina y, evidentemente, un cambio de domicilio. ¿Cómo es el piso donde residen el periodista y su familia en la capital? ¡Nos colamos en él!
Interior cálido y moderno e ideal para una familia numerosa
Si algo tuvieron claro Ion y María en el momento en el que su vida dio un giro de 180 grados por la necesidad de mudarse, es que el inmueble en el que se instalasen debía tener todo lo necesario. Algo con lo que cumplía este piso. Sí, piso. El matrimonio prefirió un apartamento a un grandísimo chalet que, además de estar decorado con mucho gusto y rezumar modernidad, demuestra que también es perfecto para su familia al completo por numerosa que sea.
Prueba de ello queda en el amplio y cálido salón del que tanto el presentador como su mujer y sus tres hijos disfrutan asiduamente. Una estancia indispensable en cualquier hogar, en la que la pintura blanca se impone en las paredes, contrastando con los toques cálidos de un sofá beige tamaño XXL y marcos de fotos en blanco roto. Minimalismo y sencillez, pero también comodidad.
Una dinámica en la disposición de los elementos y las tonalidades que se repite en la cocina. A la vista queda en las imágenes que tanto él como María comparten en sus perfiles de las redes sociales, donde se aprecia una enorme zona de almacenaje en blanco. Cajones y armarios para que todo esté en su sitio y la pulcritud, que bebe del color elegido para los muebles, se imponga en todo momento.
Y del blanco de la cocina, al del despacho. De nuevo, paredes blancas para la zona de trabajo, que rompe con un gran sillón, cómodo y de diseño clásico, en una tonalidad más oscura. Sillón que queda iluminado por un flexo para que concentrarse en el trabajo sea más sencillo, pero también para crear el ambiente propicio para relajarse y leer un rato cuando es momento de descansar. Siempre que no estén los más pequeños por allí, claro está. ¿Por qué? Porque esta misma estancia también sirve como la habitación ideal para que los niños jueguen.
Sin un gran jardín, pero con la terraza más disfrutable
Evidentemente, el interior está ornamento y organizado con mucho mimo. ¡Pero es que el exterior no iba a ser para menos! ¿Quién necesita un jardín de proporciones desmesuradas cuando se puede tener una terraza tan coqueta como esta? Coqueta, además del vivo reflejo de que tanto Ion como María no quitan ojo a las tendencias de decoración.
Un gusto refinado que queda latente en las sillas de diseño Acapulco elegidas por Ion y María. En color blanco, pero con unos bonitos cojines con estampado étnico que rompen con el monocromo.
La fusión de dos elementos de moda en el mundo 'deco' que combinan a la perfección con una mesa metálica, el suelo de madera y las vistas. ¡Qué vistas!
Sin duda, uno de los grandes placeres de habitar esta vivienda, pues no cualquiera tiene el gusto de ver el amanecer en medio de la naturaleza a pesar de la cercanía con el centro de la gran ciudad. El aire fresco y la panorámica sin grandes edificaciones, que seguro fue una de las cuestiones que más convenció a la pareja para elegir este piso.
Eso o la gran piscina de la que pueden disfrutar. Aunque sea comunitaria, nada mejor para los asfixiantes meses de verano que poder darse un chapuzón. Para muestra, lo mucho que la aprovechó María antes del nacimiento de su hija Marieta. La guinda del pastel.