Hay lugares que se convierten en históricos por motivos de lo más insospechados. Si no, que se lo digan a los noruegos. Todos podríamos pensar que este gran palacio del sur de Oslo sería recordado como la residencia oficial de Hakoon de Noruega, el príncipe heredero, pero lo cierto es que pasará a la historia por ser escenario de una gran polémica en la que se han visto envueltos en la Corona.
Desde hace meses se está viviendo una complicada situación en la hasta ahora casi siempre apacible Familia Real Noruega. Las informaciones sobre las fiestas, actitudes poco cívicas e incluso denuncias hacia Marius Borg, el hijo mayor que la princesa Mette-Marit tuvo en su anterior relación antes de conocer a Hakoon de Noruega, está sorprendiendo a todos. Ahora hemos conocido también dónde se realizaban algunas de esas desfasadas fiestas, así como algunos de los delitos de los que se le acusa. A la policía noruega no le ha quedado otra que intervenir y registrarlo de arriba a bajo.
¿Quién no ha soñado con montar una gran juerga en un palacio histórico, como si estuviera inmerso en una película? Pues bien, Marius hizo realidad esta fantasía alocada en infinidad de ocasiones. Algunas de ellas, hasta saltándose límites morales y legales.
Lo que parece una idea estupenda sobre el papel y en un guion cinematográfico, en la realidad se ha convertido en una pesadilla para la Corona Noruega, puesto que estas fiestas había no solo perjudicado este lugar histórico, sino también la imagen de la monarquía. Pero, ¿cómo es este lugar?
Enorme e histórico
Skaugum es el nombre de una finca propiedad de la Corona Noruega y la residencia del príncipe heredero Hakoon, su mujer, Mette-Marit, y sus tres hijos, Marius Borg, el mayor, y los pequeños Ingrid y Sverre. Esta residencia, ubicada en el municipio de Asker, a 19 kilómetros de Oslo, es la que siempre ocupan los herederos al trono antes de alcanzar su ansiada corona.
La familia real la adquirió en la década de los años 1920, cuando reinaba Olav V, y pasó a formar parte de sus residencias privadas. Diez años después, ocurriría un gran incendio en la propiedad, que casi quedó devastada por completo. Fue el Arnstein Arneberg el encargado de reconstruirla y desde ese momento comenzó a ser la residencia de los herederos. De hecho fue allí donde nació el actual rey Harald.
Es una propiedad gigantesca, ya que el edificio tiene más de 1.000 metros cuadrados, donde se reparten hasta 140 estancias. Además, está rodeada de 15 hectáreas de terrenos, jardines y paisajes naturales que rodean la residencia, incluyendo áreas agrícolas y zonas boscosas.
Escandinavo pero “regio”
El propio concepto del palacio de Skaugum puede sonar contradictorio en sí mismo. Por un lado, tiene todo lo que podemos imaginar de un palacio de una gran familia real europea, pero, por otro lado, sigue la estela de la esencia, el diseño y el concepto de decoración escandinavo.
Cuando Hakoon de Noruega y Mette-Marit se establecieron allí, decidieron renovar el interior del palacio con una gran reforma para convertirlo en algo más hogareño y hacer de él lo que se podría definir como un “apartamento de lujo”.
Es por eso que, por un lado, encontramos la presencia de muchísima luz, gracias a grandes ventanales para maximizar la luz natural, espacios abiertos y tonos pastel, pero salpicados con elementos majestuosos, como candelabros, grandes lámparas o cuadros históricos. La familia real sueca siempre ha hecho gala de una enorme sencillez, pero es inevitable, con tantos años de historia, no atesorar algunas piezas dignas de reyes.
Una decoración clásica y personal
A lo largo de los años, hemos podido ver algunas imágenes del interior de la residencia ofrecidas por los propios herederos a la corona. Por eso sabemos que los colores que predominan en la decoración son neutros y suaves, como el blanco, gris, beige y tonos pastel. Los encontramos tanto en las paredes como en los muebles y en la decoración, lo que contribuye a una sensación de calma y amplitud en los espacios.
Además, estas salas están siempre salpicadas por objetos históricos o muy personales, lo que hace que sean espacios muy característicos pero sin perder su toque escandinavo. En resumen, la decoración de Skaugum es una combinación de funcionalidad, sencillez y elegancia, con un fuerte respeto por la naturaleza y la cultura noruega.
El despacho, la zona más funcional
Además de ser un hogar familiar, Skaugum también se utiliza para funciones oficiales y reuniones diplomáticas. Desde ahí trabajan Hakoon y Mette-Marit en sus compromisos reales, por eso hemos visto que su despacho es un centro neurálgico de la casa. El mobiliario en esta sala es funcional, acorde con el estilo de vida moderno, pero también con un toque clásico. Se prioriza la comodidad con muebles de líneas simples.
Los momentos más oscuros de Skaugum
Existen varios momentos algo oscuros en la historia del palacio de Skaugen. Durante la Segunda Guerra Mundial, durante la ocupación Nazi de Noruega, hubo varios altos cargos militares fascistas que residieron en este castillo, como el general de las SS Wilhelm Rediess y popsterioremnte, el Reichskommissar Josef Terboven, que se suicidó en esta residencia. En 1945 fue devuelta a la familia real.
Pero mucho más recientemente también han ocurrido acciones que tampoco han gustado nada a los noruegos en este espacio. Allí ha sido donde el hijo mayor de Mette-Marit, Marius Borg, realizaba grandes fiestas convirtiendo el palacio en una discoteca casi sin límites. De hecho, algunos de ellos no dudaron en grabar videos durante las fiestas, enseñando algunas de las partes de la residencia privada y subiéndolas a redes sociales.
“En los últimos días, las prensa del país ha desvelado que el primogénito de la Princesa heredera reunía a los suyos, entre los que se encuentran personas con varios antecedentes penales, en Skaugum, la residencia oficial del Príncipe Haakon y su madre. Una vivienda que ha sido saqueada tras una de esas “salvajes” celebraciones”, explica la periodista Laura Ortiz en Semana.
“Un medio noruego se hacía eco de un vídeo de Marius Borg Høiby en el que aparecía conduciendo a toda velocidad por los terrenos de la casa, hasta el punto de chocarse y abollar el vehículo dentro de la propia finca. Él mismo publicó un vídeo en sus redes sociales en donde se le puede ver conduciendo a 91 km/h, en una zona cuyo límite es de 50”, añade la periodista. Parece que Marius usaba este histórico lugar como su propio patio de recreo.