El universo de Internet es peligroso. Es esa una de las consignas que más tiene presentes la reina Letizia. Prueba de ello queda en todas esas ocasiones en las que su agenda oficial se llena de actos para poner en valor el uso consciente de la red. No obstante, los tiempos que corren beben también de ese complejo universo, hasta el punto de que la propia Casa Real española también usa -o se ha visto obligada a usar- las redes sociales.
De una forma meramente profesional, eso sí. Así venían haciéndolo desde hace mucho tiempo con el perfil oficial de la Corona en X, el antiguo Twitter, que de un tiempo a esta parte se servía como un mero recopilatorio de actos de la agenda de Sus Majestades, sus hijas y doña Sofía. Sea como fuere, la irrupción de otras monarquías en Instagram terminó por incentivar una ampliación de los horizontes. Ahora también están allí, entre fotos, 'reels' y 'stories', pero cuidando todo detalle.
A fin de cuentas, no deja de ser el perfil que lleva por nombre de usuario @casareal.es, y que acumula ya más de 800.000 seguidores, una forma de mantener a la ciudadanía al día de todo lo que acontece en el núcleo duro de la Casa Real. Nada de uso personal, como si se intuye -e incluso se ha llegado a asegurar- que hacen la Reina, la princesa Leonor o la infanta Sofía a través de cuentas anónimas. Sin anticipar que el peligroso mundo digital las terminaría poniendo en entredicho. Especialmente a la Princesa de Asturias, cuya identidad ha sido suplantada.
Usan la imagen de Leonor para engañar
Una suplantación con todo lo que ello supone y que, lejos de tratarse de un movimiento baladí que remite a algún seguidor de Leonor que ha querido jugar con su imagen, está ahora en boca de todos. ¿El porqué? La figura de la futura Reina ha sido utilizada para estafar a personas. Un método que recuerda a la imagen generada con inteligencia artificial que a principios de años se viralizó -y cuya falsedad tuvo que explicar la propia Casa Real para evitar malentendidos-, pero cuya estrategia para el engaño tenía un propósito lucrativo.
La imagen de Leonor hecha con inteligencia artificial que se volvió viral.
Así lo ha constatado el diario 'El País', a través de un reportaje de investigación en el que se desgranan punto por punto todos los entresijos de este particular entramado. Un entramado que refiere a "decenas de cuentas de TikTok", que haciéndose pasar por la propia Leonor con el objetivo de "engañar a personas vulnerables". Evidentemente, no es Leonor la responsable de esta sarta de mentiras, puesto que no existe una cuenta explícitamente suya en la red social de vídeos cortos. Al menos, no una que presuma oficialmente de serlo, y menos que simulen contar con el 'check' azul que verificaría su autenticidad.
En cualquier caso, y a pesar de que podría esto parecer una obviedad, no son pocos los internautas, la mayoría residentes en Latinoamérica, que han caído en la trampa de los estafadores, que ya han conseguido adquirir grandes cantidades de dinero. El funcionamiento es sencillo: la falsa Leonor -o un hombre que dice ser abogado- contacta con su víctima y promete entregar una cuantía a quien la solicite. El único precio a pagar para poder recibirlo es una pequeña tasa. Una vez abonada la tasa, el estafador desaparece, dejando a la víctima desamparada y, evidentemente, sin devolverle lo abonado.
Hablan las víctimas de la estafa viral
"Creí que hablaba con Leonor y ahora estoy endeudada", reza el titular del reportaje sobre la estafa digital que el citado medio publicó el pasado 3 de diciembre. Un testimonio clave desde el punto de los afectados que no es único, puesto que son ya muchas las personas que reconocen haber creído las mentiras de los que emulan a la princesa. Sin ir más lejos, la periodista Valeria Vegas reconocía en el programa 'Y ahora Sonsoles' que tiene contacto con una persona que lo ha sufrido.
"Una persona íntima, cercana a mi familia, que ahora mismo dice que habla con una persona", contaba sobre la amiga de su madre que se ha visto envuelta en este embuste. Declaraciones reveladoras para conocer todavía más el plan de actuación de los timadores, que en este caso se trata de "una persona, que primero era español, ahora ya no es español, ahora vive en Inglaterra". Lo peor: la víctima "no nos hace caso". Porque es así como los embaucadores se ganan su confianza y crean un vínculo que, en realidad, no es más que el punto de partida para sacar un beneficio.