Le pese más o menos a sus padres, Leonor se ha hecho mayor. Ya no es la niña pequeña que, como su hermana Sofía, adornaba la esquina de las estampas oficiales. Poco a poco, sus responsabilidades han ido aumentando. Sobre todo desde que cumplió la mayoría de edad el pasado 31 de octubre de 2023. Una fecha que, indiscutiblemente, marcó un antes y un después en su vida. Y no solo en lo institucional. También, como para cualquier persona, en el terreno personal.
Por algo tan simple como que, a medida que ha ido creciendo, sus intereses han cambiado. Además, en un marco de libertad relativa. Y es que si bien ha tenido que seguir la primogénita de los Reyes la tradición de formarse en el terreno militar por su condición de heredera al trono, este es un proceso que está llevando a cabo lejos de casa. De hecho, son ya varios cursos escolares los que lleva la Princesa de Asturias viviendo fuera de Zarzuela. Con todo lo que eso supone.
Primero vino Gales, donde cursó el Bachillerato Internacional como ahora hace su hermana menor. Después Zaragoza, con la Academia General Militar convertida en su primer hogar castrense. Y ahora es Pontevedra, donde se ubica laEscuela Naval de Marín, el enclave en el que pernocta. Y todo lo que no es pernoctar, claro está. Porque por mucho que la princesa haya demostrado no fallar en su compromiso con las obligaciones de la Corona, también saca hueco para llevar un ritmo de vida ciertamente más 'corriente'. Por preocupante que resulte.
El entorno de Letizia revela una inquietud creciente
Preocupación de sus padres, por sorprendente que parezca. Difícilmente podría imaginar uno que Felipe VI y Letizia no están contentos con cómo está procediendo su hija desde que cumplió los dieciocho. Bastaría con revisar todas sus interacciones en público para dar fe de que Sus Majestades rezuman afecto y orgullo cada vez que la ven en acción. Sobre todo al ver que "la Princesa de Asturias está adquiriendo, en su formación, una disciplina que le será muy conveniente de cara a su futuro como futura Reina".
Así lo ha hecho saber el portal 'Monarquía Confidencial', citando fuentes cercanas a palacio, aunque también ha sacado a relucir este medio que no es oro todo lo que reluce. Pues por mucho que los Reyes vean cómo Leonor avanza a pasos agigantados en su faceta profesional, no dejan de ser padres. Es por eso que se destaca el hecho de que "a la reina Letizia le gustaría verla en otro tipo de ambiente". Un detalle que remite a su estilo de vida actual, en el que fuera del tiempo de clases y maniobras, se sabe que la nieta de Juan Carlos I sale a pasarlo bien con sus nuevos amigos.
Lo hizo en Zaragoza y Marín no iba a ser menos. Entre terrazas, comidas y cenas, escapadas de fin de semana e incluso alguna que otra 'pillada' dentro de una discoteca. El caso es que, a diferencia del tiempo que pasó en el Reino Unido, ahora es muy difícil protegerla de la exposición por imponente que sea el equipo de seguridad que la protege y vela por su intimidad. En ningún caso algo a lo que la hija del Rey esté dispuesta a renunciar, pues tal y como se ha hecho sabe, "le apasiona bailar y disfruta mucho cuando lo hace en su tiempo libre".
Ha habido una primera e importante advertencia
Al fin y al cabo, es todo lo anterior el reflejo de unos progenitores felices porque su hija emprende el vuelo, pero inevitablemente alarmados por esos "ámbitos que no acaban de controlar, como son las salidas nocturnas de su hija con sus compañeros de academia". Al portal antes mencionado refieren las fuentes que, en contraposición, "no se nos olvide que es persona (...) y tiene derecho a divertirse" y ahora "Leonor se siente libre". Libertad que no quita un sentido de la responsabilidad y que esté "muy concienciada con el deber que afrontará". Sea como fuere, nunca está de más una advertencia.
Advertencia por parte de la persona que mejor la puede comprender en este caso, que es su padre. Según se ha hecho saber, el Rey, que en su día lidió con el mismo proceso de educación militar, así como la presión mediática sobre todos sus movimientos en el terreno personal -aunque sin el añadido de los móviles con cámara y las redes sociales-, habría querido recordarle a su hija la importancia de ser cauta. De que por mucho que quiera, ella no es una más. De que cualquier paso en falso le puede jugar una mala pasada. Un aviso que, al parecer, ha calado en la princesa, que ahora promete ser cuidadosa. Más si cabe.