El primer día de trabajo siempre es un caos. Nervios, estrés, inseguridad y muchas ganas de aprender y mejorar. Y si esto ocurre en un trabajo normal, imagínate en uno que supone convertirse en la próxima reina de España. Si no, que se lo digan a Letizia, que pasó de ser plebeya a miembro de pleno derecho de la realeza gracias a su amor con el entonces príncipe Felipe. Ahora hemos conocido cómo fueron esos primeros momentos en Zarzuela, mientras Letizia se adaptaba a su nueva situación y el cruel mote que le pusieron en Zarzuela y que hasta Juan Carlos I permitió. 

Un nuevo libro, escrito por el periodista especializado en realeza Martín Bianchi, explora cómo fueron los primeros días y semanas al llegar a Zarzuela de una Letizia completamente emocionada pero tremendamente profesional. El libro, llamado “Letizia en Vetusta” pretende que comprendamos cómo se enfrentó, como mujer y como profesional, a este cambio de vida, por amor, y por deber.

De periodista a royal

Con motivo del 20 aniversario de la boda de Felipe VI y Letizia, que se celebra el día 22 de mayo, la actualidad sobre la pareja y su relación amorosa está más de moda que nunca. Es quizá por eso el mejor momento para conocer los entresijos de Palacio con su relación y con uno de los momentos que más interés nos generan: la llegada y convención de Letizia, pasando de periodista plebeya a royal. Ese es el foco de “Letizia en Vetusta”, el nuevo libro de Martín Bianchi que explora la llegada de Letizia a este mundo tan complejo como es la Monarquía Española. Este libro, de la editorial Lengua de Trapo, forma parte de su colección “Episodios Nacionales”, que, según la editorial, intenta mostrar la historia de España de forma distendida como lo hacía, en su época, Benito Pérez Galdós. Sin duda Letizia hubiera sido analizada con mucho acierto por el mítico escritor. 

Letizia joven

Dudas sobre su idoneidad 

Uno de los temas que trata en el libro es lo mal que acogieron a Letizia, no solo muchos medios de comunicación, sino también parte de la aristocracia e incluso la Familia Real: "Los expertos reales con los que he hablado coinciden en que ni el rey Juan Carlos ni su corte supieron valorarla [...] 'Letizia se va a cargar la monarquía', decían muchos hace 20 años. Hoy, hay cierto consenso en que es uno de los activos más valiosos de la Corona", explica el periodista. Tardó mucho tiempo en ser aceptada, siendo royal de segunda categoría. Según el periodista José Apezarena, que opina en el libro de Bianchi: "Letizia estuvo diez años siendo la última de la familia real. De hecho, para algunos no era de la familia, era la mujer del príncipe. Tuvo que aguantar mucho y lo pasó mal".

Interés por aprender y mejorar 

Una de las cosas que más han llamado la atención fue cómo Letizia afrontó su nuevo papel, para el que quería prepararse al completo. Esto hizo que estuviera todo el día informándose e investigando sobre su nuevo papel, sus funciones y cómo funciona todo en la Casa Real y en la Monarquía desde dentro. "Cuando Letizia llegó a Palacio, empezó a visitar todos los departamentos de Zarzuela con una libreta y un bolígrafo en mano. Tomaba nota de todo, hacía preguntas y aprendía. Mejoró su nivel de inglés y estudió Historia para conocer los antepasados de su marido”, explica.

Pero una vez que había tomado las riendas del asunto y comprendido todo, Letizia dio un paso más: “Dicen que cuando cogió un poco de confianza, empezó a dar sus opiniones y a sugerir las cosas que se podían mejorar en la actividad diaria de la familia real. Eso sentó bastante mal en palacio. Consideraban que no podías llegar el último, siendo totalmente ajeno a ese ambiente y dar lecciones sobre cómo hacer las cosas".

El cruel apodo de Letizia 

La llegada de la periodista a la Zarzuela fue un revuelo para todos los miembros de la familia y trabajadores de la Corona. Su actitud independiente, pero tremendamente curiosa, como buena periodista, hizo que en Palacio le pusieran un mote bastante cruel. Así lo explica el periodista experto en realeza: “Lo que más molestaba en los círculos palaciegos era que Letizia tuviera opiniones propias [...] Solo por eso algunos la llamaban 'la princesa de Tolosa', 'porque todo lo sabe'”. No se sabe quién inició esta insultante forma de denominar a Letizia tras su boda con Felipe VI, pero el propio investigador sí indica que hubo miembros de la Familia real a los que le pareció bien “Al rey Juan Carlos le hizo gracia el mote”, explica, indicando que era una de las historias "más comentadas en los corrillos de palacio”.

Letizia y Felipe pedida
Gtres

Por su parte, Sofía sí intentó ser más integradora “La reina aprobaba completamente que su hijo se casara con alguien fuera del ambiente real, o eso decía. Aseguraba que eso iba a aportar frescura, otro aire y sangre nueva a la institución y a la familia", explicando el apoyo inicial de Letizia de la reina griega, que incluso se apiadaba un poco de la situación que iba a vivir la asturiana: “le pesaba y preocupaba lo que iba a tener que soportar Letizia. Sabía que la iban a criticar por ser quien era y por el pasado que tenía".

Las opiniones de Letizia que molestaban a Juan Carlos I

El periodista explica uno de esos primeros momentos de tensión entre la nueva integrante de la familia real y el ahora rey emérito, Juan Carlos I. Unos encontronazos que demuestran cómo Letizia llegó para desempolvar una institución que estaba algo anclada en el pasado y donde la figura de la mujer aún estaba en segundo plano: "Meses después del enlace, los Borbones se reunieron con sus primos griegos. El rey Constantino de Grecia sacó el tema de la guerra de Irak y comentó la situación del país, arrasado por el conflicto [...] el príncipe Nicolás de Grecia habría preguntado a Letizia por su paso por Irak cuando era periodista de TVE. Letizia habría hablado con naturalidad y profundidad sobre su experiencia ante los supuestos rostros inexpresivos de los presentes. Según trascendió, el rey Juan Carlos, que nunca había oído a una mujer de su familia hablar así, al cabo de un rato, interrumpió a su nuera y le dijo: 'Letizia, ya sabemos que eres la más inteligente de la familia, pero por favor, deja hablar a los demás'. Se habría hecho un silencio eterno e incómodo que, según publicaron varios medios, la actual reina todavía recuerda".

La inestable relación con sus cuñadas 

El periodista también tiene tiempo de analizar la relación entre Letizia y sus dos cuñadas, la Infanta Elena y Cristina. La primera siempre ha mantenido una relación bastante fría con la asturiana, pero Cristina, por su parte, ha ido variando su relación con la royal a lo largo del tiempo. Al principio apoyó la relación de su hermano con la periodista, pero después ocurrió un incidente que las distanció: "En el verano de 2005 nació Irene Urdangarin, cuarta hija de los duques de Palma. El bautizo se iba a celebrar en el palacio de la Zarzuela y Cristina de Borbón pidió a su hermano un favor: alojar a sus suegros en el Pabellón del Príncipe, hogar de Felipe y Letizia. La princesa de Asturias, embarazada de su primera hija, Leonor, no se sentía bien y pidió a su marido que no aceptara. Según los cronistas reales, la familia real no perdonó aquel gesto", define.