Cuando nacemos no sabemos la vida que nos espera, hay algunas más aburridas, otras más exóticas, algunas intensas y otras sorprendentes. No sabemos qué nos depara y a veces puede el destino puede tener grandes sorpresas preparadas para nosotros. Si no, que se lo digan a Míriam Ungría, que ha pasado de ser una creativa madrileña, a uno de los miembros más interesantes de la Familia Real Jordana, pasando por una dramática experiencia amorosa.
Hay historias que merecen ser contadas, y una de ellas es la de la princesa española, que está totalmente integrada en la monarquía jordana desde que se uniera a ella, por sorpresa, hace únicamente dos años. Desde entonces, su unión con Rania, y con toda la familia, ha marcado la agenda de la madrileña.
Aristócrata y creativa de vocación
Su nombre es Míriam Ungría y López y nació en Madrid en el año 1963. Ya pertenecía a una familia aristócrata puesto que es la hija de Bernardo de Ungría y Goibarri y la marquesa de Montefalcón, Carmen López Oleaga. Su hermano es Javier Ungría y seguro que te suena dicho nombre porque lo comparte con su hijo, que es el actual marido de Elena Tablada. Así hablaba de su familia en declaraciones a Vanity Fair hace años “Siempre me respetaron mucho, a condición de que utilizara la cabeza. Tuve una vida muy llena: viajé, trabajé y seguí estudiando. Eso también se lo inculco yo a mis hijos, que son tan independientes como yo”.
Con un gran carácter creativo, estudió Gemología en la Universidad Complutense de Madrid, lo que la llevó a convertirse en la directora de alta joyería de Carrera y Carrera y, años después, crear no solo sus propias piezas de joyería, sino incluso a crear una marca de joyas, llamada MdeU hace más de diez años, en 2014. “Quería bajar la joyería de ese pedestal inaccesible en el que a veces la situamos. Es cierto que hay piezas que, por el propio origen y calidad de la pieza, solamente están al alcance de unos pocos, pero sí es posible hacer llegar otras muchas”, explicó a La Razón cuando le preguntaron sobre su marca, demostrando así su enfoque mucho más natural y cercano del mundo de la joyería.
Princesa “por partida doble”
En cuanto a su vida amorosa, la madrileña se ha convertido en aristócrata por partida doble, puesto que las dos relaciones amorosas que se le han conocido han estado vinculadas con dos monarquías muy diferentes. Míriam se casó con el príncipe Kardam de Bulgaria en el año 1996, convirtiéndose así en princesa de Tarnovo. Juntos, formaron una hermosa familia con dos hijos: Boris y Beltrán Sajonia-Coburgo-Gotha.
Así explicó ella lo que significó acceder, por primera vez, a un casa real: “Entendí que casarme conllevaba ciertas responsabilidades, pero no me costó mucho adaptarme. También es cierto que la familia de mi marido no reina, y no es lo mismo. Pero los valores que utilizo en mi día a día como amiga, como esposa, como madre, no son distintos de los que utilizo como princesa de Tírnovo. Yo creo que en la vida lo que hay que hacer es actuar con rectitud y realizar las cosas lo mejor posible. Tienes que estar a la altura de lo que representa ese título. Porque las instituciones valen en tanto en cuanto las personas que las representan valen. Si no, dejan también de tener sentido”. Sin embargo, el destino les tenía preparada una sorpresa inesperada y un duro golpe: En 2015, el príncipe Kardam falleció tras muchos años de padecimiento debido a un trágico accidente automovilístico.
Pasaron muchos años mientras Míriam se sobreponía de este duro golpe, residiendo la mayor parte del tiempo en Londres, pero años más tarde, concretamente en 2022, el amor volvió a tocar a su puerta. Y es que contrajo matrimonio con el príncipe Ghazi bin Muhammad de Jordania, primo del rey Abdalá II. Esta unión, que se mantuvo en secreto hasta el mismo día de la boda, la convirtió así en princesa al-Ghazi de Jordania, a los 58 años, incorporándola a una de las familias reales más importantes del mundo y demostrando que la vida da muchas vueltas que la han llevado a residir actualmente en Amán y a pasar tiempo junto a Rania de Jordania, ya que sus estilos son muy parecidos, tanto a nivel de discreción como estilísticamente hablando.
Aunque es uno de los miembros más discretos de la familia, siguiendo su estela de discreción a lo largo de toda su vida, también siente predilección por las causas sociales, cuyo compromiso recalca cada vez que tiene ocasión en todo tipo de intervenciones públicas. La princesa dedica gran parte de su tiempo a la lucha contra el cáncer infantil y apoya a diversas fundaciones benéficas.
Totalmente integrada en la Familia Real Jordana
Hemos visto a Miriam al-Ghazi recientmeente compartiendo un momento muy especial con la Familia Real Jordana. Concretamente en la ceremonia por el Jubileo de Plata de rey Abdalá que se ha celebrado en el parque empresarial Rey Hussein de Amán. La ceremonia, con más de 3.000 participantes, incluyó intervenciones de políticos, personalidades civiles, representantes religiosos y militares, y diplomáticos, así como artistas y danza tradicional. Se escucharon el himno nacional y un tema especial compuesto para el Jubileo de Plata.
En primera fila, los Reyes presidían la ceremonia conmemorando sus 25 años de entronización. A la derecha, la princesa Muna, madre de Abdalá II, y a la izquierda, el príncipe heredero Hussein y su esposa embarazada, Rajwa de Jordania. Por su parte, en Miriam al-Ghazi estaba sentada en segunda fila junto al primo del jefe de Estado. Delante de ellos, se encontraban la princesa Iman y el príncipe Hashem, dos de los cuatro hijos de Abdalá y Rania de Jordania.