Aunque saltó a la fama en el año 2009 por hacerse con el título de 'Miss Sevilla', no fue hasta el 2011 que cuajó entre el público mayoritario el nombre de Jessica Bueno. Todo gracias a su participación en el programa 'Supervivientes', donde pese a no llegar a la gran final y terminar su aventura como onceava expulsada, sí se llevó un gran premio: el amor. El de Kiko Rivera, con el que comenzó su primera relación mediática y también con el que se convirtió en madre por primera vez.
Después romperían, pero el amor volvería a tocar a su puerta. De nuevo con una figura conocida, aunque en aquella segunda vez el perfil era bien distinto. El susodicho era Jota Peleteiro, futbolista actualmente retirado, y el hombre por el que tomó la decisión de casarse. En 2015 contrajeron matrimonio en Marbella, y después vendrían las alegrías de la casa: sus otros dos hijos. Sea como fuere, en noviembre de 2022 formalizaron su divorcio y emprendieron caminos separados. Y en el caso de Jessica, ya acostumbrada a vivir de un lado a otro por la profesión de su ahora exmarido, optaría por instalarse lejos de su Sevilla natal. En Bilbao es donde se encuentra el hogar en el que vivió. El mismo que compartió con el cantante Luitingo en los primeros meses de su relación, antes de mudarse a la capital hispalense y finalizar su noviazgo.
Un salón en tendencia con rincón de lectura
Pese a tener poco que ver el entorno con la ciudad donde se crio, no hay duda de que en el País Vasco es donde la modelo logró sentirse 'como en casa'. Además de forma literal, y no es de extrañar si echamos un vistazo a las estancias de la vivienda donde reside y que ella misma ha mostrado a través de sus perfiles en redes sociales como Instagram, donde acumula más de 340.000 seguidores.
@jessica_bueno
Comenzando, por descontado, por el salón. No en vano es de lejos la zona de la casa que más enseña, siempre dispuesta a mostrar sus cuidados 'outfits' a los internautas, pero también dejando ver que tampoco desatiende la decoración. Y es que pese a que priman los neutros -en el blanco roto de las paredes, el marrón del sofá o el ocre de su gran cuadro-, también hay cabida para una nota de verde con el olivo en maceta que se aprecia en la esquina. Muy en tendencia, como la lámpara de estilo japonés que ha elegido.
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La cuestión es que la apuesta por una gama cromática suave se extiende hasta otras partes de esta amplísima y luminosa habitación, como la zona de comedor. También con suelo de parquet, que en este caso combina con la cómoda contigua a la pared, en madera clara y con un espejo con marco dorado sobre ella. Y para las sillas que rodean la mesa, un estampado con motivos naturales en diferentes tonos de gris.
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Pero es que hay mucho más, puesto que al otro lado, además de una chimenea, se aprecian dos grandes estanterías con las que rompe por completo con la neutralidad, con elementos de colores como libros o figuras. Lo anterior, además, de un sillón que es el punto central de su rincón de lectura.
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Porque tantos libros no podían ser solamente ornamentos, pues a Jessica también le gusta poder sentarse un rato a reposar y disfrutar de sus títulos favoritos. ¿Y qué mejor qué hacerlo en esta cómoda y suavísima butaca acolchada en blanco?
De su habitación a la que usan sus dos hijos
La cosa es que lo de optar por la claridad y esa sensación de limpieza tan agradable va más allá del punto neurálgico de la casa. Porque el blanco inmaculado también está presente en la habitación principal. Su lugar de descanso, decorado a su gusto.
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En él descubrimos que el blanco está presente en paredes, la hilera de armarios donde guarda su ropa, los cojines y almohadas e incluso la grandiosa lámpara de techo que ilumina el lugar. Eso sí, nada mejor que seguir la línea de los contrastes con este colcha en tono gris oscuro que descubrió a los usuarios de la red justo cuando acababa de montar su nueva cama por primera vez.
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Y al ver la habitación de sus dos hijos menores, no es difícil anticipar que la disposición está ideada por la misma persona. Porque otra vez el blanco se impone, a pesar de que aquí con toques algo más infantiles, adornado con balones de fútbol en las sábanas que visten las camas de esta litera de madera, o los dibujos de la alfombra. Todo perfectamente ordenado, pero sin perder la esencia más pueril, con peluches de colores que hacen de este un espacio ideal para los más pequeños.