Y llegó el día. Un año más, el 12 de octubre era una de las fechas marcadas en rojo en el calendario. Por el festivo del Día de la Hispanidad en el caso de la mayoría de los españoles, aunque con una importancia especial para el núcleo duro de la Casa Real. Como cada año, los Reyes han tomado un papel fundamental en la celebración de los actos conmemorativos de la Fiesta Nacional. Desde el tradicional desfile militar hasta la posterior recepción conmemorativa en el Palacio Real. Acompañados en todo momento por Leonor, claro está.

De nuevo, la Princesa de Asturias ha vuelto a estar en el centro de todas las miradas en una jornada muy especial para ella. Casi tanto como la del pasado 2023, cuando reapareció tras dos años de ausencia en los eventos de un día tan destacado. Ni en el 2021 ni en el 2022 apareció en la tribuna junto a sus padres y solamente la infanta Sofía fue su acompañante, ya que ella estaba estudiando el Bachillerato Internacional en Gales. Un papel, el de estar al lado de don Felipe y doña Letizia, que ahora se han intercambiado, puesto que ahora es su hermana pequeña la que se está formando en el Reino Unido y no ha podido asistir.

Tampoco lo hizo esa vez anterior, en la primogénita de Sus Majestades vistió por primera vez el uniforme militar de gala, pues ya llevaba formándose en lo castrense desde el mes de agosto en la Academia General Militar de Zaragoza. Este año, con las inexorables similitudes de la situación, la historia ha sido algo distinta. Para empezar, no es novedad para ella formar parte del universo militar ni tener que lidiar con el besamanos, del que ha participado por segunda vez. En segundo lugar, porque esta vez no ha sido la capital aragonesa su punto de origen, sino que se ha trasladado hasta Madrid desde la Escuela Naval de Marín. De vuelta a casa para ser cara visible de un día en el que, de nuevo, ha vuelto a ser la gran protagonista.

Un desfile pasado por agua y con Leonor vestida de gala

Sobre las 11 horas de la mañana, y bajo un cielo tapado una incesante lluvia, la Familia Real ha llegado a la madrileña plaza de Neptuno en el tradicional Rolls-Royce. En el marco de un clima que ha impedido seguir con algunos de los eventos esperados como el desfile aéreo y el tradicional salto en paracaídas con la bandera nacional, los Reyes y la princesa Leonor han llegado para presidir un desfile de las Fuerzas Armadas pasado por agua. Entre una masa de paraguas, el soberano, la reina Letizia y su hija Leonor han salido al paso, sin pararse a saludar a los presidentes para intentar acortar la exposición al temporal.

Esa lluvia que ha terminado por mojar sus vestimentas. Tanto el vestido rojo con gabardina elegido por la Reina, que ha procurado cubrirse en todo momento por un paraguas cuando no estaba bajo techo, mientras que en el caso del Rey y la Princesa de Asturias lo que han quedado empapados han sido sus uniformes. Los dos vestidos con el de gala, Felipe con el del Ejército de Tierra en color caqui, y Leonor estrenando el suyo de la Armada. De azul marino, y no de blanco como se auspiciaba desde algunos medios de comunicación, con un traje conocido como el '14 botones'. En la manga izquierda, un nudo que dan a los alumnos más aventajados de la Escuela Naval, los que tienen buenas notas y buen comportamiento. Los tres desde la tribuna, derrochando profesionalidad.

Tribuna Reyes Leonor
Gtres

En el caso de la heredera, con gestos que han denotado mucha más serenidad que su 'primera vez'. Sin importar el gran inconveniente que ha supuesto la lluvia para ellos en un día tan señalado. Algo que, teniendo en cuenta el gorro que la princesa debía lucir para ir totalmente uniformada, le ha limitado la visibilidad dada tan adversa meteorología. Dos grandes cuestiones que se han sumado en la ristra de obstáculos -perfectamente sorteados- a un pequeño fallo en el momento de la ofrenda floral.

Felipe Leonor
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Leonor ha acompañado a su padre para hacer entrega de la corona de flores, y en el momento de regresar a su puesto, la princesa ha tenido un error y se ha colocado por delante del Rey. Su padre, de forma discreta y con voluntad de ayudar, rápidamente la ha corregido y lo han solventado sin aspavientos.

Las próximas responsabilidades oficiales que afronta

Concluidos los principales actos de la Fiesta Nacional, el horizonte que se presenta para Leonor demuestra de nuevo que octubre es uno de los meses claves en su papel como representante institucional. Y es que aunque esta vez no tendrá que jurar la Constitución en el Congreso de los Diputados el día 31 como hizo el año pasado al cumplir la mayoría de edad, sus tareas no han terminado. A la vista queda al mirar su agenda de las próximas semanas, con la celebración de los Premios Princesa de Asturias el próximo viernes 25.

Una ceremonia que va más allá de la gala en sí misma, pues comprende actos previos que también requerirán de la presencia de la heredera. De este modo, volver a Marín después del 12 de octubre no es ninguna tregua a sus responsabilidades. Esas que han ido en aumento desde que hizo 18 años, en un 'primer año de adulta'. Para muestra, su primer viaje en solitario a Portugal, que tuvo lugar el pasado mes de julio. Cada vez más presente e implicada en las labores de la Corona, haga más o menos calor o frío. Llueva o truene. Leonor se asegura de llevar el compromiso por bandera.