El 14 de febrero no es un día cualquiera. Bien, quizás sí lo sea para los que no tienen pareja. O para los que aunque no la tengan sí que están enamorados, porque es precisamente eso lo que se celebra: el amor. Oficialmente, el día de los enamorados, la ocasión ideal para que los que comparten su vida con otra persona aviven el romanticismo que muchas veces queda relegado a un segundo plano por las rutinas del día a día. Bien lo saben novios y novias e incluso matrimonios. ¿Y qué matrimonio hay más paradigmático en España que el que forman los Reyes?
Felipe VI y Letizia, Sus Majestades en lo oficial, no dejan de ser una pareja de tantas. Y toda pareja tiene su queja, que se dice, pero también sus buenos momentos. El caso es que su situación y notoriedad cambia el escenario por completo y plantea todo tipo de cuestionamientos acerca de cómo es su relación. Más todavía ahora que ya son veinte años los que llevan casados, con el recuerdo de aquel lluvioso 22 de mayo de 2004 en el que se dieron el 'sí, quiero' en la catedral de la Almudena. El inicio de una vida juntos, aunque sus planes en este San Valentín no sean en común.
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Una psicóloga analiza la decisión de un San Valentín separados
Y es que no, Felipe y Letizia no pasarán el día de los enamorados juntos. Al menos, no de puertas para afuera. ¿Signo de una relación deteriorada? Nada mejor que consultar con una experta en el plano sentimental para descubrir los entresijos de una decisión como esta. Por eso, desde la revista CLARA nos hemos puesto en contacto con Lara Ferreiro, terapeuta de parejas y autora del libro '¡Ni un capullo más!: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta'. Una visión profesional para conocer el estado de salud del matrimonio formado por los padres de Leonor y Sofía, así como los motivos para no hacer planes juntos.
Decisión que, en el caso de los Reyes, remite a su apretada agenda oficial, pues en realidad el motivo para 'separarse' este viernes es que el soberano viajará a Valencia. Desplazamiento que llevará a cabo para poder presidir la entrega 36ª edición de los Premios Rei Jaume I, que fueron cancelados en el final del 2024 dadas las devastadoras consecuencias de la DANA. "Vuelve a la DANA, que ha sido la mejor campaña de marketing para ellos porque ha salido reforzada su imagen", nos señala Ferreiro, recordando aquella primera visita en la que, a pesar de los contratiempos, los monarcas demostraron su apoyo al pueblo valenciano.
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"Qué mejor que, el día de los enamorados, el Rey está ahí". Eso sí, sin su mujer, que previsiblemente se quedará en Zarzuela. "Él quiere estar solo para reforzar su imagen", plantea Lara como posibilidad. Sea como fuere, no parece que esta distancia física implique también una distancia emocional. Porque sí, es cierto que tal y como apunta nuestra especialista, "antes de ser pareja son Reyes y siguen unas reglas especiales", pero esto sucede desde su prisma como profesional de la materia justo cuando "están en muy buen momento de pareja". Y de acuerdo con estas declaraciones, no habría más que echar un poco la vista atrás para dar fe de ello.
El buen momento que viven los reyes en su relación de pareja
"Tienen muchísima complicidad, se miran, como se tocan, se susurran cosas al oído como de novios", refiere la terapeuta, además de destacar que las cosas han cambiado ahora que "ya han pasado el síndrome del nido vacío después de que sus hijas se vayan de casa". Esto último, un escenario que desde la perspectiva de la psicóloga que sucede en otras muchas parejas con su misma edad y situación vital. "Es como un reencuentro de pareja, una revolución sexual más erótica que nunca, como volver a la época de novios", en resumidas cuentas.
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De esa conexión reforzada quedaron evidencias para Lara, por ejemplo, "cuando Leonor se fue en el Juan Sebastián de Elcano, que Letizia estaba llorando y el príncipe la abrazó". "Fue superromántico", rememora Ferreiro, poniendo el énfasis en el valor de gestos como este "después de veintiún años en los que han pasado todo tipo de crisis".
Crisis que han logrado sortear, incluso cuando "se ha especulado sobre el divorcio". De ahí que, en realidad, no pasar el San Valentín en la compañía de su cónyuge no debiera suponer un problema a mayores. Y eso que en otras relaciones pueda ser "el detonante de una crisis, de muchos conflictos sobre qué te voy a regalar o que tú a mí no me das nada". No es el caso de Felipe y Letizia. Ellos "están en una luna de miel, como muy compenetrados". Una etapa dulce, a fin de cuentas. La necesaria calma tras la tormenta.