Por mucho que pasen los años, parece que la sombra del desastre siempre camina de la mano de Harry y Meghan. Aún incluso en un año en el que todas las miradas han estado puestas en el Reino Unido, donde ya ni siquiera residen, sus nombres han vuelto a ser noticia. Y eso que, en realidad, la gran protagonista del 2024 ha sido Kate Middleton. La princesa de Gales, forzada a retirarse del foco público para tratarse del cáncer que padecía, y sin visitas de sus cuñados.
En ningún caso ha sido algo excepcional que el menor de los hijos de Carlos III, y por ende su mujer, no haya pasado por Adelaide Cottage para brindarle su apoyo. No tienen un buen trato. A fin de cuentas, ya hace mucho tiempo que los Sussex rompieron su vínculo con el resto de la Familia Real británica y se desentendió de sus obligaciones como 'working royals'. Fue entonces cuando se marcharon a vivir a los Estados Unidos, con el propósito de vivir un poco más ajenos a las críticas. Por desgracia, la polémica les persigue.
A pesar de sus aparentes buenas intenciones -incluso dedicándole un mensaje de ánimo y pronta recuperación a su cuñada a través de la prensa al conocer su enfermedad-, nada es capaz de detener el enfado de las gentes para con ellos. El pueblo británico no parece estar dispuesto a perdonar su actitud pasada, en una crítica a las dinámicas que ahora también los salpica en el terreno privado. Así ha sucedido después de que algunas de las personas que han trabajado para la pareja hayan decidido contar a los medios cuan terrible habría sido su experiencia. Sobre todo con Meghan.
Lady Colin Campbell apunta a una estrategia premeditada
Durísimas palabras las que sus extrabajadores le dedican a la que fuera protagonista de la serie 'Suits', en un informe publicado en 'The Hollywood Reporter' del que sale de todo menos bien parada. "Desfila como una dictadora con tacones altos, furiosa y ladrando órdenes", refiere una fuente anónima a la revista estadounidense. La misma publicación que ha recogido más testimonios del personal de la duquesa sobre cómo "se burla de los demás" hasta el punto de que "quienes trabajan con ella están aterrorizados".
Un relato de tiranía y menosprecios que generó un enorme revuelo, sustentado por otro testimonio posterior vía 'The Sun' en el que otra fuente expone el carácter agresivo de la esposa de Harry. Tanto como que una vez tuvo un altercado con un florista, al que le habría gritado durante 30 minutos y provocó que la empresa prometiese "no volver a trabajar con ella nunca más". Escenario de crispación que los actuales miembros del personal privado de Markle han querido paliar, asegurando públicamente sobre ella como "la mejor jefa del mundo". Una de cal y una de arena... ¿De forma premeditada? Según Lady Colin Campbell, experta en la Corona británica, así podría ser.
La especialista en 'royals' difundió el pasado 24 de septiembre un vídeo en su canal de YouTube en el que, entre líneas, daba a entender cómo esta sería una narrativa inventada por la propia Meghan para victimizarse. Campbell, que siente una animadversión declarada por ella, advierte de que "no hay duda de que una de las filtraciones vino de dentro de su organización actual". Un gesto que se leería sin sentido, pero que para Markle lo tiene si se tiene en cuenta que la duquesa "manipula situaciones y cree que va a tener el control del resultado". Algo que, de ser así, no habría sido del todo efectivo en este caso.
La complicada situación que Meghan afronta
"Puede que ella tenga el control del resultado, como ha quedado demostrado por su conducta en lo que respecta a los niños (...), pero en lo que respecta a esta historia, no", sentencia Lady Colin. Convencida de que todo esto forma parte de una estratagema de la nuera del soberano para reafirmarse como "una mujer de color orgullosa y segura de sí misma" ante los demás. Craso error. "¿Meghan o sus fuentes dijeron que era una dictadora con tacones altos? No, pero habrían dicho que era conocida como 'la duquesa difícil'", narra la experta.
En primera instancia, y sin saber que fracasaría estrepitosamente en su propósito de ser cierto lo que Campbell cuenta, tampoco se aportaba información del todo nueva. "Una repetición" de lo que ya se contó sobre su paso por el Palacio de Buckingham a modo de filtración interesada que "fue más allá, porque investigaron". Y en esa investigación sería cuando habrían visto la luz los testimonios presuntamente verosímiles. Los que, de acuerdo con esta hipotética versión de la historia, no fueron promovidos por Meghan y la dejan en un mal lugar.
La tesitura, de nuevo, no es fácil. Nazca o no de una voluntad por manejar la narrativa -incluso en su contra-, la realidad es que la exactriz vuelve a estar entre la espada y la pared. Es por eso que, tal y como ha hecho saber el experto en relaciones públicas Eric Schiffer a 'Newsweek', se enfrenta a "una amenaza real tras la última serie de acusaciones". ¿Fruto de una estrategia personal frustrada? ¿O de las mentiras? La respuesta a las dudas de los más observadores de la Corona sigue en el aire.