Los días pasan y el destino está cada vez más cerca. Este 11 de febrero se cumple un mes desde que Leonor zarpó a bordo del Juan Sebastián de Elcano. Ella, además de los otros 75 guardiamarinas, así como la tripulación y el resto de profesionales que comprende el equipo del buque-escuela. Todos ellos dejaron la península atrás en el momento en el que el navío abandono Cádiz, aunque antes hubo tiempo para dos paradas más en suelo español. Ese suelo que ahora les queda bien lejos.

Porque por sorprendente que parezca, la larguísima travesía desde la Macaronesia hasta Sudamérica está a punto de llegar a su fin. Fue el pasado 23 de enero cuando la Princesa de Asturias y el resto de aprendices de la Armada se dejaron ver por última vez en nuestro país. En Las Palmas de Gran Canaria, el último destino antes de cruzar el charco en un viaje de más de veinte días en alta mar. Ese viaje que está pronto termina, porque el próximo 14 de febrero llega el barco por fin a Brasil. No obstante, antes de avistar tierra se habrían topado los alumnos con un peligro que no contemplaban.

Leonor
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La prensa internacional señala una "situación inesperada"

Peligro al que se ha referido desde la prensa extranjera en las jornadas previas a que el buque atraque, de una vez por todas, en la ciudad de Salvador de Bahía. Ese peligro que no ha dejado indiferente. Y es que a pesar de que todo está milimétricamente orquestado en 'Elcano' para que no haya problemas y las personas que allí residen puedan vivir con todas las garantías de seguridad necesarias, situarse en alta mar camina de la mano con exponerse a contratiempos. Bien lo saben Juan Carlos I y Felipe VI, que en el pasado surcaron los mares en la misma embarcación. De ahí que cualquier detalle baste para dar la voz de alarma.

Y así habría sucedido según ha señalado el medio argentino 'Caras', donde el pasado 7 de febrero se advertía que "la experiencia de Leonor se está viendo condicionada por una situación inesperada". Una situación que, de acuerdo con la información difundida por el citado portal, refería a "la presencia de una embarcación privada que viene siguiendo la misma ruta desde su partida en Cádiz". Algo que, inevitablemente, y dada la presencia de la heredera al trono en el navío, en el momento de saberse "encendió todas las alarmas de seguridad de la Casa Real". 

Buque escuela Juan Sebastián de Elcano
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Más todavía si se tienen en consideración detalles como los que apunta el medio antes mencionado. Entre ellos, que el barco que seguiría todos los pasos del buque es "propiedad de un empresario madrileño", así como la intranquilidad dado "el riesgo de que se filtren imágenes no autorizadas de la princesa y sus compañeros guardiamarinas". Afortunadamente, y aunque la preocupación ha existido -y la coyuntura ha invitado a "reforzar las medidas de seguridad"-, parece que por ahora las autoridades han descartado que exista una amenaza directa para la hija del Rey. 

El barco, a una distancia prudencial antes de llegar a América

De acuerdo con lo publicado, el barco que tanto alarmismo ha suscitado seguiría ahí. Eso sí, manteniendo "una distancia prudencial", y ya bajo el aviso de los responsables de 'Elcano' acerca de la importancia de cumplir con "las restricciones de acercamiento al buque-escuela". Sea como fuere, y aunque todo parece haber quedado en un simple susto, es importante ultimar las precauciones. Tanto como tomar consciencia de que no importa la distancia con su país, que la princesa sigue siendo objeto principal del interés público incluso en el extranjero.

Todavía a la espera de conocer cómo se dará su paso por el otro continente, la revelación de esta alarmante situación denota que Leonor no pasará inadvertida en su periplo americano. Un periplo que, tan solo 31 días después de decir adiós a la capital gaditana, comienza de forma inminente. Y eso que Brasil solo será el punto de partida, porque después vendrán Uruguay, Chile, Perú, Panamá, la Colombia, República Dominicana y los Estados Unidos. La ciudad de Nueva York será el próximo 5 de junio, el broche de oro para esta travesía de la que ya se están descubriendo sus luces, pero también sus sombras