Mesura, control… Leonor es todo lo que se espera de alguien como ella. La princesa heredera lleva aguantando sobre sus hombros una enorme responsabilidad desde que era niña. En el mismo momento que adquirió conciencia sobre ella misma, entendió que no era como las demás chicas con las que iba a clase. De hecho, no era igual que su hermana y eso que las dos vivían en la misma casa. O, mejor dicho, palacio.
Debido a la educación que Letizia y Felipe han querido para sus dos hijas, Leonor y Sofía han sido dos niñas extremadamente protegidas. Han crecido siendo, prácticamente, unas desconocidas para todo un país, que reclamaba conocer más de ellas: cómo eran sus personalidades, sus gustos, sus intereses… ¡Cualquier detallito nimio! Pero los Reyes lo tenían muy claro: eran menores y, en la medida de lo posible, iban a respetar su intimidad. La Reina siempre ha tenido muy claro que este iba a ser su proceder y que debía poner límites al aspecto público y al privado.
Mesurada, empática y con las ideas muy claras
Conocemos pocos detalles de su personalidad, por lo que, los curiosos siempre tratamos de arañar pequeños detalles de sus imágenes para conocer algo más de cómo es Leonor. Nos vale desde los llaveros que lleva en su mochila a, sí, su escritura. Para ello le hemos preguntado a Sandra Cerro, perito calígrafa, para que nos ayude a conocer algo más de la forma de ser la esquiva princesa y, lo primero que nos recuerda, es que las muestras que hay de su letra están siempre asociadas a contextos muy institucionales, lo que la hace estar “condicionada por el contexto de sobriedad y moderación”; pero, aun así, hay rasgos de su personalidad que afloran.
“La grafía de tamaño pequeñito, muy mesurada, controlada tanto en la velocidad como en la inclinación, y también bastante infantil, nos habla de prudencia y contención, de intentar hacer las cosas con primor y perfección, de dar una imagen exterior muy medida, muy cuidada, pero quizás condicionando con ello la espontaneidad y la naturalidad”, nos cuenta la experta en grafología. Aun así, pese a esta excesiva contención, en ella se aprecian rasgos de una enorme sensibilidad, que la hace ser empática y compasiva; sin duda, dos rasgos determinantes que le favorecerán el día de mañana cuando sea reina. Como también le favorecerá ser alguien tremendamente constante.
“El fluir de sus letras, enlazadas unas con otras sin perder la continuidad, nos habla de una mujer constante, con un alto sentido de la responsabilidad y del compromiso”. Una forma de ser en la que la jovencita acostumbra a poner la razón por encima del corazón. Su forma de ser prudente, deja entrever a una mujer cautelosa, cuyas decisiones serán profundamente medidas y sopesadas; algo que recuerda de manera irremediable a su propio padre. “No se va a dejar llevar por el primer impulso, por lo que es reflexiva y sopesa los pros y los contras de las situaciones”. Quizás, por esta forma de ser tan parecida con su progenitor, el vínculo entre ambos es notable. Entre padre e hija hay una complicidad única que, muchas veces, se echa de menos con Letizia.
Un guante de seda forjado en hierro
Un dicho que se acostumbra a usar con aquellas personas que muestran una enorme delicadeza, pero que, a la vez, saben marcar límites. Y así es precisamente Leonor; algo que se muestra en la forma de sus letras, “mixta”, que “combinan la fuerza del gesto anguloso con la suavidad de la curva”. Conviene no confundirse con ella. Su afabilidad denotará una proximidad y delicadeza únicas, pero, si se tiene que imponer con una decisión, saldrá con ella por delante.
Quizás su educación, tan marcada y en la que se ha puesto el acento a ser cautelosa con lo que comparte, la ha convertido en una chica de lo más celosa de su intimidad y que no se abre con facilidad. Un detalle que queda reflejado en cómo escribe las letras ‘m’ y ‘n’, con “óvalos cerrados”. Sandra no tiene duda alguna al asegurar que esto suele ser un rasgo muy característico de las personas que tienen “un carácter introspectivo, con tendencia a guardar y preservar con celo sus pensamientos”.
Así es la firma de Leonor y por qué recuerda a la de su abuelo
“El tramo final de la ‘L’ traza el trayecto sobre el que se va a asentar después el resto del nombre. Este gesto es característico de las personas con ideas claras e ideales firmes, previsoras, que planifican bien su camino antes de empezar a andarlo, y visualizan las metas antes de emprender proyectos”, nos dice la perito, que ha observado una extraña similitud de la firma de Leonor con, ni más ni menos, que su abuelo.
“Su firma se inspira en la de Letizia, pero acaba pareciéndose más a la de Juan Carlos I”, y es que Leonor con la primera letra de su nombre hace exactamente lo mismo que el emérito con su inicial. ¿Homenaje o simple coincidencia? Sea como sea, lo cierto que es que tanto ella como el anterior rey son personas que fijan un objetivo y van a por él sin dudarlo.
Siguiendo con esa 'L' que da comienzo al nombre que sus padres escogieron para ella, la heredera la rubrica elevada, lo que, según la experta en grafología, denota una alta autoestima; como siempre se ha dicho de su madre. Letizia, en ocasiones, es tachada de una persona altiva, confundiéndose esa seguridad en ella misma con un comportamiento presumido.
La influencia de Letizia en su primera hija está presente de principio a fin. A pesar de la sintonía que la adolescente demuestra con su padre, esta no puede negar ser digna hija de su madre. Su progenitora ha sido su principal referente y lo sigue siendo. Su mejor consejera, y la persona que más encima está de ella para que brille y saque todo su mejor potencial. Y, todo eso, cuidándola y protegiéndola, educándola para que, el día de mañana, sea el orgullo de todos. No solo de ella.