El documental 'Prince George: How to make a monarch', a cargo del británico Channel 5, está dando para mucho. Y no solamente en lo que se refiere a tratar la importancia de la figura del nieto de Carlos III dentro de la institución, aunque también. A fin de cuentas, previsiblemente será él en el futuro el soberano del Reino Unido, que no es poca cosa. El mismo rol que, de acuerdo con la línea sucesoria, en un futuro cada vez más próximo ocupará a su padre. El príncipe Guillermo, que tambiénes uno de los protagonistas de esta pieza.
Porque como era de esperar, no solo podía hablarse sobre el 'cabecilla' de la nueva generación de 'royals' en este análisis de su figura. Inevitablemente, la figura de sus progenitores toma una relevancia muy elevada a lo largo de la cinta, con especial hincapié en la forma en la que tanto el príncipe heredero como Kate Middleton, su mujer, han optado por educar a sus vástagos. Un asunto que acaba por remitir al modo en el que el propio Guillermo fue educado en el pasado, así como a todo lo que tuvo que vivir durante su infancia.
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El día que Guillermo suplicó que no le hiciesen más fotos
Al fin y al cabo, si algo resulta llamativo, tanto en el caso de George como en el de su padre, es que ninguno ha tenido una infancia al uso. El resto de niños no puede entender la particular forma en la que ellos han sido criados, puesto que las facilidades y comodidades que permite formar parte de la monarquía no están al alcance de todos. Ahora bien, tampoco hay que pensar que la pompa opaca cualquier atisbo de amargura, ya que no todo es tan sencillo cuando uno crece dentro de una institución como la monarquía.
Menos todavía la británica, considerada la más poderosa del mundo, plagada de mil y un protocolos. Por no hablar de la presión mediática, siempre presente para todos y cada uno de los miembros del clan Windsor, siempre en el ojo del huracán de la crónica real. Desde que son bien pequeños se ven obligados a lidiar con esta realidad en la que las cámaras, la exposición y la rumorología son el pan de cada día. De ahí que estén más que acostumbrados a ser inmortalizados, aunque tal y como recuerda Arthur Edwards, fotógrafo de la realeza, no implica esto que no se provoquen algunos momentos límite.
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Véase uno que el propio Edwards recuerda durante su participación en el documental, cuando Guillermo "tenía como nueve o diez años". El relato de una sesión de fotos durante un viaje de esquí de la Familia Real a Suiza, en el que "recuerdo que Guillermo me decía 'por favor, Arthur, no más fotos, no más fotos'". Una súplica que el diario inglés 'The Mirror' ha descrito como "desgarradora", recogiendo cómo Arthur rememora al príncipe por entonces "muy triste". "Ya estaba harto y cuando recuerdo esto, pienso 'Dios mío, cómo sufrió'", declara también.
Episodios que han marcado la forma de educar a sus hijos
Traer de vuelta un instante de tensión como este vuelve todavía más comprensible aquella preocupación que Diana de Gales, la madre de Guillermo y Harry, siempre mostró ante la insistencia de la prensa. Nunca tuvo reparo en poner límites, e incluso pedir por favor a los paparazzi que les dejasen tranquilos durante un rato. Ese sosiego y distancia con la exhibición que su primogénito también ha querido que impere en la vida de George, Charlotte y Louis, sus tres hijos.
Tanto él como Kate siempre han querido protegerlos al máximo dentro de la excepcionalidad de su situación. Una cuestión que tampoco se deja de lado en el documental, donde también se pone sobre la mesa el modo en el que la princesa ha querido también considerar "su 'educación Middleton' y sus valores familiares". Es decir, la forma en la que a ella la educaron sus padres, lejos de la realeza y en un ambiente de total normalidad. Una realidad muy distinta a la que vivió su marido, pero que también quiere que sus descendientes conozcan con tal de darles una perspectiva más amplia.