El 2025 llega a la realeza británica como el tan ansiado soplo de aire fresco que todos los miembros del clan Windsor venían necesitando. Momento para renovarse de forma simbólica, y reponerse tras haber cerrado de una vez por todas uno de los años más complicados que a 'La Firma' se le recuerda. Y es que precisamente hace cosa de un año fue cuando los medios de comunicación comenzaron a hacerse eco, entre secretismo y teorías de la conspiración, de qué algo no demasiado bueno estaba aconteciendo entre los férreos muros de palacio.
Algo relacionado con la salud, y en primera instancia con la mujer del príncipe Guillermo. Se hizo saber que Kate Middleton debía ser intervenida, para ver la luz dos meses después que la realidad era que padecía cáncer. La misma enfermedad con la que lidiaba su suegro, el rey Carlos III, poco más de un año después de fallecer Isabel II y desmontando toda estructura y cualquier escenario de tranquilidad. También poniendo sobre la mesa una posibilidad: ¿qué sucedería si, de pronto, tuvieran que ponerse su primogénito y Catherine a los mandos de la Corona?
Afortunadamente, unos meses de retiro de la primera línea y tratamiento médico le valieron a la duquesa de Cambridge para recuperarse. Así, en septiembre pudo por fin retomar sus funciones públicas, aunque de forma muy progresiva. Una ansiada vuelta al trabajo con el que, aún y haber estado al lado de su esposa en todo momento, sí mantuvo Guillermo durante el trance. Incluso a veces en el papel de su progenitor, impedido por sus dolencias en determinadas ocasiones. Suficiente pretexto para establecer la dirección del reinado que, más pronto o más tarde, ambos asumirán.
El parecido del plan de Guillermo y Kate con Felipe y Letizia
Un reinado que, como sucede con cualquier asunto relacionado con la realeza, no dejará ningún cabo suelto y lo tendrá todo pensando desde el primer minuto. Prueba de ello queda en la información que ha comenzado a correr entre los tabloides británicos, donde ya se anticipa un cambio en las formas de proceder. Un viraje que aproximaría a la Familia Real más poderosa del mundo a otras como la española, que desde que Felipe y Letizia ascendieran al trono tomó el camino de la austeridad y la modernización de la institución.
De este modo, y tal y como han procurado hacer el hijo de Juan Carlos I y su consorte en España, la estrategia estaría clara: adaptar la envejecida idea de la monarquía a los nuevos tiempos. Para muestra, los planes del heredero y su mujer, que tendrían en mente reducir el extensísimo número de miembros activos de la Familia Real pese a las reticencias individuales de personas como la princesa Ana, la tía paterna de Guillermo. Así pues, se desmarcaría la Corona de unas tantas asociaciones, instituciones y organizaciones benéficas que ahora se nutren de su apoyo oficial.
Sucedería lo mismo con algunos viajes, eventos y otras ceremonias que no son estrictamente necesarios. Un movimiento inédito y comprensible, abogando por la sobriedad y tratando de contentar a los contribuyentes más críticos. Tan inédito como lo sería romper lazos con la Commonwealth, la agrupación de 56 Estados leída arcaica y cuya gira no termina de convencer al príncipe y a Kate "Consideran que es una institución obsoleta", recoge 'LA RAZÓN' citando a la prensa inglesa.
Dos condiciones innegociables de su futuro en la Corona
Más allá de todo lo anterior y de esa importancia a ser coherente con lo contemporáneo, también ha visto la luz cómo afronta la propia Kate su futuro cada vez más cercano como Reina. Un futuro sobre el que, según ha puesto en valor el periódico 'Mirror', tiene las cosas muy claras. Hasta el punto de saber que "sus prioridades indiscutibles son su familia y su salud".
En ningún caso una forma de desmarcarse de la grandísima responsabilidad que la ocupará, cabe destacar. "Ha demostrado que tiene mucho control sobre su propia agenda y eso es digno de admiración", refiere el citado medio. No obstante, la enfermedad que ha vivido ha sido clave para poner en valor la importancia de cuidarse y cuidar a los de su alrededor. Es eso lo más importante para ella, y no piensa renunciar a su bienestar cuando proceda coger el testigo de Camilla Parker Bowles.