“Eres el bebé más deseado del mundo. Somos tú y yo”. De esta manera tan directa y concisa, Marta Riumbau anunció el pasado mayo que estaba embarazada. Había sido una decisión que había tomado en solitario. Ansiaba ser madre y quería serlo sin tener que esperar a que apareciera el compañero idóneo. “Soy muy independiente”, aseguró después. Y dicho y hecho. En enero empezó el tratamiento de fertilidad y, a principios de noviembre, ha nacido su pequeña Julieta.
Para la madre primeriza, que tiene debilidad por la decoración, los DIY, las manualidades, etc. crear el espacio perfecto para su pequeña niña ha sido un reto delicioso. Algo que ha disfrutado y que, lejos de estresarse como le sucede a muchos padres con su primer bebé, ella ha gozado de principio a fin.
La creadora de contenido tenía muy claro que deseaba crear un espacio cálido y respetuoso, pero que mantuviera la esencia decorativa de toda la vivienda; una casa siguiendo las tendencias nórdicas e industriales, donde priman los grises y el microcemento. Para dar una apariencia más ‘infantil’, Marta Riumbau recurrió a los tejidos en fibras naturales y a los tonos neutros, además de a los vinilos que añadían ese extra de ternura a las paredes grises.
El truco de Marta Riumbau para hacer de la habitación de su hija un espacio más cálido
“He escogido los motivos de elefantes y estrellitas; y todo va en tonos blancos, grises y en madera para aportar calidez”, desvela, como ‘tip’ infalible a la hora de decorar un espacio pensado para una peque. “También he metido algún que otro toque rosa para añadir color”, remata. Porque si algo debe de existir en un dormitorio infantil, además de un espacio que invite a la calma, es diversión y con pequeñas concesiones como esta, que no rompen la estética del cuarto, se consigue perfectamente.
Mantitas esponjosas y muy gustosas que serán como abrazos infinitos para la pequeña, su primer gimnasio en el que aprender a girarse y a sostener el cuello… ¡Y su primera estantería! Teniendo una madre como Marta, que es famosa en el mundillo ‘influencer’ por su habilidad para decorar y tener cada cosa bajo control, Julieta también debía tener su propia estantería. En el caso de la de la niña, se trata de una especie de casita de muñecas donde, de momento, descansan algunos peluches, pero que, el día de mañana, albergará libros y cuentos; para que tenga fácil acceso a ellos.
Uno de los objetos más tiernos que, desde hace semanas, ya convive en esta casa de gusto minimalista cálido, es un balancín muy especial. Se trata de un pequeño elefante de peluche, mullido y acolchado, en el que la niña se lo pasará en grande dentro de unos mesecitos.
Para tener espacio de sobra, Marta Riumbau seleccionó dos cómodas en blanco y en madera, sobre las que ha apoyado el cambiador de la pequeña y todos sus útiles de higiene. Cuando la niña crezca y este sea necesario, se puede eliminar y que estos muebles gemelos cumplan solo función de almacenaje. Pero, mientras, así es una estupenda manera de cumplir con ambas necesidades.
Una alfombra hecha a mano y una cuna de 600 euros
Y, dado que los niños, especialmente los más pequeños, pasan tanto tiempo en el suelo, desde donde descubren el mundo, nada mejor que una confortable alfombra. Marta Riumbau está especialmente satisfecha con la que escogió, puesto que está realizada a mano y tiene un suave color entre rosado y beige, perfecto para las tonalidades que ella ha escogido para la habitación más importante de la casa, esa “que se ha hecho con muchísimo cariño”.
A la hora de dormir, Marta ha querido que la niña cuente con diferentes opciones. Primero, con un moisés de estilo tradicional y muy clásico, fabricado en madera natural y en rafia. Esta será la camita de Julieta cuando duerma sus siestas y, es posible, que la creadora de contenido la coloque en el salón o en su propio dormitorio. Esta es la mejor alternativa cuando son recién nacidos, ya que supone un espacio pequeño y seguro, que a los bebés les recuerda a los meses dentro del útero materno.
“Voy a hacer colecho durante el primer año”, asegura con decisión Marta, así que, por ello, ha escogido una cuna evolutiva; es decir, que le sirva para diferentes momentos de la vida de la pequeña. Los primeros meses la puede poner pegada a su cama sin una de las paredes de barrotes, para, de este modo, crear un espacio infinito entre su colchón y el de la bebé. A continuación, cuando la niña haya cumplido sus primeros doce meses, las intenciones de la influecer pasan por armar al completo la cuna para, más adelante, que esta sirva como su primera camita. La pieza, de la marca The Mamas & The Papas y que acompañará a la pequeña en sus primeros años de vida, cuesta al rededor de los 600 euros en la web de El Corte Inglés.
Otra de las compras que será un verdadero salvavidas en esta primera maternidad seguro que es la hamaca electrónica por la que se ha decantado. Se trata del modelo Moon, que calma al bebé con suaves balanceos cuando su mamá no le puede tener en brazos. Este modelo es uno de los grandes superventas de la marca y cuesta 149 euros.
¿En qué punto está la relación de Marta y Diego Matamoros?
Diego Matamoros ha sido la última pareja que le hemos conocido a Marta, con quien ha seguido compartiendo vivienda. “A pesar de los cambios, hemos seguido viviendo en la misma casa, apoyándonos el uno al otro en nuestros caminos individuales hacia el crecimiento y la felicidad, sin que ninguna de las partes se canse de la existencia de la otra”, escribió en redes sociales para aclarar cuál era su situación sentimental con el hijo de Kiko Matamoros.
“Nos llevamos muy bien, tenemos muy buena relación, compartirnos perro. Yo echo mucho de menos a Amarok, lo criamos juntos, me lo trae, está conmigo. Al final una persona con la que has compartido un tiempo de tu vida, en mi caso dos años, al no ser que haya pasado algo monumentalmente malo, ¿por qué no voy a tener buena relación? Súper felices los dos",