Ni su ausencia le resta un ápice de popularidad. La fama de Kate Middleton está en su mejor momento, tanto esa así, que ha sido escogida como el miembro más querido de la Corona británica por todos los ingleses.
El éxito Middleton es tal que muchos la comparan ya con su sucesora, Lady Di; y los hay que van más allá y prefieren a la esposa de Guillermo antes que a su desdichada madre, quien durante años fue el ‘ojito derecho’ de los ingleses. Pero, ¿cómo la actual princesa de Gales ha conseguido generar este efecto entre sus conciudadanos? ¿Qué ven en ella para convertirla en la auténtica estrella de la monarquía británica? Hablamos con una experta en marca personal para desentrañar qué hay detrás del llamado ‘efecto Kate’.
Todo el mundo ama a Kate
Ana Jiménez, experta en reputación de marca, lo tiene claro; todo obedece a la pasión de los británicos por su propia Corona. “Es una relación en constante movimiento y quieren estar al tanto de todo lo que les ocurren a sus royals”. Ella no tiene duda: la salud de la monarquía inglesa resulta envidiable. Y todo gracias a la “buena reputación que tiene entre los ciudadanos”, con la que no hay escándalo que pueda.
Todo se debe a la estupenda labor que realizó la anterior monarca. “Isabel II supo reinar con aplomo, seguridad y ejemplaridad”, y esto convirtió a la monarquía británica en la “madre de todas las monarquías”; de ahí que “todo lo que sucede alrededor de esta Casa Real cree expectación. No solo en el propio país, sino en todo el mundo”.
Una encuesta reciente entre los británicos, realizada por YouGov, ha arrojado el dato de que Kate Middleton, con un 76% de los votos, es la ‘royal’ más querida. Su marido le sigue de cerca, pero ella es la que más se desmarca de toda la familia real.
Nuestra experta en marca personal cree que la falta de transparencia que ha rodeado a toda la enfermedad de la princesa de Gales no ha jugado en su contra. De hecho, la mantiene fuerte en la primera posición.
Quizás, ese momento de debilidad, la ha vuelto aún más popular. “El vídeo en el que ella explicó qué le pasaba fue un ejercicio de honestidad, que provocó la compasión y empatía de prácticamente todos”. Todos pudimos empatizar con la voz calmada de Kate, preocupada por ella misma, pero, por encima de todo, por sus tres hijos pequeños.
“En el momento que grabó ese vídeo y pidió tiempo y privacidad, muchos conectaron con ella. Kate ha ofrecido transparencia, veracidad y ha llegado una vez más al corazón de los británicos, que han empatizado con su situación”, nos cuenta Ana Jiménez, que cataloga de “brillante” la manera en la que ha gestionado todo.
¿Por qué la ausencia de Kate Middleton no ha jugado en su contra?
Por muchos meses que permanezca alejada de la vida pública, su popularidad no cae. Para esto existe una explicación y es que nace una “expectación”; todos quieren saber de ella, se da una “necesidad de encontrar respuestas”.
Además es importante entender que no ha desaparecido por gusto, sino que lo está haciendo por causa de fuerza mayor. Su decisión ha sido apartarse para, en la privacidad de su familia, buscar curarse. Carlos III, también paciente de cáncer, ha optado por una versión más pública de su baja, acudiendo a pequeñas reuniones dentro de Buckingham; aunque plantee su vuelta dentro de pocas semanas.
Un triunfo trabajado: la concienzuda labor de Kate Middleton hasta llegar a este punto
Kate Middleton se ha ganado a pulso el cariño. Ha sido un trabajo dedicado y laborioso, fruto de 13 años de absoluta entrega. En 2011, la hija de Carole Middleton y el hijo de Diana se daban el ‘sí, quiero’ en una multitudinaria celebración. La sencilla joven pasaba a ser la esposa de un príncipe y duquesa de Cambridge. Ya era miembro de la familia real. Eso había sido lo fácil, ahora debía ganárselo.
Se obsesionó con ser la embajadora perfecta. La más entregada, la más servicial y la más simpática. Kate Middleton fue la más profesional. Si había que cocinar, cocinaba; si se tenía que volcar con los más pequeños, lo hacía. Tenía claro a quién iba a copiar. La joven se convirtió en digna heredera de Lady Di y los británicos no podían estar más felices.
Para Ana Jiménez, el éxito de Kate también radica en su procedencia. “No ha nacido vinculada a la realeza, esa ha sido su prueba de fuego. Una vez pasado este filtro todo empieza a sumar. Cercana, comprometida y responsable con el puesto que tiene que llevar a cabo”, nos asegura la experta en marca y liderazgo que cree que la princesa “cumple con las claves que cualquier monarquía actual consideraría oportuna para un líder”.