Parece que no es cuestión de que pase el tiempo si se trata de Juan Carlos I. Los escándalos y el Rey emérito caminan de la mano desde hace muchos años y poco importa que él ni siquiera resida en España. Desde que el pasado septiembre se publicaron las buscadísimas imágenes de su idilio con Bárbara Reyen una revista holandesa, cualquier atisbo de sosiego en el golfo Pérsico se ha esfumado. Hasta el punto de que el relato ha salpicado, como era de esperar, al resto de miembros de su familia.
No solamente a doña Sofía, claro está, porque que así sería era demasiado evidente. Y eso que en ningún caso se auguró que verían la luz también los audios de sus conversaciones privadas con la vedette, en las que se atrevía a poner en palabras que su amor con la emérita estaba totalmente roto hace ya unas tantas décadas. Lo que quizás no esperaba el exmonarca es que todo este entramado también sacaría a relucir la cruda realidad a la que se enfrentaron sus hijas mayores.
Un nuevo capítulo en el devenir del relato de esta serie de catastróficas desdichas que comienza con la emisión de 'Bárbara Rey, mi verdad'. Programa especial de Telecinco en el que la artista se anima, tras mucho tiempo en silencio, a exponer su lado de la historia para deleite de la audiencia. Testimonio que, sin lugar a dudas, ha despertado todo tipo de opiniones entre la crónica real. Véase la de Pilar Eyre, que no ha dudado en referir a cómo vivieron los vástagos de los antiguos Reyes esta delicada tesitura.
Una infancia ensombrecida por las discusiones y el desapego
La periodista catalana, experta en todo lo que a la Familia Real se refiere, ha sido la primera en poner sobre la mesa todo lo que aconteció entre los pasillos de palacio ante semejante escenario. Lo ha hecho a través de su blog en la revista 'Lecturas' que lleva por título 'Así descubrieron los hijos de Juan Carlos que le era infiel'. Una pieza que comienza contundente asegurando que "la primera en saber que papá tenía novia fue Elena". Situación que remite al 2007, cuando Corinna Larsen ocupaba el corazón del Rey, y siendo ella la encargada de contarle a su hermano Felipe que no era solo una "amiga" y que era "la amante de papá".
Un pretexto de ignorancia cuando menos llamativo, ya que las infidelidades de don Juan Carlos no eran cosa de la década de los 2000. No obstante, Eyre señala que desconocían "esa doble vida amorosa de su padre que sabía toda España". Eso sí, "quizás recordaban aquel lejano día de enero de 1976 en el que su madre, llorando desconsoladamente, los metió en un avión para irse a la India". Recuerdos del pasado que, en el caso de Elena y Cristina, remueven todavía más unas memorias del desamparo. Porque tal y como apuntaría también Pilar en una intervención para el programa 'TardeAR' de Telecinco, "las infantas han estado muy desasistidas cuando eran pequeñas".
Tanto como por su padre, pero también por su madre. ¿El motivo? Además de "las peleas del matrimonio", también primaba para este matrimonio inexorablemente falseado desde casi la primera hora "su voluntad de convertirse en los mejores reyes". Sin importar la indiferencia, por profunda que fuese, con su primogénita y con la mediana de sus hijos. El caso de Felipe, evidentemente, era distinto. A él "lo mimaron, pero mimar no es educar", matiza la cronista, antes de sentenciar que aunque el suyo fuese un supuesto distinto por ser el heredero de la Corona, es reseñable el hecho de que "los tres tuvieron una infancia muy solitaria".
Las contrapuestas reacciones de los hermanos al confrontar a su padre
También en el blog de Pilar pueden los observadores de la Casa Real descubrir cómo fue el momento en el que los hijos hablaron, de una vez por todas, con el padre. Un instante difícil de afrontar, que se dio durante una comida en el restaurante El Landó cuando el propio Juan Carlos "lo confirmó sin ambages" y "les comunicó que quería divorciarse de su madre para casarse con Corinna". El exmonarca lo tenía claro, y con astucia les indicó que "vosotros también os habéis casado con quien os ha dado la gana".
Fue entonces cuando Elena y Cristina, las desasistidas, agacharon la cabeza y "enmudecieron". Solo Felipe, que más que cuidado fue mimado, quien se atrevió a confrontar a Su Majestad. "Te vas a cargar la corona que tanto te ha costado ganar y mantener". Consiguió frenarlo. Al menos, a efectos oficiales, puesto que a pesar de llevar vidas completamente separadas -incluso en lo que a la ubicación se refiere-, todavía en el 2024 siguen casados Sofía y Juan Carlos.