Por mucho que pase el tiempo, siempre hay personas que dejan una profunda e imborrable huella en nuestras vidas. Si no, que se lo pregunten a Carolina de Mónaco, quien acaba de enfrentar de manera muy amarga la pérdida de una mujer clave para entender no solo su historia personal, sino también la de su familia. Una figura que estuvo a su lado durante uno de los momentos más duros que han tenido que atravesar en palacio.
Sabemos que la vida de la hija de Grace Kelly ha contado con grandes alegrías, pero también con fuertes momentos de drama y tristeza, como cuando su segundo marido Stéfano Casiraghi falleció en el año 1990 en un accidente de moto de agua. El empresario no solamente dejó a una viuda real, sino también a tres guapísimos y muy afectados hijos: Pierre, Andrea y Carlota. Además de la familia inmediata, la tragedia dejó a una madre profundamente afectada: Fernanda Biffi Casiraghi, quien a pesar de su propio sufrimiento se convirtió en un apoyo incondicional para Carolina y sus nietos.
Ahora, Fernanda y su partida han reunido nuevamente a los 'royals' en un ambiente de duelo, donde el dolor y la solemnidad marcaron el funeral celebrado en Italia. Allí pudimos ver a Carolina de Mónaco, visiblemente afectada, acompañada de sus hijos y su nuera, rindiendo homenaje a una mujer que fue importantísima en una de las épocas más complicadas de sus vidas.
Despedida a Fernanda Biffu Casiraghi
“Mamá tuvo grandes alegrías y grandes tristezas, pero era una mujer que creció en tiempos de guerra, capaz de afrontar la vida con valentía a pesar de sus espinas. Nos dejó a todos, ejemplos y momentos que siempre recordaremos”. Esto es lo que publicaba el hermano de Stéfano Casiraghi, Marco, en el periódico italiano Il Corriere della Sera para despedir a su madre.
Y también se celebró un multitudinario entierro donde por supuesto también estuvo presente Carolina de Mónaco. La princesa reapareció por sorpresa en la basílica de Santo Stefano, en Italia, para despedir a Fernanda y acompañar a la familia de su viudo. Carolina, vestida de riguroso luto, no pudo evitar que se reflejara en su rostro el profundo dolor por esta pérdida.
“La noticia del fallecimiento de Fernando Biffi encontraba a Carolina fuera de Mónaco. La hija de Grace Kelly viajaba inmediatamente hasta Italia para poder acudir a dar el último adiós a la madre de su segundo marido”, explica José Confuso en la revista Lecturas. “De hecho, en las condolencias a la familia publicadas en el diario Corriere della Sera aparece el nombre de Carolina y el de sus tres hijos, nietos de la fallecida”, explican en la revista Hola.
Apoyada por sus hijos
Con su rápida presencia allí, la monegasca ha demostrado el afecto que la hija de Grace Kelly siempre ha tenido con su antigua suegra, con la que ha mantenido relación directa y bastante cercana durante décadas. Pero no estaba sola, sino que allí se la ha podido ver tremendamente arropada por dos de sus hijos, Pierre y Andrea Casiraghi, que además de honrar a su abuela, estaban muy pendientes de su madre.
La imagen de los tres juntos en la ceremonia fue un reflejo del fuerte vínculo que une a la familia, que aunque llevan vidas muy separadas, cuando de verdad importa, siempre se ven juntos, especialmente en situaciones de dolor y despedida como esta.
Junto a ellos también estaba presente la nuera de la monegasca, Beatrice Borromeo, con la que la buena sintonía es cada vez más notoria. Su papel en esta ocasión demuestra lo completamente integrada que está en la familia, de la que se ha convertido casi en un pilar fundamental y en cómo, gracias a su carácter, es capaz de mantener el tipo en situaciones con tanta complejidad como este funeral.
Una “segunda madre” para Carolina de Mónaco
Y es que la unión entre Carolina de Mónaco y Fernanda Biffi trascendió y perduró tras la muerte de Stéfano Casiraghi. Aunque su matrimonio con el empresario italiano terminó abruptamente y de una forma tremendamente dramática tras el accidente náutico, la princesa y su suegra no solamente mantuvieron un contacto estrecho, sino que incluso su unión se intensificó demostrando que los lazos familiares son lo más necesario a la hora de superar tragedias de este calibre. A pesar de mantener un perfil bajo y ser siempre muy discreta, su figura fue clave en el desarrollo y bienestar de sus nietos.
En aquel momento, la abuela de los hijos de Carolina, jugó un papel muy importante en la vida de sus nietos, Andrea, Carlota y el pequeño Pierre Casiraghi, que vieron en su abuela un apoyo que complementaba al de su madre, que, completamente devastada por la sorpresa, necesitaba más que nunca encontrarse con apoyo familiar. Esto hizo que se convirtiera casi en una segunda madre para Carolina en estos duros momentos.