Todo ha cambiado en el seno de los Urdangarín y Borbón. Y no solo por todo lo que refiere al divorcio entre la infanta Cristina y su ya exmarido Iñaki, que sobre el papel se formalizó en el diciembre de 2023. La cuestión es que los cambios se han sucedido también en las vidas de ambos mientras emprenden esta nueva etapa en solitario. Él, enamorado de nuevo y con planes de pasar por el altar junto a Ainhoa Armentia, la mujer con la que ahora comparte su vida. Y ella, de regreso.

Además, de regreso literal en varios sentidos. Comenzando por algo tan reseñable como su regreso a los entornos de la Familia Real, pues aunque siga despojada de su ducado, parece que las distancias con su hermano Felipe se han ido acortando en los últimos tiempos. Una vuelta a la 'primera línea' que se entiende mejor con su vuelta a España, porque la hija de Juan Carlos I hace meses que tomó la decisión de regresar también a su país. Adiós a Ginebra... ¿O no del todo?

Infanta Cristina
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El nuevo piso de Cristina en Barcelona, bajo la custodia de Pablo

De acuerdo con la información disponible, la infanta sigue viviendo en la misma ciudad suiza donde se instaló junto a sus cuatro hijos mientras Iñaki Urdangarin estaba en prisión por el caso Nóos. Sea como fuere, y más allá de que sus vástagos ya no residen allí con ella, es evidente que ya no es ese su escondite. Sobre todo porque cada vez son más frecuentes sus visitas a Barcelona, donde a finales del pasado 2024 se descubrió que se ha comprado un piso.

Y no es un piso cualquiera. Se trata, nada más y nada menos, del primer inmueble que compartió con el jugador de balonmano a finales de los 90, cuando acababan de casarse. Un apartamento de 300 metros cuadrados en la avenida Pedralbes, una de las más exclusivas de la ciudad condal, que no es poca cosa. Cristina se ha hipotecado para recomprarlo, y según desveló la revista 'SEMANA' hace unas semanas, también ha puesto en marcha una reforma. Y es en ese proceso de reconstrucción donde la figura de Pablo, el segundo de sus hijos, cobra importancia.

Pablo Urdangarin
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"Tiene una rutina que no se salta casi nunca: visitar las obras del piso que su madre se compró el año pasado en Barcelona", expone Silvia Taulés en 'Vanitatis'. Información de primera mano de la que se extrae que, a pesar de que la infanta tenga que ausentarse de la capital catalana dados sus compromisos en Ginebra -u otros enclaves-, ha delegado la crucial tarea de ver que todo avanza según lo previsto en una de las personas de su máxima confianza. Además del único de sus hijos que a día de hoy está afincado en Cataluña, claro está.

Un apartamento que no será su refugio, pero sí el de su hijo

"Es el puerto base de la infanta Cristina cuando viene a España", reza Taulés en el mencionado medio. La forma más esclarecedora de señalar los motivos de la hermana del soberano para hacerse con una casa en Barcelona, y así no tener que instalarse en un hotel siempre que baje a ver a su hijo. De este modo, esta casa será su refugio durante sus viajes. En ningún caso refugio permanente, pues se dice en el digital antes citado que solo en un futuro lejano "podría plantearse volver a España y ese sería su lugar de residencia".

Entonces, ¿significa esto que el piso de Pedralbes, una vez reformado, estará vacío siempre que la exduquesa de Palma no baje a ver a su hijo? No del todo. A fin de cuentas, "la casa se está poniendo a punto para que alguien pueda habitarla" dentro de muy poco. Y, según esas mismas fuentes, sería el propio Pablo Urdangarin quien termine convertido en el inquilino definitivo. Cuando llegará el momento en el que esto pueda suceder todavía es un misterio.

En cualquier caso, está claro que por ahora seguirá siendo su hijo el encargado de velar porque la reforma quede tal y como su madre la ha imaginado. Todo para que el inmueble quede a su gusto. El piso de siempre, pero renovado. Una nueva versión del lugar donde el fallido matrimonio de sus padres comenzó y que próximamente estará listo para volver a entrar a vivir.