Letizia sabe lo que es lidiar con la presión. Lo lleva haciendo desde hace más de dos décadas, cuando su nombre pasó de ser el de la presentadora del 'Telediario' al de la prometida del Príncipe de Asturias. En ningún caso se augura que traspasar los muros de una institución como la de la realeza será sencillo. Mucho menos cuando tu condición de enamorada presupone, también, que terminarás siendo la Reina de la nación antes o después. Así fue, aunque para eso hubo que esperar unos años. Diez, para precisar. Diez largos años 'a prueba', que se diría. La Casa Real la vigilaba. El ojo público también. 

Estaba claro que salir ilesa de ese análisis constante iba a ser difícil. Basta con remitir al imborrable 'encontronazo' que vivió con su suegra, doña Sofía, en la Catedral de Palma. Fue entonces tuvo lugar el gesto más criticado de su trayectoria desde que aterrizase en palacio, con el 'manotazo' de la discordia. No obstante, en ningún caso ha sido ese el único de los gestos que han acabado por desatar la polémica después de alguna aparición pública. De hecho, así le ha sucedido recientemente, aunque en una clave mucho más humorística. La mujer de Felipe VI, ahora mucho más relajada y asentada en su posición, ha protagonizado ahora una estampa muy curiosa.

La 'crítica' que Letizia ha recibido por su gesto más identitario

Fue el pasado 6 de mayo, cuando la Reina reapareció en escena tras un par de días con la agenda libre. La última vez que se había dejado ver fue en la Academia General Militar de Zaragoza, con motivo de la tercera jura de bandera del Rey por el 40 aniversario de su promoción. Tan regia y elegante como siempre, con esa compostura que, por desgracia, tuvo que sacrificar en el evento al que acudió en el Teatro Real. Nada más y nada menos que el concierto EmociónArte, un acto formal comprendido en el Tour del Talento que organiza la Fundación Princesa de Girona.

El motivo que hizo que la Reina perdiese algo de 'glamour' en esta ocasión remitía a un problema médico, pues se ha fracturado un dedo del pie. Es por eso que no le quedo otra opción que bajarse de los tacones y lucir unas zapatillas deportivas. De todos modos, nada la paró en su cometido de cumplir con el compromiso. Una vez allí, Letizia tuvo la oportunidad de coincidir con artistas como Alfred García o Cepeda, participantes de 'Operación Triunfo 2017'. Fue precisamente este último quien, como acompañamiento a la imagen que inmortalizaba su encuentro con ella, desveló algo que no le había gustado del todo del momento.

Cepeda y Letizia
GTRES

"Muy maja, pero aprieta mucho", decía el texto de la publicación del artista en su perfil de Instagram, donde acumula más de 370.000 seguidores. Una descripción irónica que hace referencia a cuan agradable fue con él la madre de Leonor y Sofía, pero también a la fuerza que ejerce al dar la mano a sus interlocutores. Declaración que, a pesar del tono jocoso, no ha caído en saco roto y ha despertado todo tipo de reacciones. Incluso de otros famosos que han coincidido con la Reina en el pasado, como la futbolista Jennifer Hermoso, con quien compartió espacio en la final del último Mundial de fútbol femenino, que ha comentado: "¡Doy fe!"

El significado que esconde el contundente saludo de Letizia

No es la primera vez que esta 'fuerza' de Letizia sale a relucir en lo que a su forma de saludar se refiere. Es recurrente que apueste por dar la mano a las personas a las que tiene que presentarse en un ambiente profesional. Un 'modus operandi' que dice mucho sobre su personalidad, atendiendo al análisis de Vanessa Guerra, experta en comunicación no verbal y autora de 'El lenguaje corporal de las emociones' (RBA), para CLARA. "En general, el saludo de la Reina es bastante correcto: saluda con la palma de la mano abierta y agarra con fuerza la mano del otro, un síntoma de poder y liderazgo", nos contaba.

letizia saludo
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Ese poder que ella transmite y que le ha servido para ganarse su lugar y labrarse su propio camino, aunque la sangre azul la lleve su marido. "La reina Letizia da la mano con firmeza. Aprieta con fuerza y sacude la mano con energía. Recordemos lo que le dijo a Santiago Cabana, embajador de España, en su visita a Nueva York: 'dame la mano como a un hombre'", puntualizaba también nuestra especialista. Esa necesidad intrínseca de que no la hagan de menos y poner en valor su entereza. También su fortaleza y su seriedad. Su particular forma de expresar que está a la altura, converse con quien converse.