No hace falta haber seguido la actualidad 'royal' a pies juntillas para estar al corriente de que no está siendo un buen año para la Corona británica. Desde el pasado mes de enero, la gran mayoría de las noticias -por no decir todas- sobre la dinastía que han visto la luz no han sido especialmente alentadoras. Una serie de catastróficas desdichas que nos remite al primer revuelo mediático de 2024, cuando la institución hizo público que Kate Middleton se había sometido a una cirugía abdominal. Una semana después, la Casa Real compartió que Carlos III padece un cáncer. Desde entonces y entre hermetismos varios, el flujo de información en la prensa ha sido incesante.

Informaciones que en todos los casos atañen a los achaques de salud y que despertaron todo tipo de hipótesis y especulaciones. Más todavía cuando, a diferencia de cómo se había procedido con la enfermedad del monarca, el Palacio de Kensington se resistía a contar qué le sucedía verdaderamente a la Princesa de Gales. Fue en la tarde del 22 de marzo cuando, de pronto, la propia Kate contó al mundo que ella también padecía un cáncer. Así se justificaba, por fin, su desaparición del foco público. Cambios y más cambios en las agendas que acabaron por poner en el primer plano a otros miembros de la estirpe. Sea como fuere, la alargada sombra de la crisis sigue extendiéndose, con nuevos reveses y un futuro incierto por delante. 

El último revés que afecta a la Corona británica

En primera instancia, fueron el príncipe Guillermo, primogénito del Rey, y la reina Camila, los que 'tomaron los mandos' de la Corona cuando el soberano tuvo que hacerse a un lado para tratar su enfermedad. Una agenda ajustada a las necesidades y una situación de excepción en la que ambos se encargarían de dar la cara en incontables actos institucionales. El caso es que nunca acabó de ser así del todo, porque la esposa de Carlos III se tuvo que tomar un repentino descanso. Muy en la línea de su cuñado Eduardo, que en tiempos de caos tomaba la determinación de apartarse temporalmente de los compromisos 'royal'. Por otro lado, el heredero también se veía forzado a pausar su sustitución forzosa para estar al lado de su mujer en el duro trance que supone el tratamiento contra el cáncer. 

Por suerte, y aunque el hijo de Isabel II ha podido retomar su presencia pública paulatinamente, siempre ha contado con un apoyo indispensable. El de su hermana, la princesa Ana, escudera y comprometida con que las cosas sigan funcionando como de costumbre. Por desgracia, también los problemas de salud han acabado afectándole y ha tenido que causar baja. Todo después de sufrir un aparatoso accidente con un caballo que le ha producido heridas leves y una conmoción cerebral. Contra su voluntad, y aunque el pronóstico es favorable, el inmarcesible peso pesado de los Windsor también ha visto sus planes de trabajo truncados, dejando a Carlos ciertamente 'solo ante el peligro'.

Carlos III y Ana
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"Por consejo de los médicos, los compromisos de Su Alteza Real para la próxima semana se pospondrán", decía el comunicado de Buckingham con relación al estado de la princesa real, que aprovechaba para pedir disculpas a la ciudadanía. Un escenario que medios como el diario británico 'Daily Mail' asegurarán que la propia Ana "odiará" y que fuerza otro giro de guion. Justo cuando las tareas de Carlos y Camila siguen limitadas, y solamente con la posibilidad de contar con el apoyo de los duques de Edimburgo, puesto que no se contempla el salto a la primera línea de Harry o Andrés de York.

Los expertos alertan de la fragilidad de la situación

Es innegable que son tiempos de fragilidad para una monarquía cuya solidez parece haberse esfumado. Atrás quedan las siete décadas de reinado de Isabel II cuando se cumplen casi dos años de su fallecimiento, y la coincidencia de desgracias en espacio y tiempo lo ha complicado todo todavía más. No es de extrañar que los expertos en Casa Real hayan hecho saltar todas las alarmas y alerten sobre la vulnerabilidad de la Corona. Basta con revisar declaraciones como la Patrick Jephson, exsecretario privado de Diana de Gales, para 'Vanity Fair': "Sin Kate todo parece bastante plano (...). Sabemos que en la familia real británica, son las mujeres las que organizan el espectáculo. ¿Qué tan frágil es la monarquía en estos momentos? Es tan frágil como lo está Kate".

Trooping the Colour Kate Middleton
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De acuerdo con las palabras de Jephson, no hay duda alguna de que el matrimonio formado por el príncipe Guillermo y Kate Middleton sigue siendo la esperanza de los británicos. Es por eso mismo que, mientras que la duquesa de Cambridge permanezca fuera de plano, la credibilidad y estabilidad de la estirpe seguirá en entredicho. Más todavía cuando el regreso oficial a sus funciones no se prevé hasta dentro de un largo tiempo. Su reciente aparición en el desfile del Trooping The Colour solo era un modo de demostrar que progresa adecuadamente y agradecer el apoyo del pueblo. No obstante, todavía le queda un largo camino por delante para estar totalmente recuperada. Algunos apuntan al otoño, otros al 2025. La fecha exacta sigue siendo un absoluto misterio. El cataclismo persiste.