"La nueva vida de Eva", sentencia la portada de la revista 'Lecturas' en su número del 18 de diciembre. Una declaración de intenciones a lo grande sobre la realidad vital que ahora ocupa a Eva González, consagrada ya como una de las presentadoras de mayor éxito de nuestro país. De 'MasterChef' a 'La voz', al frente de formatos de máxima audiencia en los últimos años que, sin lugar a dudas, han borrado de la retina cualquier idea que la asociase exclusivamente con el modelaje o con sus relaciones amorosos.
El caso es que hubo un tiempo que, al menos a ojo de los más seguidores de la tauromaquia, era leída también como la esposa de otro rostro conocido. Su matrimonio con Cayetano Rivera nunca pasó inadvertido por aquello de que la suya parecía una relación de anuncio. No obstante, la unión llegó a su fin en el 2022, cuando anunciaron que la relación había terminado. El punto y final a siete años de amor, diciendo adiós a todo lo que antaño compartieron... ¿O no del todo?
Aunque por motivos de trabajo pasa la andaluza mucho tiempo en Madrid, en realidad siempre ha seguido muy unida a Mairena del Alcor, el municipio sevillano donde se crio. También el lugar donde hace unos años soñó con construir su hogar familiar junto a Cayetano y su hijo. Y aunque no pudo ser, en ningún caso ha renunciado Eva a ese sueño. De ahí que, tal y como ha avanzado la citada publicación, "ha tomado la decisión de comprar a su exmarido el 50% de la finca en la que un día planearon construir su hogar". Pero, ¿cómo es esa finca por dentro?
Madera, clasicismo y funcionalidad en el interior
Es ahora cuando comienza el sueño de verdad, siendo ella la única propietaria de la parcela y en el pueblo en el que más en casa se siente. Su particular refugio, cuya totalidad ahora le pertenece y del que ahora podrá disfrutar al máximo. Y es que hay mucho de lo que disfrutar, porque al chalet sevillano de la modelo no le falta detalle.
Basta con echar un ojo a las estancias interiores de la casa, que los más seguidores de González pueden descubrir revisando sus redes sociales. Es ahí donde publica instantáneas que muestran algunos de los rincones más especiales de la vivienda, que combina la modernidad con lo rústico y lo clásico. Prueba de ello queda en el dormitorio, donde un espejo de pie 'vintage', las cortinas estampadas y los cuadros de motivos religiosos dan un aire tradicional al espacio, en el que la madera es el material predominante.
Contraste absoluto con el resto de zonas, pues la cocina, donde pasa mucho tiempo junto al pequeño Cayetano y puede preparar sus platos favoritos, destaca por presentar un estilo mucho más austero. Sin elementos rimbombantes ni demasiados lujos -aunque sí está equipada con todos los electrodomésticos necesarios-, con el blanco como color principal para las zonas de almacenaje y los tonos oscuros para la encimera, también madera maciza.
Y lo de la funcionalidad parece ser una de las máximas de Eva, pues también vemos en su salón que no necesita aferrarse al maximalismo a la hora de decorar para crear un entorno acogedor. De ahí que en esta habitación, que es indiscutible punto neurálgico de la vivienda, opte por dar importancia a lo importante. ¿Y qué hay más importante que el sofá? Este, en blanco, combina a la perfección con los tonos tierra de paredes y suelo.
El toque de color, en un exterior refrescante
Evidentemente, no iba a quedar todo lo bueno de puertas para adentro. Y mucho menos si, como esta, se trata de una finca cuyo terreno comprende nada más y nada menos que 1.075 metros cuadrados, que se dice pronto. Espacio de sobras para hacer de su jardín un entorno idílico en el que, además del verde del césped y los arbustos perfectamente podados, también hay cabida para variaciones cromáticas.
Véase este banco, situado en una de las zonas exteriores del inmueble, donde el verde de la naturaleza convive con el verde vitamina de la pintura de la banqueta. La nota de color que hace de este un lugar de lo más especial, sin importar si el día es más o menos gris. Pero es que además, cuando de gris poco, el terreno de Eva comprende otra joya: su gran piscina.
De nuevo, optando por un estilo clásico, con azulejos azules en mosaico y una tarima de madera alrededor. Elección tan ágil como efectista, para un indispensable dada la ubicación, pues cuando llega el verano y suben las temperaturas no hay nada que venga mejor que darse un chapuzón. Eso, además de ser el lugar ideal para jugar con su hijo. La guinda del pastel para este paraíso privado que, por fin, es suyo.