Si Leonor mira un año atrás en su vida, seguro que se sorprende por cuanto han cambiado las cosas. No en el mal sentido, cabe destacar. Tan sencillo como que sus responsabilidades crecen a medida que se hace mayor. Ya ha cumplido los 18, pero su situación es bien distinta a la del resto de personas de su edad. Al fin y al cabo, el trono la espera. Aunque las previsiones son que sea Reina dentro de mucho, lo será. No es ninguna tontería y debe estar preparada, con todos los trámites que precise su condición de heredera. Empezando por su educación.

Como cualquier joven escolarizado, la Princesa de Asturias cuenta ya con un largo currículum académico. No obstante, y dejando de lado la obligatoriedad de los años que pasó en el prestigioso colegio Santa María de los Rosales, en Madrid, hay que remontarse a tres cursos atrás para entender el inicio de esa segunda etapa. Una 'parte 2' necesaria que comenzó en el UWC Atlantic College. Fueron dos los años que vivió en Gales, como ahora hace su hermana Sofía. En territorio extranjero y alejada de sus padres. La previa a su formación castrense, aunque este no será el último de sus 'checks escolares'.

La decisión de Leonor que podría romper con las costumbres

Después de dos cursos estudiando el Bachillerato Internacional, la primogénita de Felipe VI dejó atrás el Reino Unido para volver a España. No por voluntad propia, en realidad. De hecho, y a pesar de su 'poder' dentro de la institución, hasta entonces había sido guiada por sus padres en lo que a la orientación de su futuro se refiere. Sin embargo, esta vez procedía ser consecuente con los deberes reales. Por primera vez, y poco antes de cumplir la mayoría de edad, Leonor se embarcaba en el gran reto de ser cadete.

Son tres los cursos que la nieta de Juan Carlos I debe pasar en la formación castrense. El pistoletazo de salida tuvo lugar el pasado mes de agosto, cuando, acompañada de sus progenitores, se desplazó hasta laAcademia Militar General de Zaragoza. Ese lugar que se ha convertido en hogar y del que está a punto de despedirse, porque en ningún caso pasará allí los dos cursos siguientes. Además de en el Ejército de Tierra, también debe aprender de la Marina y de Aire. El caso es que de todo lo anterior se extrae una gran pregunta: ¿Qué hará Leonor cuando concluya con esta imposición?

Leonor durante su formación militar
GTRES

Para comprender el presente, siempre es preciso revisar el pasado. En este caso de forma literal, pues basta con recordar qué camino emprendió su padre cuando estaba en la misma situación. Felipe VI, que también cumplió con este mismo deber, se matriculó después en la Universidad. Algo más mayor que el grueso de alumnos, aunque haciendo honor al dicho de que 'nunca es tarde'. De acuerdo con una información publicada en 'El País', lo conveniente tras pasar por filas era cursar "los estudios universitarios, con el Derecho como columna vertebral". Dicho y hecho, porque don Felipe es jurista por la Universidad Autónoma de Madrid.

Leonor en Zaragoza
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La cuestión es que en esa revisión de los acontecimientos históricos se presupuso que Leonor seguiría el mismo itinerario, pero nuevas informaciones lo ponen entre dicho. Así lo ha hecho saber el portal 'Monarquía Confidencial', asegurando que fuentes de máxima solvencia han manifestado "que su futuro académico aún no está decidido del todo". Basta con recordar que el caso de estudiar Derecho sí estuvo consensuado con Felipe, de modo que la princesa deberá estar de acuerdo. Surge entonces la gran duda de si será esa su decisión, pues "no tiene claro si seguir los pasos de su padre, y estudiar Derecho, o por el contrario, matricularse en alguna ingeniería, todavía sin concretar". "Le gusta mucho la ciencia", destaca también el citado medio.

La hoja de ruta de Leonor durante los próximos meses

Es cuestión de semanas que Leonor se despida de la capital aragonesa. Un ejercicio del adiós que ya ha comenzado a hacer, apenada por todo lo vivido en esa tierra que ahora la ha convertido en Hija Adoptiva. Fue precisamente en la reciente entrega de medallas de honor, en el Ayuntamiento de Zaragoza, donde la princesa aprovechó para pronunciar unas palabras de agradecimiento a todos los que la han acompañado en estos meses. Sea como fuere, el trabajo no cesa hasta el último día y desde el 25 de mayo hasta el 7 de junio tiene exámenes prácticos. Jornadas duras antes de la ceremonia de clausura, que tendrá lugar el 19 de junio. La última despedida se dará el 3 de julio, con la entrega de despachos de alférez. Y después las vacaciones, aunque más cortas que de costumbre. Antes de septiembre ya habrá ingresado en la Academia Naval de Marín, en Pontevedra. El segundo de sus tres destinos antes de finalizar su etapa militar.

El camino paralelo de su hermana Sofía, con matices

Cuando saber si se acabará animando a seguir los pasos de Felipe VI es un misterio, una persona a la que adora es quien ha tomado el mismo camino que ella. Porque mientras Leonor lucha por superarse entre armas y maniobras, su hermana Sofía es la que cumple con el cometido que ella misma hizo antes de cruzar las puertas de la AGM. Internada en el galés Atlantic College, la pequeña de la casa es ahora quien estudia en tierras británicas. En el mismo centro que lo hizo la Princesa de Asturias, además.

Infanta Sofía en Gales
Casa de S. M. El Rey

Lugar ideal para formarse antes de decidir qué carrera cursar, por su prestigio y la apuesta por la diversidad. Y es que, como la infanta, allí no son pocos los alumnos internacionales. Es por eso mismo que el colegio se encarga de organizar actividades de cohesión para que estudiantes de aquí y allá forjen vínculos desde el compañerismo. Esas mismas actividades —como fiestas, excursiones e incluso campamentos de supervivencia— en las que hasta hace bien poco participaba la heredera.

Un sendero académico muy similar con el matiz de la bifurcación que espera tras graduarse. Porque por mucho que a Sofía le quede un curso por delante, ella ya sabe que no está obligada a pasar por la estricta formación militar que ocupará el tiempo de su hermana mayor durante tres temporadas. No hay imposición y se hace efectiva la 'libertad' de iniciar su vida de adulta. Decidir qué estudiar, a dónde ir. Lo que quiere hacer a partir de entonces. Sin obligación alguna, porque ella nunca será capitana general de las Fuerzas Armadas.