Siempre que se habla de los primos de Felipe VI, la tendencia es apuntar hacia la rama borbónica del árbol genealógico. A los hijos de las dos hermanas de don Juan Carlos, la infanta Pilar y la infanta Margarita. Los Gómez-Acebo y los Zurita respectivamente. No obstante, ¿qué hay de su otra familia? Los Grecia, que por origen han llevado una trayectoria radicalmente distinta, y entre los que figuran algunos de los primos más cercanos a la familia del Rey.
Bastaría con echar un ojo a un evento reciente, que fue la boda de la princesa Teodora de Grecia el pasado 28 de septiembre de 2024. Un evento para el recuerdo en Atenas al que no fallaron sus más cercanos de entre los Borbones. Y no, allí no estaban ni el Rey ni Letizia, pero sí doña Sofía, la infanta Elena, la infanta Cristina y Juan, Miguel e Irene Urdangarin, tres de los cuatro hijos de esta última.
Una clara muestra de que, al menos ellas dos, así como algunos de sus vástagos, sí sienten proximidad con su familia materna. Esa que antaño capitaneó Constantino II, hermano de la emérita fallecido el 10 de enero de 2023 y último rey de los helenos, además de padre de la recién casada Teodora. También del príncipe heredero Pablo, del príncipe Nicolás, del príncipe Felipe, siempre sin olvidar a Alexia, su primogénita.
Un matrimonio que la llevó a formar una familia en Canarias
Fue ella la primera mujer nacida del matrimonio entre el hermano de la reina Sofía con Ana María de Grecia. Con la particularidad de que, solo como su hermano Pablo, llegó al mundo en 1965 en Mon Repos, la residencia de descanso de la familia real griega en la isla de Corfú, y durante el -breve- periodo que comprendió el reinado de su padre. No obstante, en 1967 comenzaría la caída de la monarquía en la nación y el consecuente exilio, que los llevó desde Roma hasta Dinamarca para terminar instalándose en el Reino Unido en el año 1974.
En tierras británicas fue donde se formó Alexia, cursando una licenciatura en Historia y un postgrado en Pedagogía, aunque siempre con España presente. Tanto le gustaba nuestro país que a partir de 1992 comenzó a visitarlo asiduamente, hasta que acabó por mudarse a Barcelona, donde por la época vivía su prima Cristina de Borbón y Grecia. Y en la ciudad condal siguió estudiando, optando por titularse en Intervención temprana en la Infancia, sin saber que sería aquí donde quedaría prendada del hombre con el que todavía comparte su vida.
Carlos Morales es su nombre. El del arquitecto canario que ocupó su corazón y con el que pasó por el altar el 9 de julio de 1999, pese a hacerlo -para deleite de sus allegados- de vuelta en el Reino Unido.
En la catedral de Santa Sofía entonaron el 'sí, quiero' y comenzaron su nueva vida, sin saber que años más tarde terminaría mudándose a la tierra natal de su marido. Hasta la isla de Lanzarote, donde alejados de la vorágine mediática que nunca les gustó, formaron su propia familia.
Además una familia numerosa, por aquello de no fallar a las tradiciones. No tanto como la suya, pues Alexia es la mayor de cinco hermanos y en su caso optó por tener cuatro hijos. Tres hijas y un hijo, para precisar. Arrietta, la mayor, nació en el 2002. Después vino Ana María, en el 2003, mientras que Carlos, el único chico, nació en el 2005. Y la benjamina, la pequeña Amelia, llegó al mundo en el 2007.
La infanta Cristina: más que una prima, una amiga inseparable
No deja de resultar llamativo ver que, pese a su conexión con España por lazos familiares, una princesa de la monarquía griega haya optado por instalarse aquí. Algo que ha hecho por amor, a pesar de que en primera instancia estuviese encantada con su vida en Barcelona. Le encantaba vivir allí, pero les pudo la persecución de la prensa. La cuestión es que la ciudad era su sitio predilecto desde que lo descubrió con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992. Un primer contacto con la urbe, que además se sirvió como el escenario ideal para afianzar su relación con la infanta Cristina.
Y el resto es historia. Tan pronto como empezaron a verse asiduamente, la princesa Alexia y su prima se convirtieron en inseparables. Confidentes necesarias y un apoyo mutuo, con Cristina como madrina de la joven Arrietta Morales, mientras que Alexia sería uno de los pocos apoyos públicos de la infanta cuando estalló el escándalo por el caso Nóos. Una relación inquebrantable que ni siquiera la distancia ha roto.
Porque cuando la de Grecia se marchó a vivir a Puerto Calero, en el municipio conejero de Yaiza -en el polémico palacete ideado por Morales que terminaron por vender a principios de este 2024-, tan solo cambiaron sus paseos por Barcelona por paseos a orillas del Atlántico. Cristina nunca dudó en coger un avión y visitarla en su nuevo hogar, acompañada de sus hijos, de edades similares a los de su prima y con los que lo pasaban genial Una dinámica que persiste, incluso ahora que sus vástagos ya son adultos, ya que ambas siguen queriendo disfrutar de cada rato en el que pueden coincidir. Véase lo bien que lo pasaron el pasado febrero en el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria. Ahí siguen, la una para la otra. En las buenas y en las malas.