Este 2024 no es un año de grandes bodas royal; sin embargo, hay un enlace marcado a rojo para los amantes de este tipo de enlaces. El próximo 7 de junio, Hugh Grosvenor, duque de Westminster y ahijado de Carlos III, dará un gran paso con su prometida, Olivia Henson, tras tres años de relación. Los enamorados entonarán el ansiado "sí, quiero' en la catedral de Chester. Hugh, de 33 años, posee una de las mayores fortunas de toda Inglaterra, que está estimada en más de 10 millones de euros. Un patrimonio que heredó tras la muerte de su padre, Gerald Grosvenor, en 2016.
En los últimos años, el duque de Westminster han intentado mantener un perfil bajo, esquivando por completo el foco mediático, pese a su estatus social y, sobre todo, su fuerte vínculo con la Corona británica. Pero no siempre ha sido así. Antes de que llegara su prometida a su vida, el ahijado del monarca inglés llegó a protagonizar varios titulares en los tabloides británicos con su vida llena de excesos, fiestas y ligues. Pese a la imagen recta y sería que ahora proyecta, el duque de Westminster se soltó la melena en sus años más jóvenes.
Así era el Hugh Grosvenor antes de sentar la cabeza
No debe ser nada sencillo de gestionar que con 25 años te llegue el título de duque y automáticamente te conviertas en 'el soltero de oro' de toda Inglaterra con una herencia multimillonaria. Eso mismo le pasó a Hugh Grosvenor tras la abrupta muerte de su padre en 2016. Aunque no es hijo único, sí era el único varón del matrimonio, por lo que heredó la mayoría del patrimonio, donde podemos encontrar casi 1.5000 propiedades que están repartidas en más de 60 países, entre ellos, España. Algunas de estas están puestas en venta, tal y como adelantó el diario 'Cinco días', y estarían valoradas en 300 millones de euros. Afrontar todo esto a una edad en la que todavía eres muy joven fue un desafío en toda regla para Grosvenor, y le sirvió -en cierta manera- para madurar de golpe, dejando a un lado su pasado 'más rebelde'.
Y es que el duque de Westminster exprimió al máximo sus años más mozos, sobre todo durante su etapa en la Universidad de Newcastle, donde se formó en administración rural. Fue en esa etapa donde vivió su juventud al máximo y las fiestas con compañeros de clase y hermandades sucedían cada fin de semana. Por supuesto, en aquel momento, él todavía no era consciente de lo que suponía ostentar el título de ser el conde Grosvenor. Las fotografías de esas noches imborrables circularon por los medios de la época, al igual que también vieron a luz unas imágenes de él junto a sus amigos y una muñeca hinchable durante unas vacaciones. Pero tampoco debemos ser injustos, al final era tan solo un veinteañero que comenzaba a vivir y a saborear las mieles de la juventud.
Unos años después, en 2012, también fue muy sonado el despilfarro de dinero por parte de su padre para celebrar el 21 cumpleaños de Hugh. Cerca de 6 millones de euros fueron gastados en una fiesta de celebración en los emblemáticos jardines de Eaton Hall, la gran mansión familiar donde también se llevará a cabo la boda del próximo viernes. Durante esos años trascendió a la esfera pública uno de sus primeros amores, antes de que Olivia Henso consiguiera robarle el corazón. Una joven llamada Harriet Tomlinson saltó a la palestra por su affaire con él. De nuevo la universidad jugó un papel importante a la hora de que se entrelazaran sus caminos. La relación estuvo marcada por las idas y venidas, con varias escapadas y viajes románticos con los que parecía que la relación sí iba en serio. No obstante, en 2018 se conoció que la ruptura era totalmente definitiva y el amor se había acabado. Dos años después, Olivia llegaría a su vida.
TODO LISTO PARA LA INMINENTE BODA
Pese a la gran expectación que hay por este enlace, lo cierto es que la pareja ha intentado llevarlo todo de una manera muy sencilla y sin demasiado bombo. Los futuros marido y mujer desean seguir con su vida, y buscan a toda costa que el peso de sus títulos nobiliarios no les impidan llevar una vida 'normal' como el resto de los mortales. "Hugh es de perfil muy bajo, se toma su papel muy en serio, pero cuando no está trabajando, está relajado”, deslizó un íntimo amigo del duque al periódico 'The Times'. Un claro ejemplo de que no buscaban despertar demasiado a los medios fue la particular forma en la que confirmaron su enlace. Los prometidos compartieron una fotografía donde los dos posaban de lo más naturales y desenfadados. Y Sus looks no eran nada ostentosos ni fastuosos, a pesar de que están a punto de ser uno de los matrimonios más influyentes y ricos de toda Inglaterra.
Más de 400 invitados acudirán a la boda, cuya misa será en la catedral de Chester y, posteriormente, se realizará el convite en la mansión familiar de 4.400 hectáreas, propiedad de la familia del novio, donde ya se celebró la pedida. La presencia del príncipe Guillermo sí está confirmada, que además llegará directo desde Normandía, donde tiene un acto el día anterior. Pero no acudirá ni Kate Middleton, que continúa alejada de la vida pública, ni tampoco los duques de Sussex.