El nuevo año está a la vuelta de la esquina y la nostalgia invita más que nunca a revisar el pasado. A echar la vista atrás y recordar lo vivido, sea en este 2024 o en episodios anteriores. En materia de realeza, imposible no revisitar las Navidades de antaño. Aquellas en las que el reinado de Felipe todavía quedaba en un horizonte demasiado lejano, pues ni siquiera su padre Juan Carlos había ascendido al trono. Navidades que, por contra a lo que se pueda imaginar, no siempre fueron del todo agradables.
No es ningún secreto a fecha de hoy que entre el emérito y su mujer, la reina Sofía, no hubo la mejor de las sintonías. Ha tenido que pasar el tiempo para que quede demostrado que el suyo era un matrimonio roto casi desde la primera hora. No obstante, mucho menos conocido que las entradas y salidas del exmonarca con sus 'amigas especiales' es el episodio que aconteció durante las fiestas antes de proclamarse Rey en 1975.
Un año antes, para precisar. Fue en el año 1974 cuando se dieron estos acontecimientos que ahora ha recuperado la periodista Pilar Eyre en su canal de YouTube. La catalana, consagrada experta en todo lo relacionado con la Casa Real y las peripecias borbónicas, ha puesto sobre la mesa este momento agridulce en el que doña Sofía dijo "basta". Y es que antes incluso de que Francisco Franco falleciese, las cosas ya estaban tensas entre la emérita y su marido. Para muestra, todo lo que vivieron hace cinco décadas.
Un cambio de planes y la poca simpatía de la Reina
No estaba entre los planes de don Juan Carlos y doña Sofía quedarse en la capital durante las Navidades. La idea primera era, como de costumbre, viajar a Estoril, Portugal. Ellos dos, sus tres hijos -Elena, Cristina y Felipe- y los padres del que fuera jefe de Estado. Sea como fuere, la hija de Pablo I de Grecia "no se sentía a gusto y empezaron a celebrar la Navidad en Zarzuela". De hecho, "se reunieron con toda la familia de Sofía", que se alojaron en palacio "y pasaron la Nochebuena y la Navidad allí".
Por entonces, señala Eyre, el emérito "guardaba las apariencias" ante su familia política. Nadie debía sospechar que las cosas entre él y su mujer no iban bien, y menos en un momento de tanta incertidumbre. "No se sabía cuánto podía durar Franco" ni "si era cierto que sería su sucesor y los españoles aceptarían una monarquía", apunta Pilar. De ahí que ni su familia política ni la ciudadanía debieran ver su imagen manchada, aunque unos días después de los festivos propiamente dichos quedaron evidenciadas algunas tensiones en el seno de los Borbón y Grecia.
Sucedió en el tradicional viaje hacían a la montaña durante las vacaciones para poder esquiar. Concretamente, al Valle de Arán, aunque todavía no disponían de la inconfundible casa de La Pleta que luego sería su refugio invernal favorito. "Se alojaban en el Hotel Montarto, que está a pie de pista, y ese año cogieron toda una planta porque invitaron a toda la familia (...). A primera hora salían a esquiar y por la noche bajaban a la discoteca del hotel". Y allí estuvo la propia Eyre, que recuerda dinámicas naturales y campechanía. Al menos, por parte de Juan Carlos, porque de la reina destaca que "no era muy simpática".
Entre gritos y riñas, pero sin el peso de ver a sus cuñadas
Porque mientas la alegría de Juan Carlos era inexorable, hasta el punto de que "se metía en la cocina de los restaurantes" o "se negaba a que levantaran a la gente de las mesas" mientras esperaba su turno, la sensación que transmitía su esposa era totalmente distinta. No solo porque al ser vegetariana "se tenía que contentar con un huevo duro o una ensalada" durante las comidas, sino también por como interaccionaba con las infantas y el entonces Príncipe de Asturias. De hecho, Pilar rememora cómo "se la escuchaba gritar a don Felipe mientras bajaban la pista".
Eso y otros instantes en los que, en el ejercicio de mostrarse amables con los dueños de los locales que frecuentaban y las personas con las que se veían durante su estancia, Sofía llegó a reñir a una de sus hijas "por tener un gesto desagradable" con el que era su monitor. Algo común, pero que en la suma de situaciones remite a una Reina que no terminaba de estar del todo cómoda. Eso sí, afortunadamente desde entonces, sin el pesar de tener que viajar hasta Portugal con su familia política y lidiar con sus cuñadas, con las que "no se llevaba muy bien". El primer paso para comenzar a celebrar las Navidades a su manera, a pesar de que no siempre fuese todo sobre ruedas.