El malestar que provocan los síntomas propios del estreñimiento (hinchazón, dolores abdominales, gases, cefaleas o piernas pesadas) es, según un estudio internacional, comparable al que producen los problemas cardiovasculares.

Pero... ¿cuándo se considera estreñimiento? Hablamos de estreñimiento cuando el número de deposiciones semanales es menor a tres.

¿Y cuál es la causa más común? ¡Los malos hábitos! Detrás del estreñimiento puede haber trastornos que van desde unas hemorroides (si quieres plantarles cara, tenemos todas las claves para curar las hemorroides rápidamente) hasta un tumor colorrectal, pero lo cierto es que casi siempre se debe a unos hábitos incorrectos: comidas pobres en fibra, sedentarismo, uso de laxantes...

En la galería te damos las pautas para mejorarlos, si las sigues durante 5 días notarás los resultados.

¿Y qué más puedo hacer?

Mejora tu postura y mejorará tu tránsito

Estamos "diseñados" para evacuar en cuclillas. Sin embargo, el diseño del baño no lo permite. Pon un taburete en el baño y apoya los pies, de modo que tus rodillas queden por encima de las caderas, y conseguirás una postura mucho más fisiológica que te hará más fácil la expulsión.

Ve cuando el cuerpo lo pide

Nunca hay que aguantarse las ganas de ir al baño, aunque estés liada con el trabajo o en un lugar público. Si habitualmente no haces caso a los mensajes de tu cuerpo, dejará de avisarte.

Los laxantes no ayudan

Si ante los primeros síntomas de estreñimiento recurres a laxantes, aunque sean naturales, el cuerpo se acostumbra a ellos y los intestinos pierden el interés por moverse, y solo reaccionan ante el laxante. Al final, acabarás por ir al baño solo cuando los tomes.

Técnicas de estimulación intestinal

  • Masaje abdominal. Con las yemas de los dedos ejerciendo una ligera presión, masajea la trayectoria del intestino grueso hacia el ano. Empieza desde la parte superior de la ingle del lado derecho, ve subiendo hacia el centro, atraviesa el abdomen y baja hasta la ingle izquierda.
  • Presionar el abdomen. Pon las dos manos abiertas sobre el abdomen y ve realizando una suave presión hacia dentro y hacia abajo, lo que simula los movimientos intestinales. Repite varias veces.
  • Inclinación hacia delante. Lleva la cintura hacia delante manteniendo el tronco recto. El diafragma presionará hacia abajo y habrá una mayor apertura perineal, aumentará la presión intraabdominal y se forzará la salida de las heces.

Llena tu intestino de "bacterias buenas"

Come yogur, kéfir y otros lácteos fermentados, que aportan bacterias vivas que potencian el equilibrio de la flora intestinal, responsable del buen tránsito. Antes de dormir, pon dentro del yogur dos ciruelas pasas cortadas a trozos. Tómalo en el desayuno. Las bacterias del yogur se combinan con la fibra y el sorbitol (un tipo de azúcar) de las ciruelas, lo que aumenta su poder laxante.

Apúntate al chucrut

Se trata de col blanca fermentada con sal, lo que genera ácido láctico y enzimas digestivas tan beneficiosas para el intestino como los lácteos fermentados. Puedes tomar tres o cuatro cucharadas de chucrut en ensalada o un vaso de su zumo, que a pesar de ser ácido resulta agradable al paladar.

Al mover las piernas, estimulas el intestino

El ejercicio que hace trabajar los músculos abdominales, como correr, ir en bicicleta, natación, abdominales, etc., ayuda a combatir el estreñimiento. El yoga o el pilates, que además trabajan la respiración abdominal, también son muy efectivos. Si estás en casa, túmbate de espaldas, eleva las piernas formando un ángulo de 90 grados y mantén la postura unos 20 segundos. Luego, haz punta-flex con los pies, y después traza círculos con ellos.