La primavera es un buen momento para intentar cambiar pequeños aspectos de nuestra vida que ponen trabas a nuestra felicidad. Como dice Marie Kondo, el orden da felicidad, y lo bueno es que podemos ordenar cualquier cualquier cosa, no solo nuestra casa. Relaciones, finanzas, emociones tóxicas o la manera en que nos alimentamos… todo es susceptible de revisión y de una posterior “limpieza”.

En la galería de arriba te damos consejos para que puedas renovar y mejorar muchos aspectos de tu vida. No te agobies, no tienes que hacerlos todos. Elige los que mejor se adapten a ti e intenta aplicarlos. Los pequeños cambios tienen más poder del que te imaginas.

Consejos para limpiar tu vida

  • Limpia y ordena tu casa. Es el primer paso para armonizar el resto de aspectos de nuestra vida. Tira lo que no necesites y ordena todo lo demás siguiendo el método que mejor se adapte a ti. Después, haz una limpieza profunda y aprovechar para decorar como más te guste.
  • Medita. Los beneficios de la meditación están sobradamente probados. No hace falta que te conviertas en un asceta, sino que aprendas técnicas fáciles que te ayudarán a desestresarte.
  • Evita las relaciones tóxicas. Igual que tiramos objetos que no necesitamos y no nos aportan nada, también podemos prescindir de personas que solo traen negatividad a nuestra vida. Lo importante es saber detectar cuáles son esas personas.
  • Cuida tu salud. Una buena dieta y ejercicio moderado son las dos claves para llevar un estilo de vida saludable. Repasa qué comes e intenta “mediterraneizar” los platos: verduras, frutas, cereales, pescado, carnes magras… tienen que ser tus ingredientes principales. En cuanto al ejercicio, no hace falta que te machaques en el gym; prueba por ejemplo a caminar más.
  • Mímate. Para sentirnos bien no solo debemos alimentar nuestro cuerpo con buenos alimentos y ejercicio, sino también tenemos que alimentar nuestra mente de emociones positivas. Tienes que encontrar espacios de tiempo que solo sean para ti. Elige la actividad que más te guste y practícala un ratito cada día o, a las malas, cada semana.