Por norma general, sabemos que no todos los alimentos son aptos para la congelación. Por suerte, contamos con una amplia gama de productos que pueden ser almacenados a temperatura ambiente sin preocupaciones. ¿Cómo es esto posible?

Hay ciertos alimentos que poseen una protección natural que dificulta la proliferación de bacterias. Beatriz Robles, experta en seguridad alimentaria, nutricionista y autora del libro Come seguro comiendo de todo (Ed. Planeta), comenta que los alimentos ácidos, aquellos con baja actividad de agua, los que contienen altas cantidades de sal, pocos nutrientes o que están protegidos por cáscaras o piel, son un ejemplo de ello. Pero, ¿cuáles son esos alimentos y cómo deben congelarse?

¿Cómo son los alimentos que se pueden congelar?

Entre los alimentos campeones en resistir el ataque de bacterias, Robles señala las frutas y verduras enteras, los frutos secos y las semillas, las especias aromáticas que dan sabor a nuestras comidas y el aceite y el vinagre. La pasta y el arroz crudos también entran en la lista, así como la harina y el azúcar, los cereales, las legumbres, los productos de panadería sin cremas ni coberturas, el chocolate, los snacks, y los quesos madurados.

Pero vayamos por partes. Seguro que si estás aquí es porque alguna vez te has preguntado si la tortilla de patatas, la bechamel, el gazpacho o el aguacate, por ejemplo, se pueden meter en el congelador. Hoy queremos dar respuesta a tus dudas, y añadir una lista detallada de los grupos de alimentos que se pueden congelar y los que no. Pero, antes que nada, toma nota de las siguientes claves y consideraciones a tener en cuenta, según la nutricionista Beatriz Robles.

¿Los alimentos congelados son seguros?

Beatriz comenta: "El congelador no hace milagros. El frío no destruye los microorganismos, solo ralentiza su multiplicación". Lo ideal es tener la temperatura del congelador por debajo de los dieciocho grados bajo cero. A medida que la temperatura baja, se frena la actividad de los microorganismos, pero estos entran en un estado de latencia, como si estuvieran hibernando. No obstante, es importante tener presente que siguen presentes en el alimento, aunque inactivos.

Por eso, los alimentos bien congelados son seguros casi indefinidamente, ya que la baja temperatura mantiene a raya el desarrollo de microorganismos y evita el deterioro de los alimentos. Sin embargo, es importante tener en cuenta siempre los microorganismos siguen siendo viables, y en el momento en que descongeles el alimento, estarán dispuestos a seguir su vida como si nada hubiera ocurrido. El descongelado seguro y una correcta cocción son pasos esenciales para garantizar la inocuidad de los alimentos que han sido congelados. 

¿Cómo se deben descongelar los alimentos?

Como hemos comentado, los microorganismos reviven en la descongelación. Recuerda siempre evitar descongelar a temperatura ambiente, ya que esto permitirá que los microorganismos se reactiven rápidamente.

Opta por descongelar en el frigorífico, donde la temperatura es controlada y el proceso es más seguro aunque lento. En situaciones de apuro, el microondas puede ser una opción, pero siempre a baja potencia para evitar problemas de cocción desigual. En cualquier caso, una vez descongelados los alimentos, es importante cocinarlos inmediatamente.

¿Qué pasa si la comida se descongela y se vuelve a congelar?

La recongelación de alimentos es un tema delicado debido a la pérdida de calidad y la proliferación de microorganismos que puede ocurrir en cada etapa. Existen dos normas básicas: los alimentos cocinados congelados no deben ser recongelados, y si se utilizan materias primas previamente congeladas, solo pueden ser recongeladas si han sido sometidas a un tratamiento térmico previo.

Aunque en algunos casos, si el alimento se ha descongelado adecuadamente en la nevera y no ha superado los 5 ºC, podría ser seguro volver a congelarlo, pero esto puede afectar su textura. Beatriz Robles recomienda que es preferible evitarlo

¿Los alimentos pierden nutrientes con la congelación?

La congelación de alimentos puede afectar el contenido de nutrientes, pero el impacto no es significativo si se realiza correctamente. Cuando la congelación se lleva a cabo adecuadamente, no se produce una pérdida significativa de nutrientes y, de hecho, el producto congelado puede tener una calidad superior a la de un alimento fresco que se encuentra cerca de su fecha de caducidad. 

Claves a la hora de congelar

  • Por regla general, todos los alimentos que vas a congelar se tienen que guardar sin agua ni aire, para evitar que se agüen y se oxiden o deterioren.
  • Se recomienda guardarlos en trozos pequeños, raciones o porciones para solo descongelar la que vas a utilizar y no toda la pieza. Ten en cuenta que los alimentos que han estado congelados no se pueden volver a congelar una vez descongelados.
  • Debes utilizar recipientes herméticos y materiales adecuados para la congelación. Si quieres reducir el plástico para no dañar el planeta, prescinde en la medida de lo posible del film de cocina y de las bolsas de congelación desechables, y opta por recipientes de cristal o tuppers o bolsas reutilizables. 

Qué alimentos y comidas se pueden congelar y cuáles no

  • Carne. Se puede congelar la carne tanto cruda como cocinada. Pero recuerda que es mejor hacerlo en trozos pequeños o raciones para solo descongelar la carne que vas a utilizar y no toda la pieza.
  • Pescado y marisco. También puedes congelarlo cocinado o crudo. En este último caso se recomienda limpiarlo y descamarlo antes del proceso de congelación. Y como en la mayoría de alimentos, debes secarlo antes de congelarlo para que conserve mejor sus propiedades y sabor.
  • Legumbres y verduras. Se pueden congelar. Pero, antes de hacerlo, tendrás que blanquearlas, cocerlas o cocinarlas, ya que crudas no toleran bien el proceso de congelación. Asegúrate también de que estén bien escurridas antes de colocarlas en el congelador.
  • Fruta. Salvo los frutos rojos y los cítricos sin piel, que se pueden congelar crudos, el resto de frutas se tienen que congelar cocidas o en puré, compota o con azúcar o almíbar.
  • Pasta y arroces. Aunque no quedan exactamente igual (y los ortodoxos no lo recomiendan) se pueden congelar ya cocinados, pero sin caldo y con un poco de aceite para que no pierdan la consistencia ni se peguen o apelmacen.
  • Huevos. Nunca se puede congelar con cáscara, pero sí batidos o sin cáscar, con las yemas y las claras juntas o separadas en recipientes herméticos de cristal preferentemente.
  • Lácteos. Salvo la mantequilla y la nata para montar, el resto de lácteos (leche, yogur, quesos...) no se suelen congelar porque pierden su textura, se disgregan y pueden deteriorarse.
  • Patatas. No toleran bien el proceso de congelación por lo que solo se suelen congelar en puré o a medio cocinar, tal y como se hace, por ejemplo, en las menestras de verduras o patatas fritas que venden congeladas (que no están cocidas ni fritas del todo).
  • Pan. Se puede congelar sin problemas, pero siempre en rebanadas o en porciones individuales para facilitar su la descongelación parcial. También hay que congela los bocadillos ya hechos, con el embutido o el relleno y todo (algo que tiene tantos adeptos como detractores).​

A continuación, te contamos el proceso de congelación de 20 alimentos distintos.

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