A lo largo de los años, Carla Bruni ha sido un referente de estilo, elegancia y belleza atemporal. A sus 56 años, la ex supermodelo y cantante sigue sorprendiendo con su figura esbelta y tonificada, lo que despierta gran curiosidad sobre cómo logra mantenerse en tan buena forma sin recurrir a estrictas dietas. ¿El secreto? Un compromiso inquebrantable con el ejercicio diario y un enfoque equilibrado de la alimentación.
Más allá de la estética, su estilo de vida es un ejemplo de cómo mantenerse activa y saludable con el paso del tiempo. Sin embargo, su intensa rutina de entrenamiento, que ocupa al menos dos horas al día, ha generado debate sobre si este nivel de exigencia es sostenible o incluso necesario para una mujer de su edad. Analizamos en detalle su método y qué aspectos pueden ser aplicables a cualquier mujer que desee envejecer con energía y vitalidad.
Un compromiso con el ejercicio: dos horas al día sin excusas
Carla Bruni ha dejado claro en varias entrevistas que su físico no es producto del azar ni de la genética privilegiada. A diferencia de muchas modelos que siguen estrictas dietas hipocalóricas, Bruni prefiere disfrutar de la comida sin restricciones severas y compensarlo con un entrenamiento riguroso. “Tengo una figura y un estilo, quizás, pero hago esfuerzos incalculables para mantenerme delgada", confesó a Madame Le Figaro.
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Según nos comenta la instructora y atleta Loreine Jiménez, "entrenar, desde mi punto de vista, aplica siempre a un propósito y en su caso, siempre ha sido una gran mujer con un concepto de longevidad muy cuidado que le ha permitido llegar a esta edad con una fuerza increíble. Admiro su fortaleza pero ante todo, en materia de salud física para mujeres a partir de 60 años, la clave en autocuidado siempre está en escuchar al propio cuerpo y ajustar la intensidad y la carga sobre cada físico".
Su rutina diaria incluye una combinación de disciplinas que no solo le ayudan a mantener su peso, sino que también refuerzan su musculatura y mejoran su postura. Esto es algo cada vez más habitual y recomendable, especialmente si no queremos aburrirnos de la monotonía de un único tipo de deporte. Entre sus ejercicios más habituales se encuentran:
- Barra y ejercicios isométricos: inspirados en el ballet clásico, estos movimientos trabajan la fuerza, la resistencia y la flexibilidad, fortaleciendo especialmente el core, los brazos y las piernas.
- Bicicleta elíptica: una opción de cardio de bajo impacto que ayuda a quemar calorías sin dañar las articulaciones.
- Pilates: ideal para mejorar la postura, la movilidad y la tonificación muscular sin generar volumen excesivo.
- Ejercicios de fuerza y resistencia: aunque no es una gran fan de levantar pesas, sí incorpora entrenamientos con su propio peso y bandas elásticas para mantener la firmeza de la piel.
"La combinación que hace Bruni es muy inteligente. La barra trabaja la postura, la flexibilidad y los músculos profundos, la elíptica aporta cardio de bajo impacto, ideal para el corazón y las articulaciones, y el pilates fortalece el core y mejora la movilidad. Para la salud ósea, los ejercicios de fuerza —como la barra y el pilates— son esenciales porque estimulan la densidad ósea, algo crucial a partir de los 50 para prevenir la osteoporosis", afirma Loreine. Pero la clave de todo es la constancia. No se trata de sesiones esporádicas, sino de un compromiso diario con su bienestar, lo que le permite mantenerse en forma sin depender de dietas restrictivas.
Una alimentación consciente y sin excesos extremos
A diferencia de la rigidez con la que maneja su entrenamiento, Carla Bruni adopta un enfoque más relajado con la alimentación. “Lo único que realmente hago es ejercicio para no tener que hacer dieta", confesaba a Gala. Durante su juventud, confiesa haber tenido una relación más caótica con la comida, abusando del azúcar y de bebidas como la Coca-Cola. Sin embargo, con los años ha encontrado un equilibrio basado en una dieta rica en alimentos frescos y naturales.
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- Frutas y verduras orgánicas: son la base de su dieta, aportándole vitaminas, antioxidantes y mucha fibra.
- Pescados y mariscos: prefiere estas fuentes de proteína en lugar de carnes rojas, por sus beneficios cardiovasculares y su contenido en ácidos grasos saludables.
- Hidratación constante: aunque en el pasado consumía muchas bebidas azucaradas, tal y como te hemos comentado, ahora prioriza el agua y las infusiones naturales.
- Moderación sin culpa: se permite disfrutar de una copa de vino cuando lo desea y no cuenta obsesivamente las calorías. Su filosofía es simple: compensar con actividad física sin privarse de los placeres gastronómicos.
¿Es su estilo de vida un modelo realista para las mujeres de 60 años?
El nivel de disciplina de Carla Bruni puede parecer extremo, pero hay aspectos de su rutina que pueden servir de inspiración para cualquier mujer que desee mantenerse activa con el paso del tiempo. No se trata de entrenar dos horas diarias, sino de encontrar una actividad física que sea sostenible y placentera. Algunos consejos basados en su método que cualquier mujer puede aplicar incluyen:
- Incorporar ejercicio de fuerza: mantener los músculos activos es clave para prevenir la pérdida de masa muscular y ósea con la edad.
- Practicar una actividad que mejore la postura: pilates, yoga o ejercicios de barra pueden ser excelentes aliados para la salud articular y la elegancia en los movimientos.
- Optar por una alimentación flexible: en lugar de seguir dietas restrictivas, es preferible apostar por ingredientes frescos y naturales sin obsesionarse con el peso.
- Ser constante: la clave del bienestar no está en hacer esfuerzos esporádicos, sino en encontrar una rutina sostenible a largo plazo.
"Hacer ejercicio sin cuidar la alimentación puede mejorar la condición física, pero no garantiza un peso estable ni una buena salud a largo plazo. Lo ideal es combinar ambas cosas sin obsesionarse. Y ante todo, profundizar más como sociedad en los conceptos de autocuidado y longevidad a largo plazo, para alcanzar cada etapa vital con luminosidad mental y física", afirma.
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Con todo ello, Carla Bruni ha demostrado que mantenerse en forma a los 60 años no es cuestión de fórmulas mágicas ni sacrificios extremos, sino de hábitos bien establecidos. Aunque su rutina puede no ser viable para todas, su enfoque de disciplina y moderación es un recordatorio de que el bienestar físico y mental no tiene edad.