¿Sabías que la berenjena es una hortaliza muy baja en calorías? Y no solo eso, sino que a su vez es alta en nutrientes esenciales y, por tanto, nos ayuda a saciar el apetito sin necesidad de tener que recurrir a cantidades de comida excesivas. Por eso, es una buena opción para utilizar en recetas de cenas ligeras pero que a la vez no te dejen con hambre.
Ya sabrás que existen un montón de recetas con berenjenas, a cada cual más sabrosa. Unas de las más populares son las berenjenas rellenas de carne picada, atún o pisto. Por su parte, las berenjenas al horno resultan muy saludables y nada grasientas.
Si tienes niños en casa, opta por las berenjenas rebozadas o empanadas: una buenísima idea para que pase desapercibida. Si te gustan las comidas con un toque dulce, hazla a la plancha y añádele un chorrito de miel. Si lo acompañas de un gazpacho o una crema, tendrás una cena fácil, rica y sin complicaciones.
¿Qué hago con una berenjena arrugada?
Debido a su peculiar aspecto, puede resultar algo confuso determinar si una berenjena está o no en buen estado. Esto es importante tanto por cuestiones de salud como para garantizar el buen sabor de tus platos. Si el tallo está marrón o seco es que la berenjena ya no está en su punto óptimo. Por otro lado, si la piel está arrugada o posee manchas de color marrón, lo mejor será descartarla.
Así evitas el amargor de la berenjena
Un ligero inconveniente asociado a la berenjena, es el posible amargor que puede tener su pulpa. Para evitarlo, solo tendrás que hacer unos pequeños cortes en forma de rejilla en la misma carne de la berenjena, pero teniendo cuidado de no llegar a la piel. A continuación espolvorea sal y deja reposar 20 minutos. Por último, lava con agua y ¡di adiós al amargor!